JUAN LUIS GUERRA: SOLIDARIO CON TRUMP Y GUAIDÓ
NARCISO ISA CONDE
Las agencias de
noticias internacionales y los grandes medios de comunicación que conforman la
dictadura mediática mundial bajo el mando de EEUU, han dado cuenta de que el
destacado canta-autor dominicano, Juan Luis Guerra, asistió al
espectáculo “VENEZUELA AID LIVE” (siempre en inglés), realizado en
Cucutá-Colombia, en “un gesto solidario” con ese hermano país.
En verdad muchos
medios se equivocaron de “medio a medio” a la vez: Juan Luis, con ese “gesto”
realmente se mostró solidario con los designios de Donald TRUMP, Pentágono, CÍA
y Departamento de Estado de EEUU, que han creado la PRESIDENCIA FICTICIA de
Juan Guaidó dentro una estrategia de desestabilización, golpe de Estado e
invasión a una Venezuela que rescató hace dos décadas su soberanía.
En el caso del
brillante músico quisqueyano se trata penosamente de un paso que resulta mucho
más vergonzoso que el que dieron su propios colegas solidarios con la fórmula
Trump-Guaidó-intervención, participantes también en el referido concierto bajo
la sombrilla del neofascista Iván Duque y las siete bases militares gringas
enclavadas en tierra colombiana.
Esto así, sobre
todo si se tiene en cuenta que su patria dominicana fue invadida en 1965 sobre
la base de mentiras muy parecidas: aquí para “salvar vidas” y allá frente a una
“crisis humanitarias”; aquí contra la “dictadura castro-comunista” que
entrañaba la revolución democrática-constitucionalista de abril y allá contra
la “dictadura de Chávez y de Maduro”, aliada al “comunismo cubano”.
Y esto de cara a una Venezuela donde la
ultraderecha Venezolana y EEUU, controlando gran parte de la economía y los
medios de comunicación, ejercen democráticamente el derecho a matar
presidentes, dar golpe de Estado, desplegar guerras económicas, desabastecer el
comercio, robarse las divisas y llamar a la invasión de EEUU. A una Venezuela
que ejerce el derecho de autodeterminación sobre un territorio preñado de
petróleo, oro, gas, agua, biodiversidad y minerales estratégicos, que el
imperio quiero asaltar.
En definitiva, Juan
Luis –respetable siempre por su inmensa calidad artística- políticamente dejó
de ser aquel Juan Luis.
Se olvidó de Juan
Bosch y de Caamaño.
Del Niágara en
bicicleta.
De su postura
anticolonialista y anti-imperialista de antaño.
Del rol que jugó a
raíz de la conmemoración del IV Centenario de la conquista de América.
De su cercanía con
el pueblo.
Se fundió con las
elites sociales.
Se convirtió en
multimillonario, olvidando su pasado y sus ideas juveniles.
Asumió el salto a
la clase dominante-gobernante, dejándose condicionar por las grandes disqueras
de Miami y los grandes capitales del
mundo del espectáculo.
Rechazó
invitaciones cubanas para complacer presiones norteamericanas.
Y ahora arriba a un
punto de degradación política-ideológica que además de mucha pena, provoca una
inmensa vergüenza ajena.
Tanto talento.
Tanta fama.
Tanto aprecio y
cariño.
Tantos
reconocimientos.
Para finalmente
acompañar a Trump, Guaidó, Almagro,
Carriles, Uribe, Macri, Bolsonaro, Luis Orlando Hernández, Danilo y toda esa
cáfila despreciable.
Para fundirse en un
abrazo con lacayos, paracos, traidores, OEA, e invasores.
¡Cuánta lástima!
Sobre todo por aquello de que vale más como se termina frente a la
patria-humanidad, que como se comienza frente a ella; independientemente de los
méritos profesionales acumulados durante muchos o pocos años de vida. (
26-02-2019, Santo Domingo, RD).
La opinión del
autor no coincide necesariamente con la de TerceraInformación
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