BRUJAS MALVADAS Y MUJERES ROTAS
BARBIJAPUTA
La lista en
cuestión la encabezan, cómo no, tres mujeres: Paltrow, Kristen Stewart y
Jennifer López (no, no es una lista de mujeres famosas, sino de personas
famosas). Los porqués de ser las más odiadas deben de ser bastante peregrinos,
sobre todo si tenemos en cuenta que no encontramos a Chris Brown en esa lista
(recordemos que, entre otras cosas, fue condenado por darle una paliza a su
novia de entonces, Rihanna) hasta llegar al número 20.
En esa misma lista
(y en otras de otros años) también tiene el dudoso honor de encontrarse
Angelina Jolie. ¿Cómo puede ser tan odiada una mujer que el único ruido que da
es como defensora de Derechos Humanos? Más allá de tener sus defectos como
otras cualesquiera, las que encabezan este tipo de lista sólo tienen una cosa
en común: su género.
Una mujer que no
aparece en esta lista pero que no tardará en aparecer es Marion Cotillard. ¿El
motivo? Un rumor apunta a que ella es la "causante" de que Brangelina
se hayan convertido de nuevo en Brad y Angelina. Da igual que ella haya negado
ninguna relación con Pitt, da igual que esté casada con su pareja y esté
embarazada de su segundo hijo, la oleada de insultos en sus redes sociales no
se ha hecho esperar. Y aún sigue, acabo de comprobar su Instagram y lo último
que he visto es a alguien animándola a que se suicide. Poco ha durado la
conmoción de que una chica italiana se suicidara hace unos días a causa justo
de esto, del acoso.
Ni Brad Pitt ni
cualquier hombre en esta situación tiene nada que temer, jamás será insultado o
acosado de ninguna manera. Haya sido infiel a su pareja o sólo se rumoree que
lo ha hecho, eso es lo de menos, porque las consecuencias sociales serán
obviamente las mismas: ninguna.
En su día, y tras
los rumores de que Jolie podría ser entonces la "causante" de la
separación de Brad Pitt y Jennifer Aniston, la insultada y acosada en aquel
momento fue ella. Siempre hay que encontrar a una o varias mujeres en la
ecuación a la(s) que culpar de algo, aunque ese algo no exista.
Toda esa furia
contra Cotillard ahora y Jolie entonces, no es sólo obra de la misoginia en la
que vivimos. También tiene un componente importante: el mito del amor
romántico. Nadie espera amor o fidelidad eterna de un hombre (y ya no hablamos
de Pitt, sino de cualquiera), mucho menos si encaja a la perfección en los
cánones de belleza heteropatriarcales. Pero sí se espera de nosotras. Porque el
mito del amor romántico nos atañe únicamente a nosotras. Las películas, libros
y canciones con esos mensajes de amor tóxico se hacen para nosotras, por lo que
nadie puede esperar que les calen a ellos. Nosotras somos las que tenemos que
buscar entre la multitud a nuestra alma gemela y explotar de felicidad eterna
al encontrarla; cuando nos enamoramos, tenemos que dar gracias y ser
conscientes de la suerte que hemos tenido al encontrarlo, amarlo eternamente y
serle fiel para siempre. Y también somos nosotras las que tenemos que poner
todo nuestro esfuerzo en conseguir que no se vayan de nuestro lado, porque
nuestro cometido en la vida era ése: ÉL.
Y por eso Jennifer
Aniston vuelve a la palestra tras 12 años de su ruptura con Pitt: el mundo
entero cree que aún llora la pérdida, porque tuvo la suerte de encontrarle a ÉL
pero una malvada bruja se lo arrebató, dejándola rota para siempre.
Si te sales del
papel que la sociedad te ha asignado, prepárate para ser culpada por todos y
hasta por ti misma. Porque si después de compartir parte de tu vida con ÉL te
enamoras de otro, o si simplemente te desenamoras, o si estás mejor soltera, o
si te enamoras de una mujer o si, aún peor, nunca llegaste a encontrarte con ÉL
y fuiste de uno en otro como te vino en gana, ya eres paria. Ni hablamos si
encima no tienes descendencia, ahí ya nadie puede salvarte aunque convivas
felizmente con el mismo señor toda la vida, porque eres una mujer incompleta,
no sacrificaste todo lo sacrificable, te faltó el útero: imperdonable.
El mito del amor
romántico está obviamente unido al machismo. Nunca podría haberse creado y
extendido de esta manera un concepto del amor tan dañino en un mundo feminista,
en una sociedad donde fuera inconcebible asignarle un papel a nadie dependiendo
de su género. Una definición del amor tan irreal, frustrante y violenta sólo es
posible cuando hay una base para ello: una sociedad misógina, machista y patriarcal
como la
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