DEL LADO DE DON QUIJOTE
CASA
DE LAS AMÉRICAS
Casa de las Américas rechaza “Manifiesto” lanzado durante Feria del Libro de Madrid, otra expresión de la campaña de la prensa hegemónica contra todo aquel que se niega a aceptar los dictados de Washington.
Este domingo 11 de junio concluyó la 82ª Feria del Libro de Madrid. Fue utilizada, tristemente, como plataforma de lanzamiento de un desvaído “Manifiesto” titulado “La literatura, siempre del lado de la libertad y de la democracia”, firmado por varias decenas de nombres, algunos, incluso, conocidos.
El “Manifiesto”
demanda “la instauración de la democracia y el respeto a los derechos humanos
en aquellos países donde los regímenes totalitarios han dejado un rastro de
muerte, cárcel, despojo, confiscaciones y destierro”. Parecería un reclamo
totalmente justo, si no fuera porque pronto queda claro que se refiere “a la
tierra de Rubén Darío, Dulce María Loynaz, Miguel Ángel Asturias y Rómulo
Gallegos”.
Dejando a un lado
la calidad de la prosa y la arbitraria selección de países y autores, resulta
evidente que los redactores de este “Manifiesto” han querido sumarse con
entusiasmo mal disimulado a la campaña de la prensa hegemónica contra todo
aquel que en nuestra región se niega a aceptar los dictados de Washington y la
vigencia de la bicentenaria Doctrina Monroe.
Resulta motivo de
vergüenza ajena que quienes consideran “la palabra como sagrado derecho” la
utilicen para sumarse al hostigamiento y justificar así las sanciones que
padecen algunos de los países aludidos, es decir, que sufren sus pueblos y,
como parte de ellos, también sus escritores.
No dudan tampoco en
invocar a Cervantes. Emulándolos, vale la pena recordar el célebre encuentro de
don Quijote con los mercaderes, en que el hidalgo les pide reconocer la
hermosura de Dulcinea aun sin conocerla, pues “la importancia está en que sin
verla lo habéis de creer, confesar, afirmar, jurar y defender”.
Cuando los
firmantes del “Manifiesto” creen, confiesan, afirman, juran y defienden, no la
belleza de Dulcinea, sino lo mismo que los poderosos de este mundo, y ponen su
palabra -así sea indirectamente- al servicio de quienes intentan aplastar
cualquier proceso emancipador en Nuestra América, se ubican lejos, muy lejos,
del don Quijote que es paladín de la libertad, la justicia y las utopías.
No fue casual que
en Cuba el primer título publicado por la Imprenta Nacional, fundada tres meses
después del triunfo de la Revolución, fuera precisamente El ingenioso hidalgo
Don Quijote de la Mancha. Al lado de ese símbolo nos mantenemos.
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