REFRACCIÓN
Aserto
José Rivero Vivas
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___José Rivero Vivas
REFRACCIÓN
El grito. El vigilante. Márgara. Rósula bella. La dimensión.
Pálido adalid. Sesgo. Olor próvido. Casahueca. El eunuco.
La calva rosada. La ilusión. La magua. Trova y furor. Nugación.
Sol de Sálgora. La hornacina. Tilde. Alodio. Rútila oquedad.
Fulgor romántico. Yermo destello. Orla de forzados. Cautivo.
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Estos libros, aquí expuestos, no promueven lectura, sino
colección de auténtica reliquia, conforme verídica declaración de su propio
autor, quien habla como si hubiese llegado el momento de tirar el papel, sin
importar la sustancia de lo expreso, aun cuando su peso sea determinante a la
hora de disponer su conservación.
En ello abstraído, circunspecto proclama: Habrá que deshacerse
de tanto manuscrito, sin valor real, pues, su elaboración solamente ha servido
para invertir tiempo y reducir peculio en adquirir material para su confección,
además de la cantidad de tinta derramada sobre su faz lisa, blanca y de cualquier
color que se haya terciado, en el momento de ser utilizado como soporte para formular
su pensamiento, su fantasía, su ilusión, combinado todo con la fuerza
imaginativa de ayer, después de concebir su trama en instante espontáneamente
elegido.
Para leer, prosigue sereno, están los textos de siempre, aquellos
que, a lo largo del tiempo –años, siglos, milenios-, han dejado profunda huella
en el ser humano. Hemos, no obstante, de reconocer, que en horas de magra
coyuntura aparece siempre el autor, o la autriz, ungido por dedos de la suerte,
que irrumpe con espécimen prodigioso en este marco de celebridad.
Claro es que, hoy en día, sencillamente se presentan obras de José Rivero Vivas, publicadas por Ediciones IDEA, cuya ilustración en portada luce bellos óleos de Ernst Ludwig Kirchner, gran pintor
alemán, de quien fueron destruidos muchos trabajos, con el ascenso al poder de
quienes así lo dispusieron. Como consecuencia de ello, en junio de 1938, cerca
de Davos, Suiza, su delicada salud emocional lo condujo al suicidio. Pero, la
tristeza suscitada tras el aciago suceso, no obsta para firme perseverar, en
solidario desvelo, venteando la artística semblanza de este tenaz creador, cuya
traza brilla indeleble por encima de rencor y malquerencia.
De modo que, acertadamente, por parte de Francisco Pomares, la inmensidad de estas pinturas proporciona imponderable cubierta a estos tomos, que en realidad atesoran en su ornamento una especie de hálito, trocado luego en fructífera espera de positivo advenimiento, cual augura Ánghel Morales, tras su leal tutela y óptima promoción. Valga, por tanto, la insistencia en la declaración hecha al inicio: Este lote está destinado a ser protegido como verdadera joya que, en su momento, pasará a ser souvenir, pour faire cadeau, cual probada estimación, al alma designada. Así que, damas y caballeros, niños y niñas, juventud, señoras y señores, gente de avanzada edad, no haya preocupación alguna relativa a su convencional simbolismo. Se trata de bellos objetos, convertidos libremente en estupendo regalo, para alguien de supremo aprecio distinguido.
Su versión acerca de la galería de personajes, de diferente
sesgo, que a propósito palpita en estas páginas, no es producida cual fruto del
azar ni prima la intención de complacencia respecto de un execrable fluir de perentoria
vigencia. Este esmero, en cambio, supone, sin ambages, digna inclinación hacia
quienes padecen desvalimiento -mujeres, niños, ancianos, así como aquellos
hombres que se ven de alguna manera excluidos de la sociedad-, por considerar
que su ser víctimas de injusto trato debe ser destacado en sus diversos
aspectos, en cuanto individuos no favorecidos por la clase dominante, que a su
arbitrio retribuye a unos mientras lacera a otros. De este núcleo desventurado
surgen múltiples caracteres, acaso por afinidad con su situación o por simpatía
con quien la sufre; nunca por conmiseración ni paternalismo. El objetivo es, en
definitiva, señalar este colectivo, que
estoicamente soporta su sino, inmune a impresión ante fulgor y alharacas de
suntuosidad y ostentación.
No es, sin embargo, cuestión de erigirse en mejor o peor persona,
sino que cada cual resulta atraído por distinto fenómeno social, siempre que
sea genuino el sentimiento y no mera gira periférica con fines pintorescos y
folclóricos, pese a la nobleza de la denuncia que su acción comprende. Cierto
es que, cada innovador sigue su impulso, extraño, o llevado tal vez de los plurales
dictados que el ciclo demanda. Quizá en ello radique el éxito rotundo de
algunos, lejos, sin duda, del caso presente.
Sucede, a este tenor, que, aun inmerso en franco denuedo, sigue
indeciso en la opción a tomar sobre este remanente de existencia, del que
podría enviar una partida a Francia, o dejar intacto su total en Inglaterra. El
caso es que, nadie parece interesado en el género expedito; se vive
ostensiblemente distinta época y el pueblo anhela temas de actualidad, sin
pensar que el momento presente es similar a otros pretéritos, con la
peculiaridad de agravarse el drama, por cuanto el avance científico y
tecnológico ha puesto en manos desaprensivas armas fatídicas con que el avieso
mandatario destruye el mundo, sin plena conciencia de su tragedia. Arguye que,
mientras un solo sujeto afín quede en pie, procede desoír el vaticino de la
nutrida desaparición de tantos seres, puesto que nada se pierde; luego, inconsciente
ignora cuán copioso número se condena a la extinción, por pura soberbia de
someter a sus semejantes, en naciones, distantes y próximas, a su arbitrio, durante
su estancia en la Tierra. No le importan plantas ni animales ni portentos
naturales o de humana eficiencia, como tampoco le preocupan sus congéneres,
sino en la medida de efectiva colaboración en la debacle, en cuanto diana
certera de sus disparos, de sus bombas y terroríficos misiles. Así, ufano de su
rol, imperioso pregona:
-¡Vamos a conquistar otro planeta. Este está infestado de gente
común: insolventes, mansos y mancos, los más; todos, en general, criaturas deleznables!
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La eventualidad de pródiga encomienda hacia lo que antecede, fue
seguidamente transformada en gestión de opuesta cadencia. De forma que, en esta
muestra de pintura, arropando con su intenso color tanto encarecido cuerpo,
hemos de corroborar lo anunciado al principio del discurso: Estos libros son
para coleccionar y exponer en sitio señalado del hogar, la oficina, la tienda,
el bar, el taller; cualquier espacio de ocio y aun de trabajo, como talismán
edulcorante en horas de cansancio y hastío, lo mismo que en momentos de calma y
serena contemplación del cotidiano panorama en su óptica global.
Mas, en vista del nulo acontecer acerca de su primicia, en
austero plan de justificada salvación, se ha hecho insigne despliegue de esta SUMA, con esperanza de que alguien
acceda al hechizo de su perfil y decida adquirir entera la audaz antología, con
el fin de fruir tanta hermosa y significativa imagen, arropando magnánima la
verbosidad de su arcano.
Súbitamente, de entre el raro público asistente, se oyó una voz,
llena de ironía, rebozada de sorna y despectivo desdén:
-¿Es posible ver y tocar algún ejemplar?
-Cierto.
Están para ser abiertos todos y ojear sus páginas, lo que probablemente
redundaría en grata sorpresa, al tiempo de proporcionar solaz y temple el
singular primor expresivo que cada volumen acopia.
Su lectura,
empero, es susceptible de ocasionar intenso rubor.
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Aserto
José Rivero Vivas
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Tenerife
Islas
Canarias
Octubre
de 2020
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