sábado, 2 de noviembre de 2019

ES IMPORTANTE


ES IMPORTANTE
JM AIZPURUA
Volver al origen, a la esencia de 1978, es hoy en 2019, importante, demasiado importante. Buscar las cosquillas al oponente, entonces y ahora, es demasiado fácil, provocador e inútil por lo que debe ser erradicado del campo político. Aportar algo mejor, fue, y sigue siendo el buen camino. Los “montapollos naranjas”; son la hez del Sistema.

El proyecto de 1978 fue el armisticio de las Dos Españas (en realidad muchas más) y la legalización de todas sus formas de expresión para una armónica convivencia. Desde el golpe de Tejero esta voluntad se apagó y dio paso a un PPSOE que reinterpretó la Transición y la desnaturalizó con un GAL inasumible. El 15M denunció el fraude y una nueva esperanza se adueñó de la península y su colonia.
En Cataluña, en el paro, en la deuda, en la monarquía, en las Comunidades Autónomas; nos hemos dado contra la pared. Nuestro Sistema78 no sirve ya para lo que se concibió.
Su Constitución78 ha resultado obsoleta en pocos años.

Y los partidos, base del Sistema se han transformado en plataformas para que los más osados caraduras encuentren un oficio seguro, y algunos de ellos un modo de enriquecimiento ilícito entre corruptelas y favores. Ello ha tenido el efecto del abandono de las siglas de sus personajes carismáticos y los que en base a su convencimiento ideológico proponían alternativas eficaces para el progreso social.
Un análisis sociológico, nos refleja una sociedad peninsular con cuatro naciones históricas y asentadas: Castilla, Euzkadi, Cataluña y Galicia. El continuismo pseudohistórico de origen medieval hace a Castilla una nación supremacista, represora y camuflada de españolismo que altera la realidad histórica con un relato falsamente español, donde la existencia de las otras tres naciones queda regionalizada.
El ESTADO, el moderno sistema de organización social de los territorios, que permite la federación y confederación de los diferentes territorios, es tergiversado por una España como “Estado-Nación Castellano” vulnerando la esencia nacional de las otras tres naciones, que, hoy tienen su derecho a decidir su futuro en base a los DDHH, la Democracia del siglo XXI, y el sentido común para armonizar territorios.
La estrategia represora del actual Estado, basada en la existencia de españolidad en las tres naciones, ignora que en su mayoría es producto de oleadas de migración económica que en nada modifican el derecho natural de los habitantes autóctonos y que nos colocan ante el “ius solis et ius sanguinis” hoy superado y sin actualización convincente. Haití y R. Dominicana sufren este conflicto, que en su isla crearon franceses y españoles con fronteras artificiales: se la repartieron como si fuera un chorizo.
No es fácil la solución, pero si es imprescindible en el Estado español acostumbrado a resolver con la represión lo que se debe resolver con la convicción. “Venceréis, pero no convenceréis” es la histórica maldición que ha traído a la mediocridad al “Imperio”.
El unionismo españolista (nada de constitucionalismo), la confederación de naciones, la independencia nacional, son posiciones políticas que, en base a su búsqueda de una mejor armonía social, son ética y políticamente admisibles para el contexto sociopolítico del siglo XXI peninsular en la UE. Vade retro, Torquemada.
Las Leyes deben respaldar la posibilidad legal de acceder a ellas sin condiciones inalcanzables, y sin trampas censales territoriales. El Referéndum siempre será para los que les incumbe directamente, si no, podríamos caer en el absurdo de eliminar la Playa de La Concha por referéndum español.
No me olvidé de Canarias, pero es que ella es harina de otro costal, colonial. 

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