sábado, 18 de noviembre de 2023

LA FRUTA DE OROS

 

LA FRUTA DE OROS

GUILLEM MARTÍNEZ

-RESUMEN DE LO PUBLICADO. Sánchez ha practicado una ruptura cultural –lo que no es, a priori, bueno o malo, sino exótico; sucedió lo mismo en su día, por ejemplo, con el bikini; o con todo lo contrario, la rebequita–. A saber: establecer un cordón sanitario con el PP. Tirar cables a sus votantes, pero ubicar al PP fuera del trademark democracia. Se acaba –veremos si realmente, o solo oficialmente– el cuento del consenso constante más allá de la muerte y la unión de todos los demócratas que bla-bla-bla. Queda seriamente inutilizada una forma de hablar de la derecha desde los 90. Además, Sánchez hizo todo eso –con singular gracejo, se debe señalar– tratando a Feijóo como si fuera una sobreactuación, una anécdota. Como si fuera, vamos, el representante de El Salvador en la OTI con el tema Sueños. Mientras eso sucedía, Ayuso formulaba la época en la zona VIP del hemiciclo. Escupiendo por el colmillo mientras exclamaba para sí, dos puntos, hijo-de-puta, en lo que es un serio indicio de que Ayuso, la gran intelectual del PP, carece de la capacidad para el monólogo interior.

 Algo, por otra parte, muy extendido por aquí abajo, donde en un cenorrio es habitual que la marquesa se levante y, para excusar un periplo al excusado, exclame: me voy que me estoy XXXXXXX por la pata abajo. Por lo demás, el programa de PSOE-Sumar parece girar sobre cuatro ejes: a) derechos e igualdad, b) algo –no necesariamente estructural, que no hay mayorías para ello; no se pierdan, en todo caso, el punto 1389– en lo territorial, c) cosas en la economía y en el bienestar, aprovechando la ola que viene de Estados Unidos, y que tiende a visualizar el fin de la globalización y, con ello, cierta recuperación del Estado, de manera que el Estado interviene en el mercado para salvarle la vida –más, por cierto, que en la sociedad, para salvarle la vida también–, y d) algo que apure, si bien no supere, las directrices de la Comisión –no siempre chachis o/y pirulis, por otra parte–, al menos, hasta verano de 2024, momento en el que la nueva extrema derecha puede, o no, acceder a la pomada y a la Comisión, y Sánchez, sus circunstancias, y hasta el gato, pueden acceder, con ello, al aceite de ricino del siglo XXI, que vete a saber lo que es, pero que espero que tenga gusto a menta. La pregunta es: ¿a), b), c) y d) es suficiente para frenar a la extrema derecha, ese llenapistas europeo, americano y asiático? Pinta que no. Estamos, no obstante, en territorio inexplorado, como cada día desde la crisis del 2008.

 

-DECÍAMOS AYER. Ayer también, por cierto, Sánchez intercambió turnos de palabra con dos nacionalismos incluidos en el Pacto por la Sanchezidad. Lo que es importante, pues Sánchez no aludió en su programa de Gobierno a lo pactado previamente con grupos nacionalistas. Sinopsis. ERC/Rufián estuvo preocupado, en su actuación televisiva, por marcar distancias sofisticadas, para iniciados, con el PSOE y, más aún, con Junts. En lo que es una metáfora del pitote epistemológico de esta izquierda indepe más vinculada a la propaganda que a un itinerario claro, defendió ante el PP que Esp no se rompe nunca jamás. Lo que tiene guasa. Una función de ERC en MAD es, por cierto, dar para el pelo a Comuns –lo que hace muy bien, ya puestos–, a quien interpreta como su competidor directo en el mercado electoral cat. Ayer, en todo caso, lo hizo, indirectamente y por la vía del mutis, cuando desde el pack Pablo Iglesias se empezó a establecer, vía un programa de radio en BCN, la ruptura entre Podemos y Sumar. Veremos antes de las elecciones europeas las dimensiones del chiste o del naufragio que todo ello supone. Junts estuvo preocupado, en su actuación televisiva, por marcar distancias sofisticadas, para iniciados, con el PSOE y, más aún, con ERC. No obstante, se le fue la bola con la simulación de su enfrentamiento calderoniano con el PSOE. La razón: Junts está luchando por la interpretación de su pacto con PSOE –ojo, no pugna para nada por el texto de la amnistía, una asunción de la CE78 à gogó, por otra parte–. Un pacto en el que no se ofrece mucho, salvo la posibilidad de interpretarlo para emitir propaganda victoriosa. Lo que está haciendo, de hecho, desde la firma del pacto. El PSOE, a su vez, está siendo inapelable en ello. No para de emitir notas al respecto, explicando, por ejemplo, que las comisiones de las que habla el pacto no son parlamentarias, como sugiere Junts, sino de broma. Ayer, por ejemplo, Junts chuleó al PSOE, amenazó con abstenerse en la votación de hoy si no participaba de su propaganda. Si no sustituía el palabro diálogo por el palabro negociación, si no aludía a la amnistía no como perdón, sino como un fenómeno universal que debería guardarse en el Área 51. La crisis se solucionó rapidito con un cambio de matices en Sánchez –tan matizados que, de hecho, a mí se me escaparon–.

 

El próximo pleno de la Eurocámara abordará la amnistía, esto puede quedar en un espectáculo propagandístico de una extrema derecha que puede reinar

 

-AMNISTÍA, ESA FRUTA. Antes de empezar con lo de hoy –que será rapidito–, un inciso. Sobre la amnistía. Si bien estamos en territorio inexplorado, como cada día desde la crisis del 2008, etc, también es cierto que, como les decía en mi articulete del 14 del 11, la amnistía y su contexto hacen prever una azarosa aplicación. Además de lo especificado, es una amnistía muy ajustada, muy hecha a medida. Por lo que un juez esp –siempre celoso de la aplicación de la ley, siempre consagrado al arduo trabajo, siempre en una orgía de independencia judicial, etc.– puede modificar los actuales cargos de una causa, y enviar, con ello, la amnistía al garete para su caso concreto, por ejemplo. Verbigracia: la aparición de los cargos de terrorismo en una causa, zas, hace una escasa semana, puede haber expulsado de la amnistía a los usuarios de la causa Tsunami, y a todos los CDRs ubicados en la operación Judas. Veremos. En Europa –donde, todo apunta a ello, se solucionará, o no, la cosa en última instancia, si bien no se sabe cuándo–, se están despejando nubes, se diría. Didier Reynders, el comisario del ramo que adoptó momentáneamente las preocupantes formas de la extrema derecha esp –pidió el texto de la amnistía al Ejecutivo, y no al Legislativo, y todo eso antes de que el texto existiera–, parece haber abandonado esa vía dramática. Joaquín Almunia, excomisiarette, ha sembrado indicios de que la Comisión no tendría problemas con la amnistía. A ver si también sucede lo mismo con el TJUE. El pleno de la próxima semana, en el que la Eurocámara –esto es, nada, nadie– abordará la amnistía, se puede quedar en un espectáculo propagandístico de una extrema derecha que, en 2024, puede reinar. Y, en esta dinámica de vuelta de los Estados, participar, potenciar determinados partidos en los Estados. Algo que ya está sucediendo, de alguna manera, con otros partidos, esta mañana a primera hora.

 

-EN EL DÍA DE HOY. Vamos que nos vamos. Bildu/Aizpurua ha aludido a abrir el debate plurinacional y el modelo territorial europeo, uniendo eso a un combo económico y social, a la “transformación social”, a una “democratización del Estado” y a una lucha contra el Deep State, esa cosa hoy más superficial que deep. Alusiones a Palestina, ese acceso a la autoformulación de las izquierdas peninsulares. PNV, más incómodo que Bildu con este pacto, y en franca y dramática competencia electoral con Bildu, emite desde la ausencia de fe respecto de sus pactos con PSOE, si bien remitiéndose a ellos. Parece añorar otro PP. Pero, como no hay ese otro PP, se chotea del actual. BNG/Rego. Palestina y precalentamiento para elecciones gallegas. UPN/Catalán llora ante el mundo el chantaje non-stop de los indepes, que ya ha matado a varios gatitos. En lo que es una prueba de que no existe la Internacional Carlista, arremete contra la amnistía y Puigdemont. Antes que UPN ha hablado CC/Valido. Lo que nos lleva al punto 1389.

 

-1389. La portavoz de Coalición Canaria suena como el PNV en un spot de plátanos. Se pronuncia contra la amnistía. Pero también dialoga con Sánchez sobre la crisis migratoria canaria. Importante: con esta crisis la extrema derecha esp debería haber hecho su agosto. Y no lo ha hecho. Esto es, no ha podido hacerlo. Lo que habla de cierta planificación y coordinación estatal y autonómica frente a la crisis humanitaria. Y, más aún, del estado actual, de absoluta incapacitación, del pack PP-Vox, que no pueden rematar pelotas fáciles al vuelo. Lo que ilustra también, más aún, lo que ha pasado en este Parlamento desde ayer. Otro asunto importante, tal vez un indicio importantísimo: Valido aludió a la asunción de la plurinacionalidad –como Bildu, como todos los grupos nacionalistas, de una forma u otra–. Y, como Sánchez ayer, pareció que unía esa posibilidad al marco europeo, no al esp. Quizás el intento, si se produce, pasará por una exhibición constante de la plurinacionalidad en la UE, a través, por ejemplo, del uso de lenguas cooficiales –que ya veremos; no se animen mucho al respecto, me dicen–, pero también a través de la presencia de delegaciones de las naciones peninsulares, junto al Estado, en temas de su interés y competencia. Sí, es un procecismo. Es imposible, con las mayorías actuales, que sea lo contrario, una reforma constitucional. Sería, así, algo sin papeles, sin plasmación legal. Pero igual, y según cómo, puede adquirir oficialidad, la solidez de la costumbre o, al menos, del precedente. O no. Veremos.

 

A las 13:14 Sánchez es proclamado presi. Con 179 votos a favor, con mayoría absoluta, ese objeto de otra época

 

-OVACIÓN Y CIERRE. Votaciones. A las 13:14 –hora española; a las 20:19 en Ulán Bator– Sánchez es proclamado presi. Con 179 votos a favor, con mayoría absoluta, ese objeto de otra época, no nos engañemos. Significará muy poco en esta legislatura, con dos o tres partidos de guerra cultural, esa inestabilidad fluctuante, comunicando por un tubo todo el día. Son, en total, ocho partidos pactándose encima, lo que confiere a este pacto la dimensión de un pacto en la II República, ese objeto rechazado, y evitado con la ley electoral, antes, incluso, del 78. Se trata de los votos de 12,6 millones de personas. Pas mal. Feijóo se acerca a Sánchez y le afea su error. Si le hubiera besado en el morro esto sería El Padrino II. La pregunta es: ¿a), b), c) y d) es suficiente para frenar a la extrema derecha, ese llenapistas europeo, americano y asiático? Una vez expulsado el primer partido de la democracia, ¿qué se hace? Si se plantea implícitamente el Deep State, ¿qué se hace para paliarlo? ¿Cómo se reforma la Justicia, esa cosa que no ha aparecido en el debate de investidura? Territorio inexplorado. Crisis del 2008. Cada día.

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