sábado, 13 de febrero de 2021

FLUJO Y REFLUJO

 

FLUJO Y REFLUJO

EDUARDO SANGUINETTI

FILÓSOFO Y POETA.

Un tanto escéptico, pero consciente en intuición. No dudo que han existido pactos en espacios cerrados, no públicos, en temas esenciales, que tocan al devenir de Argentina y su ciudadanía, siempre desandando senderos que inexorablemente llevan a experimentar historias de exclusión y censura, sin ninguna legitimación democrática, al punto que toda reivindicación obstinada es considerada como perversión o sabotaje. Me hacen sentir que el sentido de "patria", tan altisonante cuando es pronunciado por traidores, es indigesto y la digestión es lenta y laboriosa.

 

Los actos de corrupción endémica de la política, nos hacen a menudo perder el foco de la crisis de existencia en la que nos debatimos desde siempre, intentando vivir, resistiendo la toxicidad de personajes funestos, que siempre vuelven a instalarse en el escenario de nuestra realidad, simulando cumplir funciones en diversos roles que les adjudica el funcionario de turno.

 

Discusiones continuas sobre los mismos temas, donde lo esencial no se discute, no se trata, no es tema de agenda de gobierno. Quejas estériles, impuestas en la comedia dantesca que soportamos quienes no ignoramos que el espacio público está degradado por un modelo depredador, que sólo considera el beneficio económico inmediato, el juego financiero, devenido en práctica de lo simbólico, al abrigo del relato disfuncional de los informantes de corporación mediática, los intelectuales de la Argentina modelo tercer milenio.

 

El pensador legítimo y el creador de realidades novedosas, asimiladas a este tiempo, donde la incertidumbre ha sentado reales, son considerados forzosamente como un peligro, como una amenaza, como destructores potenciales del presunto equilibrio simulado que el poder impone bajo presión a un pueblo que se limita a repetir las frases anodinas y lamentables que le dicta el gobierno, con la ayuda inestimable de los medios de fabulación.

 

Así se dibuja a través de toda nuestra historia un "eterno retorno" a lo que nunca se supera, la imposibilidad de avanzar hacia un destino que atraviese la 'profundidad del tiempo', en espacio de equidad, libertad y solidaridad, indispensables para lograr experimentar una existencia digna y en alegría ocasional, en espacios lisos, en tejido social saludable, en una dinámica vertiginosa que logre recuperar el "tiempo perdido", sin regresión traumática, como sucesores de la herencia que recibimos de manos de nuestros padres.

 

Siendo sincero conmigo mismo, libre y verdadero, silenciado y excluido, a fuerza de evidencias que se encuentran en los basureros de una comunidad y en las zonas más viscerales y reprimidas de la conducta humana, quizás termino por romper con todas las barreras, prejuicios y convenciones arcaicas que frenan el arranque definitivo que debería dar el pueblo argentino, a pesar de la estafa que le proponen, oligarquías rancias e ignorantes, traidores de ideologías podridas, como proyección de los fantasmas que paralizan el accionar del ciudadano mediatizado, fóbico y temeroso.

 

Un paradigma antiguo se ha instalado en este sistema, donde los individuos son espectadores pasivos del acontecer de su vida, donde están sometidos a caprichos de decisiones e indecisiones de funcionarios globalizados, que protocolizan, con la excusa de un virus que llegó sin pedir permiso, la vida y muerte de una comunidad; anteponer la salud a todo interés de mafia de la patronal empresaria.

 

En año electoral los niños no deben ser pancarta de ninguna especulación. Antepongo la realidad que soportamos, pues el voto, no lo olvidemos, tensiona al ávido espectro político, y reivindica el sueño a destiempo de un pueblo, al que le han secuestrado la realidad, 'locus solus', donde con íntimos deseos de confrontación surgen de modo permanente espectaculares acciones violentas y escatológicas de políticos devenidos en funcionarios; en informantes devenidos en periodistas; en mascotas publicitadas en medios, que siembran caos en el caos, para que nada modifique rumbos.

 

Meditemos, bandas dolosas de cuatreros y sus crías, fieles a la herencia maldita de sus antepasados buhoneros, controlan el flujo y reflujo de la identidad diluida de los argentinos.

 

(*) Filósofo y poeta


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