QUÉ PASA EN UCRANIA?
MAURICIO ZIELENIEC –
DIRECTOR DE
IDENTIDAD
En Ucrania, lo que empezó como un movimiento ciudadano contrario
a un gobierno corrupto prorruso ha terminado por convertirse en un golpe de
Estado apoyado por la UE, EEUU y la OTAN, en el cual se han repartido la torta
tres partidos políticos, el opositor Batkivshchyna (Centro derecha liberal),
Pravyi Sektor (Extrema derecha ultranacionalista) y Svoboda (Neonazi y
antisemita), el primero pertenece a Yulia Timochenko, con mayor popularidad en
el oeste proeuropeo, y los otros dos son fuerzas violentas de extrema derecha y
neonazi, con tics antisemitas que han sembrado el pánico entre judíos y comunistas
a lo largo y ancho de la llamada “revolución de colores”.
La sociedad ucraniana, después de 20 años de la proclamación de
su independencia, sigue estando profundamente fracturada. Es una división que
se manifiesta en varias e importantes direcciones. Una, con relación al golpe
de 1991 y la instauración del nuevo orden socio-económico neoliberal; otra, con
relación a los acontecimientos y protagonistas del pasado, especialmente a
aquellos relacionados con la presencia de Ucrania como parte integrante del imperio
ruso y de la URSS; una tercera, con relación a la orientación de la política
exterior de Ucrania; por último, con relación a los valores de la civilización
eslava oriental y de la civilización occidental (lengua y cultura).
El agravamiento de la situación política determinó que en las
elecciones de 2012 en el Parlamento de Ucrania, ninguna de las partes
enfrentadas alcanzara su objetivo. Las regiones, que aspiraban a conseguir la
mayoría constitucional en el Parlamento, no pueden contar siquiera con la
mayoría simple. La denominada “oposición” tampoco conquistó la mayoría.
Pero en las regiones occidentales de Ucrania las fuerzas
nacionalistas prácticamente habían instaurado sus gobiernos, negándose a
cumplir las decisiones que vienen del centro, con la aspiración de imponer su
visión nacional-chovinista, rusófoba, a todo el país. El gobierno estaba
claramente perdiendo la capital.
La Rada (Parlamento) de Ucrania se vio incapacitada para asumir
las funciones que le otorga la Constitución. Sus sesiones plenarias se veían
interrumpidas por la “oposición”, boicoteadas, convirtiéndose el Parlamento en
un organismo incapacitado para legislar. La situación se agravó más en ese
momento, por el hecho de que en el Parlamento entró una fuerza abiertamente neonazi
como es el partido “Svoboda”, que no hace mucho se autodenominaba
social-nacionalista. A al cual se le unió “Batkivschina” y el partido “UDAR” de
Klichko, creando en la Rada una oposición unida nacionalista de derechas, cuyo
núcleo ideológico representa Svoboda. Entonces, el presidente corrupto fue
expulsado por un golpe de Estado.
El gas por un lado y el petróleo por otro desempeñan su papel
como elementos de poder geopolítico. Es un conflicto de nacionalismos e
intereses, donde todo es gris.
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