UNA ACERA
GRIS...
DUNIA SÁNCHEZ
Una acera gris. Un sol que sutil comienza a desperezarse. Ventanas
que miran el despertar de una bóveda aun callada. En vertical se asoma. Recoge
la brisa inagotable de las primeras horas. Su aliento se mezcla bajo el rito de
sus párpados cerrados. Qué será…qué será de esta jornada que enciende las
flores, se pregunta. Yo aquí, pausada, lenta, rememorando cada instante de mí
recorrido por los pedregales sedosos del amor. El amor que se va, que viene,
que arrastra por los innumerables quebrantos y placeres. Tengo que hacer
caminar este cuerpo mío, retozar bajo las cascadas que la vida te ofrece. Este
paisaje que contemplo se vuelve hoy sonoro, con el mestizaje de colores que
auxilian el elevarse por los horizontes donde el eco de gaviotas menciona la
bienvenida. Sí, bienvenida sea el corretear de una mañana que enjugará sus
dedos de solares en el andar y andar por una acera gris. Ay, el amor. Por el
soy pétalo retorcido que se atraganta en mis entrañas. Iré a por él. Irá a por
el por esas aceras grises que le dan la mano. Tal vez, esté ahí. Esperando,
esperando….el surcar de sus vientres bajo las aguas de la plenitud.
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