1º DE MAYO

1º DE MAYO

JUAN HENRÍQUEZ

Cierto es que el estar jubilado te aleja bastante del mundo del trabajo, de la política, y también de la actividad sindical, a la  que le dediqué más de veinte años. No es que de repente me haya exiliado de la información, todo lo contrario, procuro cada día seguir la actualidad. Sin ir más lejos, no me olvido que el próximo jueves, dentro de dos días, celebramos el Día Internacional de la Clase Trabajadora. Un 1º de Mayo en decadencia para el mundo del trabajo, para los/as trabajadores/as, y también, para los sindicatos de clase, que atraviesan un momento muy difícil, sobre todo, por el acoso y desprestigio al que lo tienen sometidos la derecha, pero siendo autocríticos, por la propia incapacidad de gestionar la crisis frente a los recortes y reformas de los sucesivos gobiernos, que los han dejado al intemperie para defender a la clase trabajadora.

Tengo unas cuántas balas dialécticas para los reinos de taifas y echaderos de algunos sindicalistas de los que nunca se conoció profesión y empresa, y siguen en la nómina sindical que un día crearon a su imagen y semejanza. Pero hoy no toca crítica. Lo único decir que son los mismos que se han encargado del separatismo y diferencias que sirven de excusa para no acudir unidos a la manifestación del 1º de Mayo. No parece lógico pensar, que atravesando los sindicatos un peligroso proceso de descrédito y desconfianza, celebren el Día Internacional de la Clase Trabajadora por separados, símbolo, sin ningún género de dudas, de un escenario divisor que sólo beneficia a la derecha (política y empresarial).

El lema de éste 1º de Mayo debería centrarse en: CONTRA EL PARO Y LA POBREZA. Aprovechando un día de reflexión para los sindicatos en la búsqueda de renovación de ideas y personas. Iniciar, por ejemplo, una campaña de fiscalización del cumplimiento de las ratios de plantillas en las empresas del turismo (hoteles, apartamentos y restauración), y aquellos que no cumplan denunciarlos a la inspección de trabajo. ¡Viva el 1º de Mayo!