SÁHARA OCCIDENTAL: DAJLA OCUPADA SE LEVANTA CONTRA LA CORRUPCIÓN
Tras doce días de protestas, fueron aumentando el número
de manifestantes. En la última manifestación, el 19 de febrero, se congregaron
más de 1.000 personas.
CRISTINA MARTÍNEZ BENÍTEZ DE LUGO
El asesinato de dos comerciantes, uno saharaui y otro marroquí, en circunstancias ocultadas por la policía marroquí, han colmado la paciencia de los saharauis de la ciudad de Dajla, en el Sáhara Occidental ocupado, que ha vivido 12 días de masivas protestas de la población saharaui, saturada por la corrupción imperante en la zona.
Según fuentes familiares, el lunes 7 de febrero desaparece Lahbib Aghrichi, comerciante saharaui en Dajla. Lahbib tiene mujer, tres niñas, un niño.
A las 5h de la
tarde aparece su coche, vacío, a unos dos kilómetros de la ciudad, en la playa,
a la altura del faro. Llaman a la policía que toma huellas y se lleva una
cámara pegada al coche que permite ver lo que ocurre dentro y fuera del
vehículo. El cuerpo no aparece.
Por la cámara se ve
que el coche no lo conduce su dueño, Lahbib, sino otra persona no identificada.
Y delante se ve el coche de un amigo marroquí de Lahbib con quien compartía
algún negocio.
La familia va a ver
a Youssef El Attaoui, que así se llama el marroquí, y le pregunta desde cuándo
no lo ve: 5 días. Eso es imposible si la cámara grabó su coche un día antes al
lado del de Lahbib. Y avisan a la policía. La policía va a buscarlo al trabajo
a las 3h de la tarde, le interroga, y dos horas después le deja en libertad.
Ante el estupor de la familia, la policía le asegura que está bajo vigilancia,
que mañana volverá.
Al día siguiente
Youssef aparece muerto en la playa. La policía dice que se ha suicidado. No es
cierto. Unos pescadores habían descubierto el cadáver y le habían hecho fotos
que habían difundido. Tenía marcas de tortura. Le habían cortado el pene.
Los saharauis se
empiezan a manifestar ante la tienda de Lahbib y las manifestaciones van en
aumento. “¿Dónde está Lahbib? Queremos a nuestro hijo”. Con ayuda de las
tarjetas SIM, los saharauis localizan el paradero de Lahbib en el barrio de
Nahda, pero la policía no se inmuta. El día 15, la policía dice haber
encontrado una bolsa con restos humanos quemados, solo con huesos y dientes. Un
examen de ADN confirma que es Lahbib, según la policía.
La familia quiere
saber quién fue a Comisaría para que soltaran a Youssouf y apareciera muerto al
día siguiente. Y considera mucha casualidad que fuera la policía quien encontró
el cadáver de su hijo, en una bolsa, tras una semana de manifestaciones. Quiere
saber quién conducía el coche de Lehbib. Pregunta por qué dijeron que Youssouf
se había suicidado. ¿Por qué la policía achaca a Youssouf el asesinato de
Lehbib?
En un discurso ante
los manifestantes, Rachid Esghayer –uno de los antiguos presos del grupo de los
7 de Salé- se refiere a la petición del gobernador para que paren las
manifestaciones y la promesa de una investigación a muy alto nivel, que llegará
hasta sus últimas consecuencias. Y añade Rachid que los saharauis no se lo
creen. El activista por la autodeterminación señala el peligro de exterminio en
que viven los saharauis, denuncia los abusos sexuales de la policía a las
saharauias que detienen, rechaza a los colonos que han convertido a los
saharauis en extraños en su propio país, y denuncia la corrupción que funciona
en su tierra, bien orquestada desde Marruecos.
Dice un hermano del
fallecido en una de las manifestaciones: “madre, te acuerdas de lo que te
dijeron en la policía, que iban a detener a los culpables. El viernes pasado
iba con amigos buscando pruebas. Vi a la policía en un lugar donde quemaban
algo… Intenté saber lo que ocurría, pero me lo impidieron. Y ahora me doy
cuenta de que lo que estaban quemando era el cadáver de mi hermano”.
“Las autoridades de
ocupación quieren encargarse de la autopsia y devolver el cuerpo a la familia
en 24 horas. No podemos recibir el cuerpo para que el asunto sea archivado. Y
también puede que nos den los huesos de una cabra o vaya Vd. a saber. Tenemos
que seguir manifestándonos para que los responsables sean llevados ante la
justicia”.
¿Corresponden los
restos encontrados a Lahbib? A estas alturas, la familia no se fía de la
policía y quiere una autopsia independiente en Europa (Canarias). Ese mismo
examen de ADN con un pelo de su madre, lo quieren de un organismo
independiente.
En Dajla, se han
mantenido las manifestaciones con una gran afluencia. Estas muertes tan
crueles, en las que la policía de ocupación parece tener tanto que ver, han
sido un revulsivo para denunciar la corrupción de las mafias que impera en la
zona.
Los eslóganes que
corean son: “Unido, unido, unido, el pueblo saharaui unido”. “Descansa en paz,
continuaremos la lucha”. “No se puede humillar al Sahara. Mira Gdeim Izik”.
El viernes 18,
había cambiado el gobernador, denunciado por la familia en las manifestaciones.
Curiosamente, las
manifestaciones van también por la víctima marroquí: contados con los dedos de
la mano los que fueron a su entierro. Los manifestantes saharauis invitaron a
la familia a unirse a ellos, en vano. Los marroquíes están aterrados. Y los
saharauis lo saben. Por eso un marroquí figura en la reivindicación saharaui.
Tras doce días de
protestas, fueron aumentando el número de manifestantes. En la última
manifestación, el 19 de febrero, se congregaron más de 1.000 personas. El día
20 llegaron refuerzos de El Aaiún y de Smara y las fuerzas de ocupación
rodearon la ciudad impidiendo cualquier movimiento de protesta.
Este crimen ha sido
condenado por el Frente Polisario que “deplora el silencio del Secretario
General de NNUU y del Consejo de Seguridad” pues estamos ante una “violación
continuada del derecho internacional humanitario”. Recuerda su representante
ante la ONU, Sidi Omar, la responsabilidad de la comunidad internacional en el
proceso de descolonización del Sáhara Occidental y ello incluye garantizar la
“integridad física y moral” de la población civil saharaui. Por ello, reclama
que Naciones Unidas establezca “un mecanismo independiente y permanente para la
protección e información de los derechos humanos en el Sáhara Occidental”
llamando urgentemente a “acabar con el terror y las represalias”. Pide también
la liberación de todos los presos políticos.
Otras
organizaciones se han solidarizado. ISACOM (Instancia Saharaui contra la
Ocupación Marroquí) ha pedido la formación de un comité internacional de
investigación independiente para dilucidar lo sucedido, lamentando el silencio
de la ONU y de la Cruz Roja Internacional sobre la realidad de los derechos
humanos en las ciudades ocupadas, y ha exigido el establecimiento de un
mecanismo internacional independiente para proteger a los civiles saharauis en
los territorios ocupados. También CONASADH (Comisión Nacional Saharaui de
Derechos Humanos) ha condenado el crimen. CODESA (Colectivo de Defensores
Saharauis de Derechos Humanos) exige a su vez una investigación por parte de
las NNUU y de la Cruz Roja Internacional, y responsabiliza de lo sucedido a las
fuerza de ocupación marroquíes.
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