JM AIZPURUA
Ya se sabe que la
vela sin candela; no arde. Y es nuestro caso canario.
El C19 ha puesto de
manifiesto que la UNIDAD de la diversidad, no sirve de nada, entorpece, y la
territorialidad real es la adecuada para resolver en los temas habituales, que
es la política UE para aconsejar que lo que se puede hacer de cerca, no debe
complicarse de lejos. Es el art. 3.b del Tratado de la Comunidad Europea: el Principio
de Subsidiariedad.
La RUP, que es una
definición infinitamente más acertada que la Comunidad, se impuso en la
pandemia y el Estado ha tenido que reconocer, de mala gana y con sordina, que
el archipiélago es algo ajeno a la Península para la Sanidad, y para tantas
cosas más. “Coordinarse” con Madrid ha sido innecesario, imposible, y estúpido
por patriotero.
Canarias (nación,
colonia, o Estado Libre Asociado) no puede ser unificada de Comunidad Autónoma
que la identifica en una España en la que no cabe y de la que tiene un espacio
diferenciado. Hoy es una colonia disfrazada de Comunidad Autónoma.
Canarias, Ceuta,
Melilla y Sahara, son los restos coloniales del Imperio español. No aceptarlo
es una falacia histórico-política.
Los wanches ayer y
los canarios hoy, son las poblaciones de las islas con derechos inalienables.
La acción castellana de invasión y colonización no es fuente de derecho
internacional, salvo en las mentes anacrónicas de los nostálgicos españolistas
que gritan Gibraltar español y tocan la cacerola.
El Estado español,
Marruecos y EE. UU., son los que mantienen esta situación sin resolver. Este
equilibrio obedece a muchas cuestiones, entre las que no está: el bienestar de
los canarios.
Y hoy en 2020,
este, el bienestar de los canario/as, es la única fuente de derecho para
enfocar la política del archipiélago.
El silencio
impuesto, por el que sólo aquí oirán ustedes verdades como puños, nos impide
debatir, proponer, consensuar, y poner rumbo al progreso canario.
Lo digo una y otra
vez: Canarias necesita un Plan de ayuda económica e infraestructuras para
equipararse a las regiones europeas en igualdad de recursos y posibilidades. Su
situación actual con un 40% de miseria y la única posibilidad para sus talentos
de migrar, es un delito social con responsables externos e internos.
Los acumuladores de
capital isleño se hicieron por esclavitud, medianero, o salario infame, no por
virtudes empresariales si no por nepotismo y sumisión.
Volver de nuevo al
caciquismo de turismo barato y pelotazo urbanístico, como motores de desarrollo
insular es una agresión civil, un exterminio de la dignidad popular canaria.
Cinco siglos de colonización debieran dar para algo más de lo que el Estado
Colonizador ha realizado en estas islas, en las que se hurtaron los Fondos de Cohesión
europeos (FEDER) y el único desarrollo se debe al dinero del turista.
“La política de cohesión, tiene como objetivo
reducir las disparidades económicas y sociales entre los distintos países y regiones
de la UE. Para lograrlo, esta política se vale de recursos financieros
(Fondos Estructurales) obtenidos del presupuesto de la Unión (incluido el FSE)
que respaldan el desarrollo económico y social de las regiones menos
desarrolladas”.
Esto lo dice la
propia UE, y nosotros somos RUP, región europea ultraperiférica;
subdesarrollada.
¿Quién calla
nuestra situación de subdesarrollo europeo? ¿Quién sostiene nuestro alejamiento
del estado de bienestar europeo?
Patricia y
Bermúdez, son los árboles puestos para que no veamos el bosque.
¡Que alguien de luz
a nuestra vela!
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