¿TIENE CURA LA MISOGINIA DE CIERTOS OBISPOS?
POR TERESA
GALEOTE
Nada les impide aconsejar a sus feligreses, pero que
dejen en paz a quienes piensan de existen otras formas de pensar la vida,
acordes con los derechos humanos.
Demetrio Fernández se suma a la
misoginia y homofobia de los obispos de Getafe y Alcalá de Henares. La
misoginia es la práctica de la ideología patriarcal, que tiene a la mujer como
principal diana para lanzar sus dardos, pero tiene diversas vertientes. El
patriarcado niega que la mujer sea merecedora de plenos derechos, la considera
un complemento del hombre, inferior a él. La misoginia que siente la Iglesia
Católica hacia las mujeres fluye en todas las direcciones y la homosexualidad,
como orientación femenina del varón, va en esa línea.
La iglesia, principal baluarte del
patriarcado, sigue inamovible en su percepción de lo que debe ser una mujer y
un hombre, y de lo que cada “genero” debe hacer con sus pensamientos, sus actos
y su cuerpo. La religión judeo-cristiana ha utilizado el relato bíblico (Eva
nace de una costilla de Adán) en su sentido más literal para indicar que la
inferioridad de las mujeres tiene una procedencia divina a través del varón.
Este pasaje tiene un simbolismo patriarcal de gran magnitud que se ha
trasmitido a través de la historia. Y de esos barros estos lodos. En todos los
textos religiosos, llamados “grandes relatos”, se establecen las funciones que
hombres y mujeres deben cumplir en la familia y en la sociedad. Los relatos que
nos ofrecen las religiones tienen una firme misión educadora, y en esos están
cuando afirman que la religión debe estar entre las asignatura del currículum
escolar; Y LO HAN CONSEGUIDO. No en vano muchos ministros del gobierno del PP
son del OPUS DEI.
Son muchas las declaraciones que el
obispo de Alcalá de Henares ha hecho contra los derechos de las mujeres; una de
las últimas fue contra el aborto y contra el voto. En la primera compara el
aborto con los trenes que llevaban a los deportados a los campos de exterminio
nazis. Y es que el obispo es un fiel seguidor de la Biblia, la cual hace una
exacerbada exaltación de maternidad. Veamos qué dice el texto sagrado sobre las
mujeres y la maternidad: “La sumisa, la honesta, la pura”, está destinada a
formar una familia, el varón podrá casarse y procrear con ella; esa será la
única vinculación que las mujeres honradas pueden tener con la sexualidad. De
la capacidad reproductora de las mujeres las religiones han creado todo un
corpus.
En cuanto al voto de las mujeres; voto
que ha costado sangré sudor y lágrimas, el obispo de Alcalá de Henares estima
que hay que arrebatárselo porque las mujeres piensan. Y es que la Iglesia
Católica española está acostumbrada a organizar la vida de creyentes y no
creyentes y en esa lógica, muchos obispos no entienden los principios básicos
de convivencia que establecen los derechos humanos, ni creo que lo pretendan.
Ciertos obispos son inalterables al paso del tiempo; cito algunos ejemplos de
algunos santos varones de la Iglesia Católica:
San
Pablo: “Dios es la cabeza del hombre y el hombre la cabeza de la mujer y que
éstas deben raparse el pelo o tapar la cabeza”.
San
Ambrosio: “La mujer es la puerta del infierno”.
San
Agustín: “La mujer no puede enseñar, no puede juzgar ni ser testigo”.
El Patriarcado es la ideología en la cual el hombre, después de dios, es el
centro (androcentrismo) mientras que la mujer es contemplada únicamente como
objeto para servir a dios y al hombre, en cuantos menesteres necesiten; y
quienes se alejan de dichos cánones es una persona que se desvía de la
perfección exigida. La iglesia es el principal baluarte del patriarcado y de
cuantas injusticias se derivan de ellas; dicha cultura no puede admitir más
verdad que la que declara la institución eclesiástica. No entienden que las
leyes están para la totalidad de personas que componen una comunidad
determinada y que y las creencias son individuales, que no son obligatorias más
que en los estados teocráticos, de los cuales se derivan La Santas Inquisición.
Ciertos obispos pretenden colocarse por encima de los derechos humanos; los
cuales establecen en su preámbulo:
“La libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de ladignidad intrínseca y de los derechos iguales e
inalienables de todos los miembros dela
familia humana (…) Así como
“el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres”.
Es
evidente que el menosprecio de éstos ha generado y sigue generando barbaries.
Vamos
con otra frase misógina, esta vez del obispo de Córdoba: “La
ideología de género es una bomba atómica que quiere destruir la doctrina
católica y la imagen de Dios en el hombre y la imagen de Dios Creador”;
con dichas declaraciones, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, se suma a
la carta de los obispos de Getafe y Alcalá de Henares que criticaban y animaban
a la desobediencia para la aprobada Ley de Identidad y Expresión de Género e
Igualdad Social, que la Comunidad Autónoma de Madrid, ha puesto en marcha.
Fernández asegura que la carta de sus compañeros está en consonancia con las
opiniones del Papa, y de sus antecesores. Bien, pues ni los obispo, ni el papa
ni los anteriores obispos ni papas tienen ningún derecho a saltarse los
derechos que amparan a las personas que no están de acuerdo con las normas de
la Iglesia Católica.
Demetrio
Fernández ha defendido también en estas declaraciones el derecho a la libertad
de expresión de los obispos y ha criticado las “cruzadas que emprenden algunos”
contra los que piensan distintos. ¡Caray! El obispo podría aplicarse el mismo
consejo a él, pero qué le vamos a hacer, hay fuerzas inmateriales que se lo
impiden. No es la primera vez que las declaraciones del obispo de Córdoba
generan polémica. A finales del año pasado afirmó en una carta pastoral que
la fecundación
in vitro es “un aquelarre químico de laboratorio”, y que la mujer debe “dar calor al hogar,
acogida y ternura” y que el varón “representa la autoridad”. Pero hay más; en
alusión a las reformas planteadas dentro de la Iglesia por el Papa Francisco
sobre el divorcio y la nulidad matrimonial, aseguró que“nadie
puede deshacer -ni siquiera el Papa- lo que Dios ha unido por voluntad de los
esposos en el sacramento del matrimonio”.
Amparados en el derecho canónigo, los
obispos de Córdoba, Getafe y Alcalá de Henares se ponen al frente de una
escalada de involucionismo social y política tremebundo, la cual constata que
son muy pocas las cuestiones de nuestro mundo terrenal que llegan a comprenden.
Acostumbrados a su poder omnívoro, pretenden seguir siendo unos de los
principales consejeros de esta España nuestra.
Nada les impide aconsejar a sus
feligreses, pero que dejen en paz a quienes piensan de existen otras formas de
pensar la vida, acordes con los derechos humanos.
https://laicismo.org/2016/tiene-cura-la-misoginia-de-ciertos-obispos/15033
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