jueves, 18 de junio de 2020

LA RESPUESTA DE VÍCTOR RAMÍREZ: EL ESCRITOR CANARIO SE ENFRENTA EN SU ÚLTIMO LIBRO CON LA ACTUALIDAD PERIODÍSTICA


LA RESPUESTA DE VÍCTOR RAMÍREZ:
EL ESCRITOR CANARIO SE ENFRENTA EN SU ÚLTIMO LIBRO CON LA ACTUALIDAD PERIODÍSTICA
POR ANDRÉS GONZÁLEZ JEREZ
La pasada semana fue presentado en La Laguna "Respondo", una colección de artículos periodísticos de Víctor Ramírez publicados originariamente en Diario de Las Palmas y ahora editado por Benchomo en su colección Tasufra.

Víctor Ramírez, uno de los narradores canarios fundamentales en el último medio siglo, vuelca todo su talento verbal, su enorme y a veces histriónica humanidad, en columnas que rozan como una caricia o caen como un puñetazo, siempre desde su honesta y maniquea visión política. En los últimos días el escritor grancanario ha anunciado la publicación de una nueva novela LIVIANO TENEMOS EL SUEÑO LOS APÁTRIDAS.

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En el modesto carrusel, a menudo pobremente engalanado y a veces francamente cómico, de los escritores canarios, Víctor RamÍrez destaca tanto por la calidad de su prosa (analizada elogiosamente por críticos como Angel Sánchez y José Luis Gallardo) como por su compromiso político. En este último aspecto Ramírez es una rara avis en el corral literario insular por su terco e irreductible posicionamiento político.
         Mientras que la mayoría de sus colegas disfruta en los aledaños del poder o escriben en el vacío del escepticismo político, Ramírez, en los últimos comicios autonómicos, y en compañía de su inseparable compañero Rafael Franquelo, se presentó en las listas de la coalición formada por el Congreso Nacional de Canarias y el Frepic Awañac, que obtuvo insignificantes resultados.
         Ramírez, por decirlo en una palabra que todavía asusta mucho aunque últimamente haya sido proferida por algún padre de la patria en su despacho, es simplemente independentista. Y así consta en casi cada uno de los artículos que recoge el libro "Respondo", editado recientemente por Benchomo, y publicados entre octubre de 1991 y mayo de 1993 en Diario de Las Palmas.

"Escribo en la prensa porque me da vergiienza callarme todo lo que siento ante tanta ignominia", declaró Ramírez en unas declaraciones a la agencia Ideapress. Las respuestas de Víctor Rarnírez, que utiliza como recurso a un compradre-curiosón, suelen ser contundentes. Algunos escritores canarios no salen excesivamente bien parados.
          Juan Jesús Armas Marcelo, por ejemplo, quien "recurre a emplear en nuestra prensa el nombrete denigrante cuando se refiere a gente nuestra que se desvela (con mejor o peor fortuna) en realizar aquí su obra... incluso a Guillermo García Alcalde lo llama Sumo Pontífice, acusándole de asturcón godo... Lo llama así él, que tanto ayudó a que éste alcanzara el poder económico y político que ahora con implacable odio le reprocha... ¡Si el pobrecillo Juancho Armas volviera a ser aquel hombre emprendedor y generoso cuando inició la aventura cultural de Inventarios Provisionales...!"
         Otro ejemplo: Juan Manuel García Ramos y el Premio de Literatura de Canarias convocado por el Gobierno autónomo en 1991. "Manolo García Ramos metió la pata hasta la ingle. Y además se portó muy mal cn sus amigos del jurado, que le deben prebendas y favores... La pena, pariente, es que yo le he tenido (y a lo mejor se lo sigo teniendo, ¡ojalá!) cierto cariñillo a Manolo García Ramos, desde mucho antes de él acceder al Poder, ese Poder tan encanallador y tan enemigo de este pueblo al que pertenezco... Sí, creo que Manolo se ha jodido -lo siento por él. A lo mejor es cierto eso de que la codicia rompe el saco y de que tenemos lo que nos merecemos".
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La tentación del diablo

El Poder siempre está escrito por mayúsculas y, en los artículos en los que Ramírez responde a la actualidad, está indisolublemente ligado a la opresión colonial que padece Canarias por la despótica y feroz metrópoli española. Ramírez sostiene el mismo discurso político que mantenía hace veinte años y una visión apasionadamente romántica de un triángulo formado por el pueblo ( que padece las injusticias más monstruosas), los paniaguados del poder (cada vez más gordos y lozanos) y los godos colonialistas mil veces malditos y vituperados.
         Que un hombre como Ramírez, uno de los mejores narradores canarios del último medio siglo e indudablemente inteligente, sea capaz de suscribir tales simplezas es sorprendente y, a la vez, sintomático de las limitaciones reflexivas e inercias ideológicas de los escritores isleños, que navegan entre el silencio más vegetativo y la desidia mejor intencionada.
         El diablo ha tentado también a Víctor Ramírez, y aunque mantiene una postura verbalmente inconmovible, en "Respondo" saltan justificaciones que incluso en su prosa precisa, común y corretona encuentran dificultades. Como buen progresista y nacionalista, Ramírez abominó de las conmemoraciones del V Centenario del Descubrimiento y, sin embargo, participó en el semiclaustral Encuentro de Escritores celebrado en La Gomera el pasado año, organizado por el Gobierno autónomo e inscrito, precisamente, en el programa canario de las conmemoraciones cinco veces centenarias.

Ramírez explica que decidió pronunciar una conferencia después de que le fueran resueltas ciertas dudas de conciencia. "Se me aclaró que todos los participantes éramos canarios (de nación o asunción) y que los asuntos a tratar en ponencias y comunicaciones serían canarios o hispanoamericanos. No había nada español (con todos mis respetos y agradecimientos para lo español que ennoblezca, claro). Dije rápidamente que sí iría". ¿Canarios? ¿ Qué esperaba encontrar Rarnírez en La Gomera? ¿Poetas húngaros y novelistas japoneses?
         Lo mismo sucede, en varios artículos, al calificar el escritor su situación socioeconómica. "Nosotros, los pobres... nosotros, los escritores pobres...". Una definición financiera realmente sorprendente en una profesor de Educación General Básica que tiene en el bolsillo un mínimo de seis trienios. Incluso cabe señalar como califica Ramírez de "pequeño milagro de nación colonizada" a la Biblioteca Básica Canaria, no boiocoteada en ningún momento, que se sepa, por el Ministerio de Cultura ni por el Ministerio del Interior, y que en su día fue un proyecto editorial duramente criticado (en especial por sus criterios selectivos) por escritores, críticos y profesores universitarios. Víctor Rarnírez figuró en la colección (con todo merecimiento) con su obra "Cada cual arrastra su sombra".

Por encima de todo, Víctor Ramírez es uno de los pocos creadores canarios dispuestos a dar la cara al viento de las grandezas y, especialmente, a las miserias cotidianas. Desde su punto de vista, desde su impactante prosa, desde su dureza crítica y desde el derecho a equivocarse, Víctor Ramírez es, todavía, un escritor con capacidad de respuesta.


LA GACETA DE CANARIAS  -3-11-93

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