ROCKY BALBOA, HÉROE
DE LA CLASE OBRERA
JOSÉ MANSILLA
Tendría unos 8 años cuando mi madre me compró, en un mercadillo del barrio, uno de los más preciados objetos de mi infancia: un chándal negro de Rocky III. Justo habían estrenado la película que enfrenta a Rocky con el personaje que encarna Mr. T y Los gitanos, que así era como se denominaba al mercadillo, se encontraba repleto de camisetas, sudaderas, cazadoras, pegatinas, etc., con los motivos principales de la película. El chándal en cuestión tuvo escaso recorrido, no podía ser de otra manera siendo de un material tan malo como era. Sin embargo, aquel objeto quedó grabado en mi mente, no solo como un elemento de deseo, sino también de significación para un niño de barrio de la periferia obrera de Sevilla durante los años 80.
Viene esto a colación del reciente estreno de la nueva
entrega de la saga, en formato spin-off, de Rocky, Creed
III. Los diferentes Creed cuentan la historia de Adonis,
el hijo no reconocido de Apollo, el gran contrincante de Rocky en las dos
primeras películas de la serie, así como posterior amigo y aliado en las dos
siguientes obras. La primera de esta nueva sucesión de películas estuvo
dirigida por Ryan Coogler, autor también de las marvelianas Black Panther y
Wakanda Forever, y de la menos conocida, y mucho más recomendable, Judas and
the Black Messiah, la cual narra los episodios que condujeron al asesinato del
presidente del partido Pantera Negra, Fred Hampton, en Illinois (USA) a manos
del FBI y la policía de Chicago. La última en ser estrenada, la
mencionada Creed III, ha pasado a estar dirigida por su
protagonista, Michael B. Jordan, aunque Coogler también ha jugado un papel en
la elaboración del guión. El intento de mantener, o de replicar, el éxito de
las películas iniciales está más que justificado dada la filmación de hasta
tres obras basadas en un mismo personaje, Adonis Creed, no obstante, ni el
contexto, ni el mensaje, ni la relación de los personajes con el boxeo es la
misma.
Rocky no alcanza la
victoria por sí solo, sino apoyado por gran parte del barrio que lo vio nacer
Aunque se ha tildado la saga de películas de Rocky, y
al personaje mismo, como un representante destacado del neoliberalismo
norteamericano, el presente artículo tiene por objetivo todo lo contrario:
presentar a Rocky, así como al resto de personajes que lo acompañan al menos en
las dos primeras películas de la serie, como un auténtico representante de la
clase obrera norteamericana de la segunda mitad de la década de los 70. Porque,
aunque es bien cierto que a partir de Rocky III, y sobre todo en Rocky IV, el
papel interpretado por Silvester Stallone se transforma en un adalid del
reaganismo y el imperialismo norteamericano tan típico de la Guerra Fría (el
mismo Stallone es un declarado votante del Partido Republicano y apoyó la
candidatura a la Presidencia de Donald Trump), no ocurre lo mismo en las dos
primeras obras de la saga y, principalmente, en la primera.
Recordemos que Rocky Balboa es un treintañero que,
aunque parece tener actitudes innatas para el boxeo, pasa sus días en el
deprimido barrio de West Kensington y la zona del puerto, en Filadelfia,
trabajando como cobrador de deudas de un pequeño mafioso local. Rocky sobrevive
en el último año de gobierno de la Administración de Gerard Ford, sucesor de
Nixon, en el contexto de las crisis de 1973 y 1975 y a las puertas de la
emergencia del neoliberalismo con la llegada de Ronald Reagan, en 1981, al
poder. La época, también conocida como la de la decadencia de las ciudades
norteamericanas, había visto como Nueva York, una de las grandes y más
poderosas urbes del mundo, había estado a punto de quebrar en 1975 en medio de
una profunda crisis fiscal. El paro rondaba el 7,8% en un país acostumbrado al
pleno empleo, mientras que las medidas tomadas por las diferentes
administraciones para poner freno a la crisis del capitalismo embridado propio
de las tres décadas posteriores a la II Guerra Mundial, no acababan de
cuajar.
Ejemplo del cuasi lumpen proletariado de los barrios
marginales de la Costa Este norteamericana, Rocky, cuyo padre, en un alarde de
perversa psicología familiar, le había dicho que “ya que no tenía cabeza, mejor
que cultivara los músculos”, conoce a Adrian, empleada de una pequeña tienda de
animales y hermana de Paulie, auténtico miembro de la clase obrera que trabaja,
siempre al filo del despido, en un almacén de carne, y finalmente obtiene la
gran oportunidad de su vida: enfrentar al Campeón Mundial de los Pesos Pesados,
Apollo Creed, en un combate a celebrar en el contexto del Bicentenario de la
Independencia de los Estados Unidos de América.
Este simbolismo, aunque podría parecerlo, no es
anecdótico, pues se trataba de enfrentar, en palabras del propio Apollo, a dos
de los representantes, si bien con trayectorias muy distintas, de las distintas
minorías del país: los trabajadores emigrantes italianos representados por
Rocky y los descendientes negros de los esclavos africanos encarnados en el
Campeón del Mundo. Sin embargo, aquí comienzan a aparecer las diferencias pues,
si bien Rocky pertenece a ese mundo oscuro de la Little Italy de Filadelfia,
llena de perdedores que se ganan el jornal cada día en asuntos más o menos
turbios, en pequeñas tiendas de barrio o en la industria cárnica local, Apollo
personifica al empresario engreído y henchido de sí mismo que no se toma en
serio a su contrincante amateur y, más que preocuparse por su entrenamiento, lo
hace por las ganancias que el espectáculo del combate le generará.
La comparación está servida y el contexto también.
Mientras que uno recupera la forma por las calles de la gran ciudad
norteamericana entre puestos de verdura y banderas italianas, y usa las
escaleras del Museo de Arte de Filadelfia como metáfora de su ascenso al Olimpo
del deporte (la canción estrella de la película Gonna Fly Now,
repite una y otra vez en su simple estribillo, Trying Hard o Getting Strong),
el otro vive en una gran mansión y tiene a su alcance los mejores equipos y
entrenadores. No podemos olvidar, por otro lado, al entrenador del propio
Rocky, Mickey, un exboxeador siempre enfadado perteneciente a otra de las
minorías norteamericanas, los judíos de clase obrera que tan bien representan
las obras de autores como Philip Roth.
Hay quienes han querido ver el carácter individualista
y neoliberal de la película en que el éxito final de Rocky está basado en su
esfuerzo personal, físico, como metáfora del capitalismo americano y el American
Way of Life. Esto, que puede ser así interpretado, también puede serlo en
sentido contrario, recordando las características propias de la atmósfera
social, política, económica y cultural de la segunda mitad de la década de los
70 en Estados Unidos pero, además, señalando que, aquí mismo y sin ir más
lejos, los hijos de la clase obrera no han podido mejorar las condiciones materiales
de su familia sino ha sido debido a grandes esfuerzos personales y familiares.
Porque, si bien es verdad que el boxeo es un deporte individual muy adecuado
para mostrar el progreso y el ascenso social de determinadas personas a través
de su única propia voluntad, esto no deja de ser una simplificación, tal y como
traslucen muchas escenas y diálogos de la película.
El hecho de que la
oportunidad que ofrece el empresariado americano, encarnado por Apollo Creed,
no deja de ser una ventana que se aparece en un país donde el Estado de
Bienestar es casi inexistente
Por ejemplo, el hecho de que la oportunidad que ofrece
el empresariado americano, encarnado por Apollo Creed, no deja de ser una
ventana que se aparece en un país donde el Estado de Bienestar es casi
inexistente. Así, Rocky no alcanza la victoria por sí solo, sino apoyado por
gran parte del barrio que lo vio nacer. Desde el pequeño mafioso que lo emplea,
el cual le ofrece 500 dólares para que vaya tirando mientras entrena, pasando
por su cuñado, que lo introduce en el almacén cárnico para que se entrene
golpeando reses colgadas de ganchos, pasando por Mickey, el entrenador ya
mencionado, que se ofrece a ejercitarlo en una de las mejores y más tensas
escenas de la película, hasta llegar al propio vecindario que lo anima y
acompaña en sus entrenamientos hasta el desenlace final. Un desenlace, por otro
lado, que no es una victoria y que, de hecho, parece importar poco al propio
Rocky, pues él está mucho más interesado en demostrar que alguien como él podía
aguantarle 15 asaltos al Campeón del Mundo, que en obtener el cinturón dorado
del campeonato.
Otro elemento a destacar, aunque es cierto que no
aparece hasta la segunda de las películas, es a qué destina Rocky el dinero que
logra ganar con su pelea inicial con Apollo: un coche, una casa y regalos para
sus amigos y familiares.
Volviendo a mi infancia, debía yo tener unos 12 años,
a mi abuela le tocó una pequeña cantidad de dinero a través de un cupón de la
ONCE. Lo primero que hizo mi abuela fue darle parte del dinero a mi madre para
que nos pudiera llevar ese verano de vacaciones a mí y a mis hermanos, otra
parte fue a mi tío, entonces desempleado, y el resto a ahorros y pequeños
regalos (recuerdo que a mí me compró unas bermudas y una camiseta en Carrefour,
entonces Continente). ¿Qué diferencia hay entre un hecho y el otro? ¿Era acaso
mi abuela una representante del neoliberalismo que, ni siquiera con esfuerzo,
había conseguido una cierta cantidad de dinero y lo había gastado en mejorar la
vida de sus seres más cercanos?
A diferencia de Adonis Creed, hijo de Apollo que,
aunque vivió los primeros años de su vida en algunos internados, luego creció y
tuvo acceso a la fortuna familiar de su padre una vez la esposa de éste lo
adoptó, y cuyas principales preocupaciones parecen estar más vinculadas a
elementos desmaterializados, casi emocionales y culturales, como merecer el
apellido que lleva o, incluso, egoístas, como sentir que puede hacer lo mismo
que su padre hizo, o sobrellevar los problemas auditivos de su hija recién
nacida, Rocky Balboa fue y es un ejemplo de la lucha de clases, de la capacidad
y el esfuerzo necesario para salir de aquellos barrios para toda una generación
que lo vimos, al menos en las dos primeras películas, surgir de la nada y
alcanzar el Campeonato del Mundo de los Pesos Pesados de Boxeo. Rocky Balboa es
un héroe de la clase obrera.
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