SALVEMOS A DON AMANCIO
DAVID TORRES
Entre las empresas españoles que han solicitado beneficiarse de los mil millones de euros proporcionados por la Unión Europea en concepto de ayudas a la crisis por el coronavirus se encuentran Inditex, Ferrovial, Endesa o Iberdrola. Todas ellas pobres de solemnidad, como se ve, muy preocupadas por el medio ambiente, por la situación económica de los más desfavorecidos y por la comodidad de los sillones en sus consejos de administración. Entre regalarle toneladas de dinero público a Amancio Ortega o a Florentino Pérez, la decisión va a estar difícil. Lo mínimo es que hicieran una campaña en que ambos salieran con remiendos en la ropa y un platillo en la mano, pidiendo limosna debajo de un puente.
Lo cierto es que el proyecto de
Inditex, destinado a levantar una nueva sede en la localidad coruñesa de
Arteixo, sí hay un compromiso con el medio ambiente cifrado en el proyecto de
la plantación de un bosque urbano dentro de la propia sede, un aparcamiento con
placas foltovoltaicas y el lanzamiento de una línea de moda diseñada con
algodón orgánico y otros materiales sostenibles. También es verdad que a
sostenibilidad es un concepto más que discutible, cuando se cae en la cuenta de
que uno de los empresarios más ricos del mundo, con una fortuna que se calcula
en unos 70.400 millones de euros, ha pedido cien para acometer un nuevo
proyecto en un país golpeado por una crisis sin precedentes, con la economía a
punto de derrumbarse y la sanidad al borde del colapso. 70.400 millones
sostenidos sobre 100 millones es una pirueta circense equivalente a hacer girar
un planeta sobre el hocico de una foca amaestrada, pero los emprendedores,
amigos míos, son capaces de esto y de mucho más.
Aunque no lo parezca, la crisis
económica mundial también ha tocado duramente la fortuna personal de Amancio
Ortega, quien, según la lista Forbes, en el último año ha descendido varios
puestos entre los hombres más ricos del mundo, concretamente hasta el
decimosexto lugar, muy por detrás de los gigantes tecnológicos liderados por
Jeff Bezos, Bill Gates, Mark Zuckerberg y Elon Musk. Es lógico que los
españoles tengamos que hacer una colecta para echarle una mano a este
filántropo que, gracias a la ingeniería fiscal, sólo paga un tercio de sus
impuestos en España. Sería como dejar solo ante el peligro a Rafa Nadal.
La petición de los cien millones
coincide con el anuncio de Amazon Prime sobre la puesta en marcha de una
teleserie sobre la vida del ínclito empresario gallego. Con el título El hombre
de Zara suena bastante a ciencia-ficción y es muy posible que caiga de lleno en
el género, teniendo en cuenta que está basada en una biografía de Covadonga
O’Shea, más bien una hagiografía zurcida a base de conversaciones con Amancio
Ortega. Ya se sabe que para escribir una buena biografía hay que acudir a la
fuente principal, nada de ponerse a preguntar a los niños esclavos que cosían
prendas como locos en China, Camboya o Bangladesh por cuatro céntimos, con nula
seguridad laboral y condiciones de salubridad e higiene tercermundistas. No
preguntes qué puede hacer don Amancio por tu país, pregunta qué puede hacer tu
país por don Amancio.
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