DEL 'LATIN-LOVER' A LA 'SPANISH QUEEN'
ANÍBAL MALVAR
Una chica sostiene una pancarta en una
manifestación centrada en el colectivo trans, a 28 de junio de 2021, en Madrid,
(España). - EUROPA PRESS
Al final el facherío va a llevar razón. La ley del divorcio no nos obligó a divorciarnos, como ellos creían. La del aborto no dejó sin niños su piel de toro, como ellos clamaban. Pero ahora sí. Ahora parece ser que la ley trans está obligando a los hombres a cambiar su identidad de género. Se acabó el latin-lover. Ha llegado la spanish-queen con su caspa y su bigote, pero en tanguita y top. Nos lo cuenta La Razón con desparpajo en su portada de hoy: "Avalancha de hombres que piden el cambio de sexo con la ley trans".
El texto lo firma
Ángel Nieto Lorasque, y es de una precisión periodística que abruma:
"Apenas hace una hora que han abierto las puertas del registro civil de un
municipio al sur de Madrid y ya han recibido dos solicitudes para cambio de
sexo. «Esto es así todos los días desde que se aprobó la Ley Trans la semana
pasada. Lo que nos ha llamado la atención es el 100% de las solicitudes que
hemos recibido son de hombres que quieren registrarse como mujeres», indican a
este diario los funcionarios del registro. Además, añaden que ninguno de los
solicitantes ha preguntado sobre el cambio de nombre en el registro, «solo lo
hacen por la identidad de género".
Supongo que el
reportero oculta sus fuentes y el lugar de donde manan para proteger la
identidad de los desvalidos funcionarios del registro civil, amenazados sin
duda por un ejército trans fálicamente armado y con perversas intenciones. No
puedo evitar hacer aquí el remedo, aunque con gran pudor y sonrojo, de un viejo
chiste machirulo que se repetía en mi juventud cada vez que en mi Compostela
abría algún antro donde dos hombres o dos mujeres pudieran besarse sin ser
arrojados a la calle a hostias por un portero o por un hooligan espontáneo:
"Yo no voy allí --decían mis amigos machos-- porque tendría que estar tomando
la copa con el culo pegado a la pared todo el tiempo".
El viejo macho
siempre se ha sentido amenazado a cada paso que dio la libertad sexual en este
país y en todos. Esa imagen del violador gay indiscriminado es un gran y
repugnante epítome de ese temor. A La Razón le ha faltado recoger las
declaraciones de otro funcionario anónimo del registro civil diciendo que,
desde la llegada de la ley trans, no osa levantarse de la silla por sus
virginales miedos. El esperpento ha vuelto y Valle ya no está para contarlo.
Me está tardando el
anuncio de Javier Ortega-Smith señalando que se apunta a la campaña en una
rueda de prensa a la que iría vestido de tutú y con un cinturón pistolero de
color rosa.
El que fue
secretario general del Sindicato Unificado de Policía durante 20 años, José
Manuel Sánchez Fornet, ahora Prometeo de twitter desencadenado, nos contaba
ayer en la red: "Tengo un compañero del sindicato de toda la vida que
mañana va al registro a inscribirse como mujer. Y que va a solicitar los
beneficios inherentes al asunto [...]: nos vamos a divertir"
De eso se trata: de
divertirse. Del lawfare vamos a pasar al machofare, que intentará tumbar una
ley por sus cojones inundando de solicitudes de cambio de sexo los registros
civiles. Al margen de los aspectos discutibles --y tanto-- que pueda tener la
ley, el infantilismo de la rabieta machirula nos confirma que el latin-lover
casposo y el landismo ya tienen su versión 4.0.
Y darán la batalla.
Este viernes, en El Mundo, el inefable súbcubo literario llamado Federico
Jiménez Losantos nos dejaba claro el nivel del debate, tanto de esta ley trans
como la del solo sí es sí, regando su prosa de especulaciones y mentiras:
"[Andarán] sueltos o a punto de salir de la cárcel 800 violadores,
pederastas y agresores sexuales, pronto 4.000 y todos gracias al
Gobierno". Ni uno de esos datos es contrastable, pero el lector facha se
los creerá a pies juntillas.
"La misma
izquierda sectaria que negó el voto femenino en las Cortes de la II República
ha destrozado, paso a paso, el feminismo", añade, mintiendo otra vez. Fue
la II República la que otorgó el derecho al sufragio femenino a pesar de la
oposición violenta de la derecha.
Ítem más. ¿Hasta
cuándo se permitirá este tipo de asertos en nuestra prensa?: "[Irene
Montero] es una ignorante, ministra sólo porque sucedió a Tania Sánchez como
pareja de Pablo Iglesias". No sé cuantas veces reclamó la Universidad de
Harvard el talento de FJL, a no ser para estudiarlo como extraño fenómeno
homínido. A la ignorante Irene Montero, número uno de su promoción, sí la
reclamaron desde Harvard.
Yo no sé sí estas
leyes son más montaraces que monteriles, pero observando las reacciones de esta
banda no puedo dudar de su urgente necesidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario