lunes, 6 de marzo de 2023

¿ESPAÑA?

¿ESPAÑA?

JOSU AIZPURUA

Nunca existió como ESTADO, pues solo fue la referencia del dominio de una Casta que sometió a sus moradores territoriales a una ficción que los mantuvo en la abundancia, la mediocridad, y la impotencia de sus vasallos. La represión fue su arma y la Inquisición su Sistema que obligo a peninsulares no adictos a su régimen a huir a otros lares más tolerantes.

Y la Transición, produjo su primera oportunidad de instaurar un Estado-España, a semejanza de los europeos France, UK, etc. Pero hoy debemos decir que fracasó de nuevo y por los mismos motivos de sus endémicos desastres que la llevaron del Imperio a la nulidad.

Escribo desde la sociología; observo, leo, y opino.

El nuevo españolismo vigente es producto de la manipulación mediática, la ignorancia, y la cobardía para enfrentarse a realidades poco gratificantes. Acusan de Hispanofobia, al normal desarrollo de la realidad histórica.

La Historia, nos relata que los “héroes”, como Hernán Cortes era un analfabeto y sanguinario indigno de ser recordado en el s. XXI pues nada aportó a los valores humanistas que hoy se mantienen como válidos y deseables. El conocimiento y la justicia nos hace más de Malinche que del ignorante “conquistador”.

Una mirada objetiva, y no vale “los demás también”, pues el ventilador no hará desaparecer una trayectoria humanamente indigna y genocida que señala a la supuesta España de abusos y dilapidación. Los pecios nos dan el carácter de los siglos de explotación colonial.

Territorialmente, la realidad se impone a la ficción y la Plurinacionalidad a la Nación. La mano de Irulegi, nos enfrenta a una nación vasco-navarra, en siglos anterior a la idea interesada de España, que se mantuvo como Las Españas para justificarse de sus naciones Ibéricas, hasta que las dictaduras osaron llamar “España-Nación” y sus ¿nacionalidades? No es cuestión de ocurrencia semántica: lo es de realidad objetiva.

La corrupción ha sido el hilo conductor de esa historia franquista de los 500 años, y es preciso impulsar el otro modelo real de Estado, que basado en sus naciones convierta a Iberia en una Confederación con posibilidades de contribuir a la Europa necesaria.

Dejar en su paz a Gibraltar, y descolonizar Canarias, devolviendo Ceuta, Melilla y los Peñones a Marruecos es condición necesaria pero no suficiente para emprender el Estado siglo XXI.

Una ceremonia, visible, profundamente sanadora, deberá realizarse en recuerdo del sufrimiento de los pueblos del Mundo abusados por la Colonización Castellana, de la que el nuevo Estado siglo XXI, no se sienta heredera ni orgullosa. Aquello nunca fue España sino los intereses particulares de una Casta inhumana que deben ser rechazados.

Si la REALIDAD no se impone, la ficción España seguirá descendiendo hasta su desaparición como referencia geopolítica en la moderna interacción del Orden Mundial del siglo XXI.

Y la ficción-facha será el lugar donde los mangantes se oculten bajo ropaje patriótico de lo que no es más que su conveniencia patrimonial a costa de sus vecinos.

 

 

 

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