EL FACTOR NACIONALISTA
QUE SE OLVIDA
EN CANARIAS
ELOY CUADRA
Desde que llegué a Canarias hace ya 20 años siempre me ha
fascinado la historia de los originarios pobladores de esta tierra, los
guanches. Aunque venía de la Península, mi natural tendencia a ponerme del lado
de los más débiles me llevó a simpatizar de inmediato con los que lucharon y
perdieron frente a los conquistadores castellanos, por la desigualdad de
fuerzas, por los 100 años que tardaron en conquistar Canarias entera, por los
engaños, por el sometimiento o por la resistencia noble y heroica en muchos
casos. Aquellas generaciones de guanches, imagino cuanto dolor y cuanta
frustración. La cosa es que cuando hablo de esto en conversaciones políticas,
con gente canaria y con gente de fuera, casi siempre me dicen que de eso ya
pasaron muchos años, no hay vestigios, no importa ya a nadie. Y siempre termino
con la misma reflexión: ¿quién marca lo que es pasado y debe ser olvidado y lo
que aún es presente a pesar del tiempo pasado? Entonces, habríamos de olvidar
también el Holocausto nazi pues también es pasado, como la Guerra Civil
Española o la Primera Guerra Mundial, y ya puestos también hemos de olvidar las
purgas políticas de las dictaduras argentina y chilena, el genocidio ruandés de
los noventa y cualquier otro ataque a la integridad de los pueblos que se hayan
dado en un pasado más o menos reciente, pues al fin y al cabo pasado es y
cambiar no se puede. Pues no tengo yo tan claro que debamos olvidar el pasado
de Canarias por muy lejano que esté, menos aún cuando nadie pidió perdón
todavía por todo aquello y cuando hoy se sigue en parte sufriendo el resultado
de esa colonización pasada tan mal ejecutada.
Quizá por romanticismo, o tal vez por ese sentido de continuidad
que me gusta darle a la existencia humana en la tierra, a mí siempre me han
dolido todas las injusticias que el hombre ha perpetrado a su paso por el
mundo, y esta no podía ser menos. Parece claro que intento buscar el malestar
del canario ante su realidad histórica como pueblo, si bien para ello no hace
falta remontarse tan atrás. Bastaría, para empezar, con recordar que Canarias
es un archipiélago africano que está a 1.500 kilómetros del país al que
pertenece políticamente, un país que no es precisamente africano. Luego, no
debería haber a priori un sentimiento de pertenencia a un territorio unitario
como el que podría tener un gallego, un catalán, un valenciano o un vasco que
se sienta también español, pues ellos sí que están dentro de un territorio
compartido con el resto de españoles llamado Península Ibérica.
Argumentos históricos, argumentos geográficos, ambos válidos
para mí, pero ambos con mucho menos peso que los políticos y los económicos
puestos en el presente. Y es que basta observar la realidad canaria y lo que
nos encontramos son soluciones políticas y económicas tomadas por las clases
dirigentes, la canaria, la española y la europea, que para nada están pensadas
para ayudar al desarrollo sostenible y la autosuficiencia de los habitantes de
Canarias. Así, podríamos hablar de las energías renovables que no hay en
Canarias -absurdo total-, del REA que mata la producción local o de la RIC y el
REF que impiden un justo reparto de la riqueza, podríamos hablar de la
imposibilidad de acceder a los recursos del mar, podríamos hablar de la
hiperpoblación incontrolada, de la depredación del paisaje y de mil cosas más,
y acabaríamos concluyendo dos cosas: a) Canarias es una sociedad absolutamente
dependiente de ayudas y subvenciones exteriores, algo hecho así a lo largo de
los siglos de manera premeditada; y b) Canarias es la región más pobre y con
más paro de toda Europa sumadas también las RUP francesas, holandesas y
portuguesas.
Con todo esto, aquel que se sienta mínimamente canario debería
estar algo o bastante molesto con los dirigentes que deciden el futuro de
Canarias, porque, parece claro, no están haciendo lo que más interesa a los
canarios y canarias que viven en esta tierra. Entonces, ¿por qué no hay
reacción?, ¿por qué el burro cargado no busca camino? Muchas pueden ser las
respuestas, muchas las razones, sin duda, y una de ellas la encuentro en que se
ha desactivado el sentir canario inconformista, orgulloso y rebelde,
imponiéndonos otro sentir que dice que el canario es pasivo, humilde,
desconfiado, socarrón, folklórico, devoto de vírgenes y santos, aplatanado,
miedoso, acomplejado y conformista. Al parecer esto se viene haciendo desde
tiempos inmemoriales, el problema es que en Canarias no hay ni tan siquiera
posibilidad de trabajar por recuperarlo, porque aquí, a diferencia de lo que se
da en otras comunidades históricas de España, sólo mandan y tienen
representación política -salvo contadísimas excepciones- los
pseudonacionalistas de Coalición Canaria, un nacionalismo caciquil, un
nacionalismo servil, un nacionalismo de derechas vendido a intereses económicos
y a sus propios intereses de clase, un nacionalismo que quiere que el canario
siga siendo como ahora se dice que es. Miremos afuera un momento: en el País
Vasco está el PNV y están los abertxales, llámense Bildu o como quieran
llamarse, con bastante poder, peso e implantación en la sociedad vasca; en
Cataluña más de lo mismo, está CIU y está ERC con tanta o más representación
política y social al margen de otras fuerzas de izquierdas con cierto peso que
también son nacionalistas; y en Galicia está el BNG y AGE con representación y
ni siquiera se da el partido nacionalista de derechas que tenemos en las otras
tres. En resumen, en Canarias no hay nacionalistas de izquierdas con peso y
representación.
En este punto alguien puede pensar: "este tío se ha vuelto
independentista de repente", a lo que diré que no necesariamente. Yo
simplemente quiero lo mejor para la mayoría de la gente que vive en Canarias, y
viendo lo que hay en base a lo que acabo de exponer, creo que irían mejor las
cosas aquí si tuviéramos como en otras CCAA esas fuerzas políticas de
izquierdas con representación notoria en Parlamento, Cabildos y Ayuntamientos
que lleven inserto el auténtico sentir nacionalista y la posibilidad de una
autodeterminación futura, y que hagan de contrapeso al poder que desde hace tantas
décadas y con tan nefasto resultado ejercen las clases políticas y económicas
que mandan en el Archipiélago. En lugar de eso lo que hay son algunos partidos
como Nueva Canarias, IU o Sí se Puede, que empiezan a tener representación y
aspiran a tener más pero siguen cada uno con sus dinámicas internas y sus
intereses particulares, ninguno especialmente interesado en recuperar el sentir
canario nacionalista, orgulloso, combativo y rebelde que piensa y quiere ser
libre.
¿Independencia para Canarias entonces? Tal vez algún día, tal
vez, sólo tal vez, pero nunca ahora, no con la sociedad que tenemos, pues, no
puede una sociedad dependiente, miedosa, anestesiada y básicamente muy poco
formada pensar en ser independiente con la parte de responsabilidad, sacrificio
y valentía que ese paso conlleva. Pese a lo dicho, sí que creo que es
importante y muy necesario poner en el centro de las luchas justas de esta
tierra la que se preocupa por recuperar en la sociedad canaria esa otra manera
de ser canario que me resisto a pensar que no existe ya, si es cierto lo que
reza un texto que me han pasado, y la sangre de los originarios guanches corre
todavía en alguna medida por el 65% de la población canaria.
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