lunes, 24 de julio de 2023

NUNCA DES POR MUERTO AL 'PERRO'

 

NUNCA DES POR MUERTO AL 'PERRO'

DAVID TORRES

El presidente del Gobierno de España y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, agradece a sus votantes los resultados obtenidos en la jornada electoral de los comicios generales en la sede del Partido Socialista en la calle Ferraz, a 23 de julio de 2023, en Madrid (España). Todos los españoles han sido llamados hoy, 23 de julio de 2023, para elegir a sus representantes para los próximos cuatro años. Están en juego 350 escaños en el Congreso y 208 en el Senado (ya que 57 de los 265 senadores lo son por designación autonómica), que tendrán que elegir al próximo Gobierno.-

Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

Como tantos otros, yo no daba un céntimo por la posibilidad de que Pedro Sánchez resistiera el embate de la derecha este domingo. Curiosamente, lo único que me ofrecía alguna esperanza era la unanimidad de las encuestas (excepto la del cocinero Tezanos) a la hora de presentar la catástrofe de la izquierda en las urnas. Nunca me he creído las encuestas, especialmente en los momentos decisivos, y en los últimos años el desastre del Brexit o la victoria de Trump han sido ejemplos suficientes de que la demoscopia es una ciencia muy poco exacta, tan poco exacta como la lotería, la cita a ciegas o el horóscopo chino. Mucho mejor la colonoscopia. Un minuto después de cerrarse los colegios electorales se publicaba una encuesta a pie de urna de GAD3 que daba a Feijóo vencedor absoluto de los comicios con el apoyo de Vox y también próximo fichaje para la delantera del Real Madrid. Pero el ataque de lumbalgia que se le presentó el jueves a traición estaba pronosticando que el futuro le venía de culo.

 

A 'Perro Sanxe' (el apodo que le han puesto sus enemigos, sin caer en la cuenta, pobrecillos, que el perro es el mejor amigo que uno puede echarse a la cara) lo habían dado por muerto hace meses, probablemente años, no digamos ya después de las elecciones autonómicas y municipales, donde parecía que sólo faltaba cavar un agujero donde enterrar el cadáver. Lo habían defenestrado en las radios, en las televisiones, en los periódicos, en las tabernas, en los foros cavernarios, en los carteles de Desokupa, en las tertulias de Susanna y de Ana Rosa, en la casa de Bertín Osborne y en la imaginación de millones de fachas calenturientos. Lo habían puesto a mendigar sillones en una hidroeléctrica y cargos simbólicos por Europa. Mientras tanto, entre Feijóo y Abascal, se repartían unos ministerios y desmenuzaban otros.

 

Sin embargo, habían olvidado que 'Perro Sanxe', antes de merecer ese sobrenombre cánido, ya había sobrevivido a varios intentos de asesinato e incluso a un atentado felipista, cuando 17 barones socialistas entraron en la sede de Ferraz a tiro limpio y Sánchez se atrincheró detrás de unos estatutos. Contra todo pronóstico, salió ileso de todos los balazos y cuchilladas por la espalda, pese a que le tiraron incluso un editorial de El País, y recobró los mandos del partido después de una gira por la España biodiversa en la que iba afilando cuchillos en una furgoneta. Era una apuesta a todo o nada, un salto de fe en el que podía haberse roto las dos piernas y acabar de profesor en una academia de idiomas en lugar de presidente del gobierno, pero ya ves. Al igual que un pistolero imprevisible, al igual que John Wayne en el último tiroteo de un western, la noche del domingo 'Perro Sanxe' esquivó la balacera mortal que supuestamente iba a acribillarlo a papeletas y los obituarios que ya le habían dedicado con mucho rencor, mucha antelación y mucho cariño.

 

Parecía que estaba difunto después del primer debate con Feijóo, hasta parecía difunto antes, cuando se presentó ante las cámaras con una cara en descomposición y un peinado rarísimo que se le iba desnivelando a cada trola que soltaba su adversario. La derecha se las prometía muy felices y emprendió una campaña triunfalista que va a quedar en los anales en la democracia como un ejemplo de ridículo por todo lo alto. Parecía que movilizar a la izquierda de la playa y la piscina era como un pegarse un tiro en el pie, pero había que jugar la carta de Vox en caliente, con faldas y a lo loco. 'Perro Sanxe' decidió jugarse el todo por el todo en plena canícula, desafiando el calor de julio y la abstención por vacaciones, un envite kamikaze en el que lanzaba amistosamente una granada de mano en los cuarteles de sus socios de gobierno. Nunca sabremos cuántos votos de podemitas cabreados con Yolanda y sus correligionarios de Sumar han ido a parar a las arcas del PSOE, pero parece que han sido suficientes. Vivo 'el Perro', continúa la rabia.

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