sábado, 12 de marzo de 2022

3.000 NIÑOS

3.000 NIÑOS

JOSU AIZPURUA

La anacrónica salvajada ukraniana, nos evita centrarnos en los que en nuestras propias narices está sucediendo, y comprender que una misma causa es la que nos hace un MUNDO hostil, incomprensible, desigual hasta lo inaceptable.

El capitalismo, de Estado o de particulares, no ha sido la solución a una Humanidad soportable, y ha propiciado que las “brechas” históricas, se acrecientes, se consoliden, y se invisibilicen desde el Poder. Las Castas se han atrincherado en sus fuerzas represivas, han creado un bello mundo de clase poseedora, y han abandonado la idea de mejorar las condiciones de vida y trabajo de la otra clase: los desposeídos.

Como decía Alfonso X de Castilla (sin León), los esclavos, siervos, ilegítimos, mujeres, etc., son de peor condición que los nobles y clérigos. Y en esas seguimos. Y los partidos hispanos de derecha no son capaces de progresar en Humanidad ni DDHH.

¿Esta quebrando el siglo XXI? Intentan que vuelva a ser una copia del XX, con guerras, brechas, y una comunicación abducida por la Casta, que los beneficiados y necios, aceptan a pies juntillas. ¿Han oído algo de lo que quiere Rusia, de lo que sufren sus jóvenes en el frente? No hay sitio para ellos pues los medios solo tienen orden de dar los sufrimientos ukranios. Y el cómico, sin afeitar, sale por todos los rincones. El bigote se lo recorta, pero la barba es necesaria para el papel.

Y aquí en nuestras islas coloniales, 3000 niños (Menas), observan con estupor el trato a los migrantes ukranios que contrasta con el suyo. Unos y otros sufrirán la tragedia, pero la huella será diferente.

Mi madre, niña vasca evacuada a Francia, nunca pudo olvidar la tragedia vivida, y sólo en algún anochecer de confidencias me contó algo de lo allí sufrido. Nunca pudo superarlo.

Y tampoco lo harán estos 3000, que los hacinan, los esconden, los olvidan y esperan a sus 18 años para tirarlos en la calle ¿su pecado? ser negros. ¿El de mi madre?: ser vasca.

Me comentaba uno de ellos que ya no puede mirar al mar, pues ve a su hermano ahogarse y a todos los que allí murieron y “ve” sus manos pidiendo auxilio. Los relatos de mi madre me hacen comprender mejor su angustia.

Yo veo fariseísmo inducido en este fervor ukranio; la buena gente no distingue entre migrantes blancos o negros, solo los racistas lo hacen. Tenemos la obligación moral de buscar la formación de los 3000, de prepararlos para su vida, de darles consuelo y arroparlos como a niños que son. ¿Lo estamos haciendo?

El trato a los 3000 mide y es una prueba del humanismo canario para con los que vienen de donde vinieron sus ancestros, y la actitud del Gobierno canario, es sucursalista, indigna, y genuflexa ante el Poder de la Casta.

Yo no compraría un coche de segunda mano a Zelensky, pero a Putin ni le entraba en el concesionario.

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