REFLEXIONES ANTES
DEL 23 DE JULIO
Se ha establecido en casi todos los medios de comunicación presentar las próximas elecciones como un paradigma entre personajes y no podemos caer en su trampa porque el verdadero análisis, antes de ir a votar, no es si fulano o mengano, éste o aquél son mejores para gobernar. Lo que a los ciudadanos de a pie nos interesa es reflexionar (Sócrates) sobre qué representa cada uno de los partidos y su historial en favor de la mayoría social del país.
Es verdad que
desde que Carlos Marx publicó El Capital en 1867, y no puede
ser la referencia porque el capitalismo ha producido una serie de mejoras en la
vida cotidiana de los trabajadores y que se ha mostrado dócil a reformas de
muchos tipos y que se ha producido un alto grado de democratización en los países
capitalistas europeos. Bien es cierto que se debió al crecimiento de los
movimientos obreros que presionaron a los gobiernos a hacer concesiones a la
clase trabajadora en una amplia serie de derechos. La economía mixta dirigida
por principios keynesianos supuso una transformación gradual de la sociedad en
una dirección igualitaria en un consenso ampliamente compartido. Y surgió
aquello que los sociólogos y economistas han llamado “ El capitalismo del
estado del bienestar”. Pero la globalización ideológica del capitalismo del
“laissez faire” ha permitido una mezquina regresión de amargas privaciones en
recortes de derechos y muchas veces sin el castigo electoral correspondiente
por parte de la clase trabajadora.
Ahora
planteemos qué van a llevar a cabo los partidos mayoritarios que se presentan
en las elecciones del domingo 28. El PARTIDO POPULAR representa
ideológicamente el capitalismo puro y duro que persigue
ante todo y pese a todo el beneficio privado, y esto pese a todas
las proclamas en sentido contrario que oímos. Sus propuestas no son compatibles
con una buena vida para todos, porque su capitalismo está dirigido
esencialmente por la micro-racionalidad entre desarrollo capitalista y
contribución a mejorar el orden social afirmando que son argumentos
coincidentes. Y esto es una gran falacia porque la empresa
privada ha presionado al Estado a intervenir con el fin de mitigar la
redistribución de la riqueza. El capitalismo es una muestra clara de la
incompatibilidad de una vida materialmente segura y moralmente decente para
todos en una existencia prolongada. Así sus consecuencias han sido y son la
pobreza, la falta de hogar, las privaciones de lo más necesario, la enfermedad
evitable, la precariedad, el menosprecio a los ancianos, en fin, a las privatizaciones
de todo aquello que era y es público. La diferencia entre las llamadas
“sociedades opulentas” y las clases medias trabajadoras crece porque el sistema
está engranado para la consecución del beneficio privado: sanidad, educación:
guarderías, primaria, secundaria, universidades, residencias, trabajo femenino
etc. y son alejadas de la misma sociedad de consumo creada por ellos. Los
asalariados nunca estamos a salvo del desempleo, ellos sí; el sistema de
protección social tiene dos niveles consolidando las deficiencias de los
servicios públicos. Las prestaciones fundamentales dependen de la capacidad de
pagar por servicios privados, el segundo nivel, muy inferior al primero, es lo
que queda para la mayoría que no puede pagar estos servicios.
Despierta, trabajador,
mujer, pensionista, joven y ten en cuenta tus principios y tus aspiraciones a
la hora de elegir la papeleta el día 28 de julio.
El PSOE actual
presenta una hoja de servicios a la comunidad que ciertamente mitiga la audacia
de recortes sociales de las legislaturas anteriores, pero debemos reflexionar
(Sócrates) la deriva de la Social-Democracia. Se muestra evidente la diferencia
entre las sociedades donde los partidos social-demócratas han influido en la
construcción de un estado social de derechos efectivos, duraderos y estables,
que no es el caso de España. Pero nunca ha estado claro, y nunca han explicado
qué rasgos del capitalismo les mueven a luchar por una alternativa radical a
él. No han posibilitado de verdad una democratización social, donde los
trabajadores y los movimientos sociales sean portavoces de las exigencias de la
acción de gobierno, se han alejado de los que vivimos en este mundo creando un
mundo político en el que sólo viven ellos. Han desaparecido las agrupaciones de
barrió, las asambleas populares para el debate y para la acción política. Han
creado un conglomerado de relaciones con las que llevarse bien facilita un
equilibro. No existe radicalidad democrática en llevar a cabo las propuestas y
como se dice en lenguaje castizo “siempre nadan entre dos aguas” y así lo que
se construye con los cimientos de barro, la torrencial lluvia capitalista lo
deshace en poco tiempo. Esa falta de rotundidad socialista como contrapeso al
beneficio privado, esa incomunicación con los trabajadores les hace parecer
socialistas en las campañas electorales pero, como aquel que no acaba de
creérselo, claudican a la hora de gobernar defendiendo y ampliando la
posibilidad de una vida mejor para todos gracias a su gobernación. Y afirmo
esto por la falta de planes de desarrollo industrial propio, infraestructuras
en ferrocarriles periféricos, telefonía 5G en todo el territorio, control de
los medios de distribución de alimentos, cumplir con el estado laico que afirma
la constitución etc.
El nuevo
partido llamada SUMAR: me parece una contradicción que se construya
un partido desde arriba, siendo la líder la que se propone para tal. La
democracia se construye desde abajo y no desde arriba. Este es el aspecto
negativo que aprecio en él. Que todos los partidos alternativos de izquierda se
hayan unido para que la ley electoral no penalice su insignificancia
individualista me parece loable. Sin embargo, ni sus propuestas ni su ideología
están suficientemente explicitadas. En verdad ¿son una alternativa social al capitalismo?
¿El concepto “progresista” es suficiente para una sociedad tan
desigual como la nuestra? ¿Su modelo económico es el mismo que el modelo
reinante? ¿Los bonos sociales en campaña van a ser el anzuelo para ganar votos
o van a practicar una economía redistributiva e igualitaria? ¿Son un
complemento del PSOE o radicalmente opuesto a sus complacencias capitalistas?
Deben
explicar no las medidas a tomar solamente, si no la base ideológica que les
mueve y que el poder sirve para servir a una sociedad que anhela una mejor y
prolongada vida de servicios sociales y de trabajadores y trabajadoras que
puedan vivir con dignidad por sus salarios y unos ancianos cuyas jubilaciones
sean la recompensa a una vida llena de sacrificios.
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