viernes, 8 de marzo de 2019

¿JUICIO?


¿JUICIO?
JM AIZPURUA
 Los magistrados del tribunal que juzga el 'procés' son: Andrés Palomo, Luciano Varela, Andrés Martínez Arrieta, Manuel Marchena (presidente), Juan Ramón Berdugo, Antonio del Moral y Ana Ferrer. Son “jueces”, pero también personas con sus criterios, sus filias y sus fobias, y su trayectoria política y sindical. Nada les confiere una bula para juzgar a políticos en política y menos a tratar de imponer sus criterios en el desencuentro institucional catalán amparados en sus cargos judiciales. Los reos de su Sala actuaban en nombre de millones de catalanes como sus representantes: no puede hacérseles responsables individuales de nada. Cambiar Democracia por Justicia, es una argucia de unos políticos desbordados y sin argumentos ante el reto soberanista.

En la vista, solo Marchena ejerce y sobreactúa con ánimo de aparentar tolerancia como aval ante cortes europeas en donde temen terminen valorados por su juicio.
Pero pese a sus esfuerzos, solo sentimos pena, amargura, indignación ante un espectáculo tan deprimente; no hay sensación de presunción de inocencia, ni dentro ni fuera, pues todo el mundo comenta ya su condena.
De jóvenes veíamos ensimismados los juicios de Perry Mason, donde con su habilidad proverbial reventaba a los acusados y su delito brotaba con claridad dejando al delincuente a los pies de los caballos. Pero aquí no hay Perry Mason, los acusadores son de una nulidad sonrojante y no aportan más que reiteración de un relato prefabricado, que punto por punto rebaten los acusados y testigos mientras los funcionarios repiten sin fisuras el relato fiscal.
No hay causa jurídica.

Cataluña y España chocaron políticamente y el Estado quiere usar sus privilegios para escarmentar a los que no pudo someter a sus criterios y mandatos. Y la justicia se pliega.
Los delitos de un político con representación, en el ámbito político: no existen.
¿Lo que ha hecho Rajoy en su administración es más o menos que lo que ha hecho Junqueras en la suya? ¿Es malversación?  ¿Recortar pensiones y salarios es mas o menos delito que comprar urnas en los chinos?
Los acusan de hacer un Referéndum, que, Rajoy, Santamaría y Zoido, testigos obligados a decir la verdad, dicen que no existió. Y lo dicen el Presidente, Vicepresidenta y Ministro del Interior del Gobierno español: ¿cabe mayor testimonio?
Si siguen adelante con la farsa, el final, sea el que sea y se base en lo que se base, romperá el puente de Cataluña con España, y la sentencia, sea cual sea, se verá cuestionada desde muchos ambientes europeos y quizás revocada. Anulen este juicio y dejen que las urnas y la diplomacia resuelvan el conflicto.
Este tribunal, la misma sala con la ubicación inferior de los procesados que recuerda al circo romano esperando al dedo, no aporta confianza ni tiene visos de dar solución al problema planteado. El lenguaje gestual de los magistrados revela su predisposición; obsérvenlos y verán el poco interés e incluso rechazo hacia la parte defensora. Alguno hasta se ríe ante ella. No es posible oír a Marchena sin recordar el twit de Cosidó y sentir pavor por si pudiera ser cierto, por si pudiéramos estar asistiendo a un fraude de ley y una tomadura de pelo colectiva. Este juez tiene una carrera ambivalente: brillante para el Estado y dudosa para la Justicia de sus reos, como ANV y Garzón. No es el adecuado para un caso como el del Procés que marcará la historia de España y Cataluña. Su compañero de tribunal, Del Moral, suele contar un relato de Blancanieves y los 7 enanitos en el que acaban todos los personajes del cuento acusados de delitos. ¡Vaya panorama!
Altsasu-Manada-Procés: Justicia, ¡quién te ha visto y quién te ve!
El llevar la inconsciencia del PP para hacer votos en España a cuenta de Cataluña, a lo que se apuntó Cs, y preparar una trampa “legal” a los independentistas, ha traído a una sala judicial, templo de la Justicia, lo que no está para estas cosas y que en su labor perjudica gravemente a todos, pues unos quieren la máxima condena y otros la absolución, posiblemente sin argumentos jurídicos y usando sus preferencias políticas. La brecha está asegurada y solo con la anulación saldríamos del hoyo.
Todos sabemos lo que pasó y por culpa de quién.
No le busquemos tres pies al gato y volvamos a las urnas, pues la opinión doctísima de Marchena y sus jueces, solo siete, no podrá compararse a la que expresen millones de catalanes en las urnas.
Si estamos en Democracia seamos demócratas. No juzgues y no serás juzgado.

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