martes, 13 de mayo de 2014

LA PRIVATIZACIÓN SANITARIA: EL LIBRE COMERCIO Y EL CLUB GERTECH



LA PRIVATIZACIÓN SANITARIA: EL LIBRE COMERCIO Y EL CLUB GERTECH
PABLO VAAMONDE

El sistema sanitario público está en peligro. El riesgo no está en la pretendida insostenibilidad que pregonan los profetas ultraliberales (en la acción pública siempre es sostenible aquello que se quiere sustentar). La auténtica amenaza son las políticas neocom que pretenden apoderarse de los presupuestos dedicados a los servicios públicos.
Los buitres de la especulación financiera planean alrededor. Hay una planificación estretégica, que viene de años atrás, y tiene por objetivo desmontar los servicios públicos y apoderarse de su financiación. No se trata de una nueva teoría de la conspiración sino de hechos y datos contrastados. Podemos afirmar, con toda certeza, que existe un plan internacional, financiado y liderado por la poderosa industria farmacéutica y las grandes empresas de la tecnología sanitaria. Esta estrategia, diseñada a gran escala, es aplicada de forma estricta, por los políticos cómplices y los grupos de presión, a nivel local.
Un excelente informe publicado por la FADSP (Federacion de Asociacións para la Defensa de la Sanidad Pública) revela el plan que se está negociando entre la Comisión Europea -órgano no electo- y el Departamento de Comercio de los EE.UU. para constituir una Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (ATCI o TTIP, de acuerdo con las siglas en inglés). Comenzaron esta negociación en julio de 2013 -dirigida por dos personajes de dudosa reputación-, con gran secretismo. Suscita numerosas discrepancias, pues los observadores entienden que es mucho más que un tratado de libre comercio ya que suprime todas las barreras económicas y legislativas a los intercambios comerciales. En el ámbito sanitario este acuerdo, de aplicarse, representaría que los sistemas sanitarios públicos europeos serían un mercado abierto a la participación de las empresas de EE.UU. Las empresas transnacionales pretenden con esta iniciativa "acceder a los presupuestos sanitaros públicos de los países europeos para tener la oportunidad de obtener grandes beneficios".
Ante la polémica generada, el Parlamento Europeo aprobó una resolución que excluye de la negociación a los servicios públicos para evitar la penetración del sector privado en los mismos. Pero hay que saber que las resoluciones del Parlamento no son vinculantes para la Comisión Europea, que es la que realmente negocia. No está claro, por tanto, que la sanidad pública quede protegida. Por el contrario, este plan va dirigido a garantizar el acceso de las grandes empresas transnacionales a los presupuestos dedicados a la sanidad (que representan alrededor del 40% del presupuesto total de las CCAA), con el objetivo de conseguir la privatización de los servicios sanitarios, "que son vistos por los inversores privados y por la industria farmacéutica y de tecnología sanitaria como una enorme lista de compras".
Si se firmase este Tratado, en los terminos que pretenden las partes negociadoras, podrían tornar irreversibles las privatizaciones de los servicios públicos, pues la legislación estatal quedaría condicionada por la normativa de superior rango de la UE. Las multinacionales y los poderosos lobbies presionan para desarrollar el llamado "Mecanismo de Solución de Diferencias entre inversor y Estado" (ISDS), ideado para proteger a los inversores y que incluye "disposiciones contra la expropiación de servicios de interés público". Esto quiere decir que sería imposible dar marcha atrás en las privatizaciones: las concesionarias podrían recurrir a entidades arbitrales para conseguir elevadas indemnizaciones por lucro cesante.
Esta estrategia global se refleja, a nivel local, en el "selecto" Club Gertech, una asociación formada por "gerentes y altos directivos sanitarios y tecnólogos de empresas". Este foro, que afirma estar orientado a la formacion y a crear cultura de innovacion, en realidad es un poderoso grupo de presión que tiene un objetivo claro: apoderarse de los recursos económicos destinados a la salud (57.000 millones de euros según los presupuestos de 2014). Está integrado por gerentes sanitarios y altos cargos, la Universidad de Navarra y el Instituto Carlos III. Recibe apoyos de la Asociación de Directivos Sanitarios (SEDISA) y del llamado Foro de la Profesión Médica (alianza corporativa integrada por organizaciones afines al actual gobierno), y tiene el patrocinio de varias empresas del sector (Medtronic, Philips, Roche, Nec Corporation, Citec-B), todas ellas con fuertes intereses en la privatización sanitaria.
El actual gobierno gallego tiene una particular sintonía con este grupo. El director general de Recursos Económicos del Sergas y los gerentes de Vigo y A Coruña actuaron como ponentes principales en sus debates. La propia consejera de Sanidad defendió en un foro en Barcelona la necesidad de laboralizar el personal sanitario. El Sergas está desarrollando sus propuestas en los proyectos Hospital 2050 e In-Nueva Salud. El ejecutivo aplica con diligencia las recetas del club: conciertos público-privado, externalizaciones, control de la tecnología y de la informacion por empresas privadas, y la implantación de las Unidades de Gestión Clínica (UGC). Estas UGC vienen a ser la fórmula para fragmentar los centros sanitarios en múltiples empresas con autonomía de gestión, en la perspectiva de crear un mercado sanitario interno propicio para los intereses de las grandes empresas del sector.
Este lobby redacta documentos y celebra foros de debate, que sirven de palestra para difundir su ideario. La FADSP, en otro informe clarificador, denuncia que esta asociación tiene como finalidad generar "una alianza público-privada financiada con dinero público para negocio de las empresas privadas". SEDISA (que tiene vínculos con empresas farmacéuticas: Roche Sanofi, Grünental, Jonhnson&Johnson), argumenta en la misma dirección. En su "proyecto Amphos" aconseja: cambiar la gestión de los centros por medio de las UGC, transformar los hospitales en empresas autónomas, laboralizar a los trabajadores sanitarios y promover los autocuidados del enfermo mediante tecnologías instaladas en el domicilio. Podemos observar que no son nada originales y que ambos foros repiten las mismas letanías.
La FADSP entiende que el sistema sanitario público está en peligro real, por "una estrategia diseñada y articulada por grupos poderosos que pretenden hacerse con fondos económicos que el Estado destina a la sanidad". Esta actuación depredatoria está siendo realizada con la total complicidad de los dirigentes del Partido Popular, asiduos visitantes de la "puerta giratoria". Es preciso movilizarse con diligencia para frenar este plan de aniquilación de los servicios públicos.De lo contrario, los buitres financieros se harán con todo y ya no nos quedará nada.

Fuente: Nueva Tribuna.
 

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