ANÍBAL MALVAR
Entre la gominolosa saga de Star Trek y la obra de
Federico García Lorca hay enormes diferencias. Por supuesto, a favor de la
gominolosa saga. Así lo ha decidido esta semana nuestra cultura nacional, si es
que alguien sigue considerando a los periódicos, radios, televisiones y otros
medios de comunicación traficantes de cultura. O sea, España. Quiero decir que
esta semana se ha estrenado una película de la saga Star Trek y también se ha
cumplido el 80 aniversario del asesinato de Federico García Lorca, y la prensa
española ha dedicado cientos de páginas esta semana a los embutidos
interespaciales (no exagero, conté hasta 60 antes de cansarme) y apenas algún
apunte al poeta español más letrahiriente de toda nuestra historia.
La cultura, como la venganza, es un plato que se sirve
frío. Pero no tanto. Sobre todo si hay fuego con el que calentarlo: esta semana
la jueza argentina María Servini –que investiga los crímenes del franquismo– ha
admitido a trámite una denuncia de la Asociación para la Recuperación de la
Memoria Histórica incorporando la muerte de Lorca al proceso por crímenes de
lesa humanidad que se investiga en Buenos Aires. No en España. En España no
investigamos esas gilipolleces.
La apertura de la investigación de la jueza argentina
mereció una columna viuda enEl País, página 31, al lado de una
superentrevista a cuatro a ese intelectual y poeta del PP vasco llamado Borja
Semper. No tengo nada contra Borja Semper, que a parte de formar parte de una
banda criminal de corruptos y amigos de narcotraficantes no me ha hecho nada.
Pero creo que esta disposición de página es para hacérsela mirar en el diván
del psicólogo Tamarit. Entre Lorca y Semper, preferiría una entrevista a Lorca.
Pero lo mataron esos que nunca han condenado el franquismo, y a los que el
presunto poeta guay Semper representa en Euskadi.
El silencio sobre Lorca es el miedo de España. El
miedo a reconocer nuestro miedo al miedo. Y creemos que fue una anécdota. Una
casualidad. No mataron a un poeta, mataron a todos los poetas que pudieron. A
todos los hombres, mujeres, maricones, lesbianas y niños que pudieron. Y uno de
los asesinos de poetas, Manuel Fraga Iribarne, es el fundador del PP. Padre
casto de la Constitución. Hijo de puta del franquismo.
Los periódicos no hablan de Lorca. Hablan de Star Trek
y de la responsabilidad que nos aboca a nombrar a Mariano Rajoy presidente del
Gobierno. Un tío, Rajoy, que describió como “hecho objetivo que los hijos de
buena estirpe, superaban a los demás”, datos, que según nuestro presidenciable,
“han sido confirmados más adelante por la ciencia: desde que Mendel formulara
sus famosas Leyes” (artículo de MR en El Faro de Vigo, 1983),
Vivimos en el posfranquismo y por eso nos olvidamos de
Lorca. Lorca es incómodo. Es el paradigma de la barbarie fascista. El otro día,
en Alemania, detuvieron a dos nonagenarios por haber servido en un campo de
exterminio. En España, cuando muere un asesino fascista en la cama, se dice que
fue ejemplo de reconciliación. Manuel Fraga Iribarne, fundador del PP, es un
poderoso ejemplo.
El padre de Mariano Rajoy, como magistrado, estuvo
envuelto en un turbio asunto en el que murieron varias personas en 1972: el
padre, la madre y la hija del tío que destapó el caso Redondela. Cito a EL
Paísde la época: “En septiembre de 1972 el denunciante del caso, director
general de Acegasa-Reace, apareció muerto en su piso de Sevilla junto a los
cuerpos, también sin vida, de su mujer y su hija. La versión oficial de un
presunto suicidio convenció a pocos. En marzo de 1974 falleció en la prisión de
Vigo el presidente del Consejo de Administración de Acegasa. Su cadáver
apareció en las duchas, en extrañas circunstancias”. Toda esta documentación se
ha perdido, ha desaparecido mágicamente de los juzgados (o no). Entre los
implicados en el asunto del padre de Rajoy, está un tío de nombre muy
legendario llamado Nicolás Franco Bahamonde. ¿Os suena?
Los hijos y los nietos de los fascistas siguen
teniendo periódicos, y radios, y bancos, y gimnasios con spa, y prescripciones
por delitos económicos. Por eso escribir de Lorca, 80 años más tarde, es
incómodo.
Lorca es silencio. Y Lorca no es solo Lorca. Es tanta
gente que andaba por ahí sin hacer nada más que su vida y la mataron. ¿Ha
pedido alguien perdón? ¿Como se le exige a Otegi que pida perdón? ¿Quién le
exige a Otegi que pida perdón? ¿Los herederos de Manuel Fraga Iribarne,
asesino, han pedido perdón?
Ni siquiera los periódicos democráticos, con todo su
papel, piden perdón. Star Trek es más interesante. Olvidemos a Lorca, que
entorpece formar gobierno.
Este niño chiquito
no tiene cuna
su padre es carpintero
y le hará una
Los periódicos no somos buenos carpinteros, y el niño
Lorca aun está sin cuna. Yo tengo madera y clavos, y no pienso fabricar una
cruz.
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