jueves, 6 de julio de 2017

DEJANDO IR: GENTE TÓXICA

DEJANDO IR: GENTE TÓXICA
CRIS COVO GÓMEZ
Cuantas veces nos hemos encontrado incómodos al lado de alguien o hemos sentido repulsa al oír el timbre de voz de una persona antipática. Las personas negativas o, como comúnmente se las suele denominar, gente tóxica, ven el mundo a través de un cristal oscuro, transmiten a los demás su propio pesimismo, normalmente atraen la desgracia en la que ellos se mueven. Está comprobado que las personas que pelean constantemente y que se quejan por todo suelen bajar el ánimo de los que están a su alrededor. Es importante reconocerlas, no  para luchar contra ellas sino para mantenernos en nuestra propia onda, procurando que nada de lo que hagan o digan pueda afectarnos.

El cuerpo y la mente siguen siendo una unidad indivisible, los estados de ánimo y las emociones negativas se traducen tarde o temprano en trastornos. Hasta la propia medicina lo reconoce así cuando nos referimos a las enfermedades sicosomáticas.

Las personas que dan vueltas a las historias del pasado, alimentando el odio o el rencor nunca llegan a su madurez, precisamente esos puntos débiles que se retroalimentan son el caballo de batalla que no les permite superar errores y frustraciones y que les hace vulnerables, hasta prender nuevamente el fuego de sus pasiones que en definitiva no les deja vivir en paz.

No se resigne usted a convivir con ellas; si no hay más remedio que tratar con un jefe insoportable, un vecino maniático y desconfiado no permita bajo ningún concepto que su punto de vista le influya. Sea libre ante todo, no esté dispuesto a derrochar energía inútilmente por ellas.

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