JM AIZPURUA
Los magistrados del tribunal que juzga el 'procés' son: Andrés
Palomo, Luciano Varela, Andrés Martínez Arrieta, Manuel Marchena (presidente),
Juan Ramón Berdugo, Antonio del Moral y Ana Ferrer. Son “jueces”, pero también
personas con sus criterios, sus filias y sus fobias, y su trayectoria política
y sindical. Nada les confiere una bula para juzgar a políticos en política y
menos a tratar de imponer sus criterios en el desencuentro institucional
catalán amparados en sus cargos judiciales. Los reos de su Sala actuaban en
nombre de millones de catalanes como sus representantes: no puede hacérseles
responsables individuales de nada. Cambiar Democracia por Justicia, es una
argucia de unos políticos desbordados y sin argumentos ante el reto
soberanista.
En la vista, solo
Marchena ejerce y sobreactúa con ánimo de aparentar tolerancia como aval ante
cortes europeas en donde temen terminen valorados por su juicio.
Pero pese a sus
esfuerzos, solo sentimos pena, amargura, indignación ante un espectáculo tan
deprimente; no hay sensación de presunción de inocencia, ni dentro ni fuera,
pues todo el mundo comenta ya su condena.
De jóvenes veíamos
ensimismados los juicios de Perry Mason, donde con su habilidad proverbial
reventaba a los acusados y su delito brotaba con claridad dejando al
delincuente a los pies de los caballos. Pero aquí no hay Perry Mason, los
acusadores son de una nulidad sonrojante y no aportan más que reiteración de un
relato prefabricado, que punto por punto rebaten los acusados y testigos
mientras los funcionarios repiten sin fisuras el relato fiscal.
No hay causa
jurídica.
Cataluña y España chocaron
políticamente y el Estado quiere usar sus privilegios para escarmentar a los
que no pudo someter a sus criterios y mandatos. Y la justicia se pliega.
Los delitos de un
político con representación, en el ámbito político: no existen.
¿Lo que ha hecho
Rajoy en su administración es más o menos que lo que ha hecho Junqueras en la
suya? ¿Es malversación? ¿Recortar
pensiones y salarios es mas o menos delito que comprar urnas en los chinos?
Los acusan de hacer
un Referéndum, que, Rajoy, Santamaría y Zoido, testigos obligados a decir la
verdad, dicen que no existió. Y lo dicen el Presidente, Vicepresidenta y
Ministro del Interior del Gobierno español: ¿cabe mayor testimonio?
Si siguen adelante
con la farsa, el final, sea el que sea y se base en lo que se base, romperá el
puente de Cataluña con España, y la sentencia, sea cual sea, se verá
cuestionada desde muchos ambientes europeos y quizás revocada. Anulen este
juicio y dejen que las urnas y la diplomacia resuelvan el conflicto.
Este tribunal, la
misma sala con la ubicación inferior de los procesados que recuerda al circo
romano esperando al dedo, no aporta confianza ni tiene visos de dar solución al
problema planteado. El lenguaje gestual de los magistrados revela su
predisposición; obsérvenlos y verán el poco interés e incluso rechazo hacia la
parte defensora. Alguno hasta se ríe ante ella. No es posible oír a Marchena
sin recordar el twit de Cosidó y sentir pavor por si pudiera ser cierto, por si
pudiéramos estar asistiendo a un fraude de ley y una tomadura de pelo
colectiva. Este juez tiene una carrera ambivalente: brillante para el Estado y
dudosa para la Justicia de sus reos, como ANV y Garzón. No es el adecuado para
un caso como el del Procés que marcará la historia de España y Cataluña. Su
compañero de tribunal, Del Moral, suele contar un relato de Blancanieves y los
7 enanitos en el que acaban todos los personajes del cuento acusados de delitos.
¡Vaya panorama!
Altsasu-Manada-Procés:
Justicia, ¡quién te ha visto y quién te ve!
El llevar la
inconsciencia del PP para hacer votos en España a cuenta de Cataluña, a lo que
se apuntó Cs, y preparar una trampa “legal” a los independentistas, ha traído a
una sala judicial, templo de la Justicia, lo que no está para estas cosas y que
en su labor perjudica gravemente a todos, pues unos quieren la máxima condena y
otros la absolución, posiblemente sin argumentos jurídicos y usando sus
preferencias políticas. La brecha está asegurada y solo con la anulación
saldríamos del hoyo.
Todos sabemos lo
que pasó y por culpa de quién.
No le busquemos
tres pies al gato y volvamos a las urnas, pues la opinión doctísima de Marchena
y sus jueces, solo siete, no podrá compararse a la que expresen millones de
catalanes en las urnas.
Si estamos en
Democracia seamos demócratas. No juzgues y no serás juzgado.
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