ESPAÑA PIDE PASO A MADRID
DAVID BOLLERO
"Madrid es España dentro de España. ¿Qué es Madrid si no es España?". Este delirio de Isabel Díaz Ayuso le acompañará a la presidenta de la Comunidad de Madrid sine die. Sin embargo, esa España de la que habla pide paso a la capital, porque nuestro país es mucho más que la región que gobierna Ayuso y, hartas del dumping fiscal que realiza ésta, reclaman más ecuanimidad en el reparto de organismos de la Administración Pública, que en gran medida funcionan de atracción de riqueza.
El Ejecutivo está
decidido a a extender la experiencia del Instituto Nacional de Ciberseguridad
(Incibe) que inició José Luis Rodríguez Zapatero llevándoselo a León. Ubicar
centros de este tipo en otras provincias es una signo de progreso, de abandono
de esa mentalidad retrógrada de concentrar la actividad en la capital que
termina impactando en la España vaciada. ¿No presumen todos los patriotas de la
riqueza de toda España? Toca ahora ser consecuentes y acompañar con hechos esas
palabras. En esa dirección van los planes de levantar el Centro Nacional de
Investigación y Almacenamiento de Energía en Cáceres, la base logística que el
Ejército de Tierra en Córdoba o el Centro de Datos de la Seguridad Social en
Soria.
Ya va siendo hora
de abandonar esa visión cateta de concentración de la actividad, especialmente
porque quienes llevan décadas gobernando la región capitalina no pueden ser más
insolidarios cuando es el resto de España que le inyecta buena parte del
bienestar que disfruta con esa concentración.
Ya no es sólo que
mientras que el peso que tienen los empleados del sector público estatal en el
resto de Comunidades Autónomas es del 15% frente al 40% de Madrid, es que la
región que gobierna Ayuso concentra más de 170.000 de empresas públicas,
consorcios y mutuas. El 80% y el 70% de los empleados de los servicios
centrales de los ministerios y organismos públicos, respectivamente, se
localizan en la capital, tal y como desglosa Agenda Pública, y más de 60
organismos tienen sus servicios centrales en Madrid sin contar con delegaciones
en otros territorios.
Esta
descompensación injusta tiene un innegable impacto en la economía de las
diferentes regiones, dado que termina funcionando como polo de atracción de
inversión privada, de ubicación de las empresas más grandes. Cuanto más
poderosa se hace la región capitalina, menos margen de mejora tiene el resto. Ayuso niega la
mayor en este asunto... hasta ahora, cuando comience a ver que se le escapan organismos
y los reclame, porque sabe la riqueza que se le escurre entre los dedos.
Barcelona es la
única provincia que ha conseguido hasta la fecha rivalizar con Madrid como
motor económico. Es el turno del resto de España, porque diversificar es
enriquecer, es fortalecer un país que reclama una mayor justicia social, un
mejor reparto de los recursos, que van más allá de lo recaudado y que, de
hecho, impactan sobre lo recaudado. Le
pese a quien le pese, la noticia de una descentralización será bien recibida en
el 95% de España porque ello se traducirá en incrementar las oportunidades para
quienes han estado abandonadas hasta ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario