Bolivariana
Eduardo Sanguinetti
filósofo
La Revolución venezolana necesita, y por favor no lo
duden, de un Sistema de Posicionamiento Global (GPS) teórico que defina con
exactitud, hasta dónde ha avanzado y cuál es el camino que le queda por
recorrer. Ese GPS teórico solo puede ser la ciencia contemporánea. Y a la luz
de esta ciencia, las coordenadas socio-econó- micas y políticas de la
Revolución Bolivariana se pueden determinar sin mayor problema
Si la
Revolución soviética se destacaba por una dualidad de procesos, la revolución
burguesa y la socialista, la venezolana consta de una dimensión más: es
trifacética. Coexisten en ella, al mismo tiempo, una revolución anticolonial
(contra la Doctrina Monroe), una revolución democrática burguesa y los gérmenes
de una revolución socialista. El peso de la política de Chávez descansa sobre
las primeras dos columnas, la tercera es apenas incipiente. Esta ponderación se
debe a una razón fundamental: es imposible construir el socialismo, sin haber
avanzado en las primeras dos dimensiones.
El carácter
anticolonial de la revolución es evidente, tanto en las medidas bolivarianas
como en el golpe militar de Washington. En cambio, la necesidad de avanzar más
en la construcción del Estado de derecho y en el desarrollo de las fuerzas
productivas, antes de pasar al cambio de las relaciones de producción de la
economía de mercado, no es tan obvia, pese a hechos como el siguiente.
Durante el
proceso bolivariano más de 130 líderes campesinos han sido asesinados, sin que
un solo terrateniente haya sido condenado a la cárcel. Siendo el asesinato un
delito que los fiscales deben investigar ex oficio, su negligencia en la
persecución de esos asesinatos constituye en sí mismo un delito, que tendría
que ser investigado por el Estado y castigado, mínimamente, con su destitución.
Y nada de esto ha sucedido.
El paso hacia
la economía socialista se da, a su vez, cuando: a) se sienten las bases para
que sectores estratégicos de la economía comiencen a funcionar sobre la unidad
operativa del valor (time inputs), descartándose de manera progresiva la unidad
operativa del precio y, b) cuando haya una creciente participación de los
trabajadores en las decisiones micro y macroeconómicas.
El
establecimiento de cooperativas, la cogestión, la regulación del mercado, el
trueque y las empresas no-mercantiles, no significan, de por sí, que se esté
construyendo una economía socialista. Las cooperativas, por ejemplo, son formas
jurídicas de propiedad económica más democráticas que la Sociedad Anónima de
Capital Variable y la pequeña empresa privada y frecuentemente sirven como
“salvavidas” económicas para trabajadores sin empleo o empresas quebradas pero
ni ellas, ni la cogestión o el trueque modifican la lógica de la economía de
mercado, ni la ley del valor que se expresan a través del principal mecanismo
de expropiación de la riqueza social en beneficio de los empresarios, el
precio.
En el sentido
de la economía política de Marx es imposible hablar de una economía socialista,
mientras no se haya sustituido la economía de mercado mediante una economía de
equivalencias, basada en el valor y la planeación democrática de las mayorías.
La economía de mercado es incompatible con la democracia real de las mayorías.
Solo su abolición, después de una primera fase de coexistencia con la economía
de equivalencias, garantiza la entrada al socialismo.
Me pregunto
en torno a los delicados escenarios de sucesión en esta “revolución”: ¿qué se
hará en 2013, cuando el presidente Chávez ya no pueda ser presidente?, ¿qué se
hará, si hoy el presidente Chávez, por un problema de salud, un accidente o lo
que sea, ya no pueda ejercer las funciones de la Presidencia?
Existe en
mucha gente la falsa certeza de que el “gran líder” estará con ella hasta 2013,
porque ganará todas las elecciones respectivas. Modificándose la Constitu-
ción, podría inclusive estar más tiempo. Este es el escenario deseable para los
partidarios de Chávez y hay que trabajar para que así sea. Sin embargo, hay
otros escenarios posibles, para los cuales los bolivarianos tienen que
prepararse, en aras del realismo revolucionario y de la continuidad del
proceso, ante las amenazas externas e internas.
1. Si Chávez
dejara de ejecutar sus funciones como líder del proceso venezolano-latinoamericano
por enfermedad, accidente o magnicidio el proyecto colapsa, sin duda alguna.
No existe aun vanguardia a nivel de conducción, ni cuadros medios, ni unidad
teórica-revolucionaria, ni líder sustituto en Venezuela que pudiera sostener el
proceso. Es evidente que hay algunos jóvenes talentos y que, incluso los
grandes estrategas latinoamericanos en el Caribe y en tierra firme tienen ideas
claras sobre sus posibles sucesores, pero los delfines están aún en proceso de
maduración subjetiva y objetiva.
2. Si Fidel
deja de ejecutar las funciones de la Presidencia de Cuba en algún momento, ¿qué
rumbo tomará el proyecto histórico de la Revolución Cubana? ¿Podría seguir la
alianza estratégica con Venezuela? Y si no pudiera seguir, ¿sería posible que
la Revolución Bolivariana se sostuviera en un solo país?
3. Si el
escándalo de corrupción del Partido de los Trabajadores (PT) llegase a
debilitar al partido y a Lula a tal grado, que tuviera que disminuir su apoyo a
Chávez, para seguir conservando el apoyo de Washington y de los partidos que lo
sostienen en el parlamento, ¿podría desarrollarse la Revolución Bolivariana? Es
evidente que sin el apoyo de Brasil la hazaña libertadora se volvería muy
difícil.
4. Lo mismo
vale para Argentina. Néstor Kirchner está perdiendo la batalla contra el
capital internacional, cediendo cada vez más espacios al capital español y al
gobierno de Zapatero. En su batalla de retirada, con la derrota final anunciada
por el simple hecho de que ningún Estado nacional latinoamericano solo podría
ganar esa batalla llegará al punto, en que Zapatero y el subimperialismo
español lo van a entregar a Washington, sustituyéndolo por un neoliberal.
Nuevamente crearía una situación muy seria para el proyecto bolivariano.
El tema está
planteado y le sumo el crac económico global anunciado en mi editorial “Cambio
de paradigma” publicado en LA REPUBLICA. ¿Cómo se manejarán estos espontáneos
líderes latinoamericanos ante esta instancia? Más: ¿cómo se comportarán los
líderes del denominado primer mundo en esta instancia de cambio de paradigma en
lo económico y por ende en lo social? Un escenario de dimensiones impensadas se
abre hoy en el sistema, con alcance no previsible. Tomemos posición a favor de
nuestra identidad personal, cultural y de región… sería admirable además de
indispensable. *
De lectura obligatoria esta arqueología de la revolución bolivariana.
ResponderEliminarLa exacta escritura sanguinettiana, en la que marca las diferencias en las economías marxistas y de mercado liberal, son magistrales.
Sin desperdicios, felicitaciones Eduardo Sanguinetti, cada día escribe mejor.
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