DE GUINDOS, EL HOMBRE DE
LOS MERCADOS
ROSA MARÍA ARTAL
La consigna oficial
es echar sobre Luis De Guindos todas las culpas de haber propuesto como
Director Ejecutivo del Banco Mundial a José Manuel Soria. Informó erróneamente
sobre algunos extremos, argumentan. Aunque, al mismo tiempo, sigue en pie que
Mariano Rajoy esté en la presentación del libro en la que su Ministro de
Economía explica la versión de su mandato y dado el título, “España amenazada”, cómo la salvó. El fuerte rechazo que el Caso Soria ha
producido, obliga a alguna filigrana. Parece claro sin embargo que el Sistema
apuesta más por apoyar a Rajoy, de existir la duda. En particular otro clan del
PP, "los sorayos" de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, que ganan
esta batalla como informa hoy mismo eldiarioes.
Contra De Guindos. Las familias de la familia andan revueltas.
Soria forma parte
del círculo íntimo de Rajoy. Con García Margallo, Fernández Díaz, Arias Cañete,
Wert, Catalá, Tejerina y siempre Ana
Pastor, con cuyo marido vemos corretear al presidente en sus veraneos en
Galicia. Pretender, otra vez, la ignorancia de Rajoy sobre cuanto concierne a
uno de sus mejores amigos es un nuevo fraude. A su vez, Soria fue compañero de promoción de De Guindos, así
que casualidades ni una. Las orlas dan mucho de sí. Sin ir más lejos, el
agraciado con sustituir a Soria en el Banco Mundial es otro compañero de
pupitre de De Guindos.
El nombramiento
como ministro de Luis De Guindos resultó sorprendente por cuanto había sido el
presidente de Lehman Brothers para España y Portugal, y su Asesor para Europa.
Se ponía al frente de la economía española a un alto responsable de la empresa
detonante de la gran crisis financiera de 2008. No solo eso, enseguida llamó a
Íñigo Fernández de Mesa, su colaborador en el banco de inversión quebrado.
Primero como secretario general del Tesoro, luego como Secretario de Estado de
Economía.
Un libro de
inminente publicación, editado por la sección informativa de la Revista
Mongolia, nos da cuenta en su capítulo “La maldición de Lehman Brothers aún
golpea España” de cómo llegaron a implantarse aquí antiguos directivos, cuando
en el resto del mundo procuraron meterse discretamente bajo las alfombras de
Fondos de Inversión o cualquier centro de operaciones especulativas. Lehman
Brothers, bajo la dirección de De Guindos, tuvo un papel determinante, nos
cuentan, en la emisión de cuotas participativas de la Caja de Ahorros del
Mediterráneo (CAM) que atrapó a 50.000 inversores. En su quiebra, la CAM acabó en manos del Banco
de Sabadell por un euro. Sí, el mismo banco cuyo presidente pidió un Podemos de
derechas. Y se encontró con que Ciudadanos pasaba de la política catalana a la
nacional.
El currículum de
Luis de Guindos es espectacular. No solo
por sus estudios y premios, sino por su habilidad en ubicarse en los
principales centros de poder. De forma similar, por cierto, a numerosos
miembros de esta gran familia que opera en España. Nacido en Madrid en 1960,
fue socio-consejero de AB Asesores, hasta su entrada en política de la mano de
Aznar, en 1996. Llegó a ser secretario de Estado de Economía con él, pero antes
hizo un periplo frecuente en los elegidos en el que pasó por la gestión de
Renfe, el ICO, la SEPI, entre otras entidades. Las puertas giratorias le
llevaron a otra estación habitual en políticos de su perfil: el Consejo de
Administración de Endesa.
Ocupó pausas como
profesor de la Universidad de Navarra y coordinó un libro para la Fundación
FAES: España, claves de la prosperidad, prologado por Aznar. El triunfo de Rajoy y su nombramiento, le
pilló, casualmente, en
PricewaterhouseCoopers. PwC, como director del área financiera.
Consultora y auditora a quien se vincula
en aquellos días con el diseño de la t rama fiscal para eludir impuestos
en Luxemburgo. De ella se beneficiaron más de 300 multinacionales, entre ellas
varias españolas.
El conocido como
“LuxLeaks” fue descubierto por el consorcio internacional de periodistas, ICIJ,
y hasta el momento solo se conoce una condena: a los informadores. No irán a prisión,
nos dicen, “solo” es un aviso a navegantes. El hoy presidente de la Comisión
Europea, Jean-Claude Juncker, era primer ministro del país. La famosa foto en
la que “estrangulaba” a De Guindos a su llegada a Bruselas, acabó en risas y
abrazos. Suerte de estar juntos.
Gran amigo de
Rodrigo Rato, De Guindos negó, como él,
la burbuja inmobiliaria. Solo era “una evolución de precios al alza que
se van a ir moderando con más viviendas en alquiler y más transparencias en los
procedimientos de urbanismo”, según aclaró en entrevista para ABC (2003) en
donde ya anticipaba su ideario hablando de ligar las cláusulas de salvaguarda
de los salarios a la productividad. Luego, cuando el colega. Rato, se vio
pillado, el entorno de De Guindos aclaró que su relación se había resquebrajado
hace tiempo. El manual.
Su misión en el
gobierno de Rajoy ha sido la de recortar y sacrificar a los españoles en los
altares de la austeridad. Tarea en la que realmente ha cosechado éxitos
espectaculares. No así en piezas fundamentales de los objetivos económicos que,
según el PP, justificaban esas duras políticas. La Deuda Pública ha alcanzado
niveles récord y el déficit también anda trastabillado. Manos privadas se han
beneficiado, eso sí, de algunas privatizaciones. Duro con los ciudadanos y
suave con los poderosos, es memorable el vídeo que recoge sus palabras al
entonces Comisario Olli Rehn en Bruselas
como un alumno que quiere ganarse el favor del maestro: “Mañana aprobaremos una
reforma laboral extraordinariamente agresiva”. Era el 8 de febrero de 2012. Los
primeros pasos del gobierno de Rajoy marcando su impronta.
Y pasó el tiempo.
De Guindos había dejado caer varias veces que buscaba otros horizontes fuera
del gobierno de España. Así, el año pasado, intentó convertirse en presidente
del Eurogrupo, pero fue vencido por Jeroen Dijsslboem, el presunto
socialdemócrata holandés a quien debemos los rigores máximos de la
austeridad en tándem con el ministro
alemán de Finanzas Wolfgang Schäuble. De momento, DE Guindos sigue aquí y, de
caer, lo hará de pie.
Los españoles
tenemos un grave problema, sí. Y no se soluciona apeando algunas piezas como
Soria, De Guindos o Rajoy. Es de mucho
más calado. Y quizás el principal se centra en la desidia y voluntaria
ignorancia con la que buena parte de la sociedad lo afronta embaucada en
batallas banales.
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