ESPÍRITU DE LA FARSA EN
LAS OLIMPÍADAS
LUIS
PINO
Si no estuvieran
convencidos del espíritu de la farsa en los Juegos Olímpicos que se están
realizando en Brasil, como sede de dicho evento deportivo de carácter mundial,
la derecha golpista parlamentaria brasileña y su burguesía no se hubieran
atrevido a dar el Golpe de Estado parlamentario, valiéndose del impeachment
contra Dilma Rousseff y el Comité Olímpico de dicha empresa deportiva no
hubiese avanzado escondido en un falso “espíritu deportivo” en un país
anfitrión, en donde se impuso una dictadura por la vía del golpe de Estado, en
detrimento de un pueblo al que ya empezaron a agobiarlo con medidas fascistas y
neoliberales.
Espíritu de la
farsa en las olimpíadas
Aún así, tanto el Comité Olímpico Internacional y
el brasileño, como Michel Témer, el dictador golpista, pretenden que todo
transcurra con total normalidad o tranquilidad, porque más importan el show y
el bussiness o negocio, que el espíritu deportivo.
Otro igual sucede,
de manera colectiva con las delegaciones
de cada país y, de manera individual,
con cada atleta, a los que, a cuenta de
que ellos sólo son eso, atletas
olímpicos, les resbala la política, mientras que sus egolatrías y afanes
crematísticos les son suficientes para no importarles un rábano si el país en el que
están midiéndose en sus disciplinas está presidido por un golpista
tracalero, como, también, ignoran que
toda la organización, infraestructura, confort y demás condiciones
favorables que hoy disfrutan los atletas, son tales, gracias a la acción decidida del gobierno de
la mandataria que hoy es víctima del
Golpe de Estado en Brasil, Dilma Rousseff.
Toda esa farsa del
“espíritu deportivo” en estas Olimpíadas - Brasil 2016 y las ediciones
anteriores, son posibles porque desde la noción capitalista mercenaria del mundo
unipolar, el deporte y la excelencia son
un negocio rentable, que se vende como un show más, porque deja dividendos
a los empresarios, mientras los atletas
son un producto de consumo, a pesar de todo su
esfuerzo, disciplina, dedicación y desgaste de vida, de atletas sin conciencia de clase, pedantes
deportivos y descerebrados, a los que, deliberadamente, se les enseñó a dedicarse a su deporte y que el mundo les
importe nada, más allá de tomarse -cuando alcancen la fama y el reconocimiento
social- una que otra foto con algún negrito famélico africano, visite alguna
zona de guerra o genocidio y alguna favela en medio de pobres muertos de
hambre porque todo eso es parte del show
que se vende como cualquier producto y marca comercial, o, sea la vedette de
alguna organización política o gobierno de turno, siempre con fines
crematísticos, nada deportivos.
Esta madeja de la
gran farsa deportiva, se percibe en acciones arbitrales y decisiones del Comité
Olímpico, empeñado en anular a como dé lugar, a todas las delegaciones de los
países del nuevo mundo multicéntrico y pluripolar, como la de la Federación
Rusa, la delegación china y el resto de países, entre los que se ha notado, por
ejemplo, el arbitraje amañado en boxeo contra el venezolano.
Toda esta farsa y
mañas presentes en estas Olimpíadas son posibles, porque al viejo imperio del
mundo capitalista y neoliberal no se le puede ver, ni a sus súbditos, como
atlética y deportivamente inferiores a los del nuevo mundo multicéntrico y
pluripolar. Así , por ejemplo, para el gobierno fasciosionista de Israel es
inadmisible que algún palestino gane alguna medalla olímpica, razón por la cual, no dejaron salir de la
Franja de Gaza a varios palestinos,
porque los judíos sionistas están decididos a
desaparecer de la faz de la tierra a los palestinos, con la ayuda del
gobierno estadounidense y sus colonias serviles aliadas, aunque esto avergüence
al otros judíos que siempre han creído posible la hermandad, no sólo en el
deporte, sino en la vida cotidiana con
sus más cercanos hermanos, los palestinos.
Pues bien, más allá
de toda farsa disfrazada de espíritu deportivo, en Brasil se impone la verdad
de una mayoría, el pueblo que grita “Fuera Témer”, “Témer golpista”, combinada
con la hospitalidad propia de estos hermanos cariocas, más otras voces muy contadas, como la de la atleta
argentina que en el desfile inaugural se pintó en la palma de su mano otro
mensaje contra el oprobio de Mauricio Macri contra su pueblo. También, fue
honorable la posición asumida por presidentes y jefes de Estado y de gobierno,
como Vladimir Putin y Nicolás Maduro, entre otros, quienes no asistieron a la
inauguración, ni asistirán a la clausura
de la farsa de que “aquí no ha pasado nada” y “la vida continúa”, pues en
Brasil hubo un golpe de Estado contra la
mayoría del pueblo brasileño y contra Dilma Rousseff y estos Juegos Olímpicos
no van a legitimar al golpista Michel Temer y sus amos.
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