martes, 13 de octubre de 2020

EL VÍDEO DE COLÓN

 

EL VÍDEO DE COLÓN

JUAN CARLOS ESCUDIER

La marquesa de Casa Fuerte, Cayetana para más señas, azote del independentismo, del populismo, del izquierdismo y de otras pecaminosas maldades que suelen acabar en ismo y con su paciencia, se ha marcado un acto de desagravio a la Corona desde Libres e Iguales, la plataforma que la diputada y sus amigos montaron en 2014 porque España vivía un momento crítico del que no ha salido. Siempre un paso más allá o dos si son pequeños, la iniciativa de Álvarez de Toledo reúne a lo más granado de la derecha y a Emiliano García Page en un vídeo en el que se dan vivas al Rey de manera compulsiva. Así que de la foto de Colón, que ya es antigua y en tono sepia, hemos pasado al vídeo de Colón en technicolor y cinemascope.

 

En los últimos tiempos, esto de los desagravios es un no parar. Se ha desagraviado a Rodolfo Martín Villa, que el hombre tenía un disgusto de los gordos con eso de la querella argentina; se ha desagraviado al Rey Emérito, que una cosa es que se lo hubiera llevado crudo y poco hecho y otra no reconocerle su pilotaje en el aterriza como puedas de la Transición; y, por supuesto, se ha desagraviado al Rey reinante en el llamado Foro de la Toja, que en cuestión de jabón tiene acreditada fama mundial. El de Cayetana es un desagravio descomunal, ciclópeo, que supera con mucho a los anteriores.

 

Como se sabe, el desagravio es la reacción natural a un ultraje y son muy frecuentes en este país donde se ultraja a todo lo que se menea. ¿Que alguien quema una bandera? Pues se le monta un desagravio al trapo. ¿Que blasfemamos contra el Altísimo, somos irreverentes contra la Iglesia y nos pasamos de ateos? Acto de desagravio al canto. ¿Que sacamos a hombros a la momia de Franco del Valle de los Caídos? Misa de desagravio del prior con especial mención a los mártires que allí se encuentran. Lo que no está muy claro es lo que le hemos hecho al pobre jefe del Estado para que necesite una reparación tan intensa en la que han participado más de 180 personas entre starrings,  also starrings y extras, como en una superproducción de Hollywood.

 

Al parecer, la gran ofensa de la que el Rey ha sido víctima fue la de impedir que acudiera a Barcelona a entregar diplomas a una nueva promoción de jueces y que se criticara luego esa llamada suya al presidente del Consejo General del Poder Judicial en la que se mostraba muy molesto porque el Gobierno le hubiera cortado constitucionalmente las alas del puente aéreo. Según la exportavoz y diputada del PP, aquello fue la mayor deslealtad constitucional que se recuerda y requería la respuesta de una "gran agrupación democrática constitucionalista española" porque la alternativa a la monarquía no es la república sino el caos.

 

No deja de ser curioso que los desagravios siempre se centren en peces tan gordos, tal que la patria, la Virgen o Su Más Sublime Majestad, a los que por la altura de sus pedestales poco puede importunarles, pero nunca en aquellos que no tienen donde caerse muertos, quizás porque los pobres, los marginados, los que intentan capear los vendavales de crisis y pandemias con paraguas de cóctel tienen ya el cuerpo encallecido y no notan el garbanzo bajo el colchón que altera el sueño de los príncipes.

 

Al Rey hay que desagraviarle porque vetar su presencia en un acto para evitar un pifostio es un ataque a la unión de los españoles, pero el Rey no tiene por qué desagraviar a los españoles por haber sido cómplice silente de los turbios negocios de su progenitor, ya que por su mera condición de vasallos ni siquiera se merecen explicaciones y mucho menos disculpas. No hay ofensa alguna, por tanto, en que el que lo tiene todo y nada necesita robe a manos llenas y hasta haya que costearle después el destierro para que no tenga que de tirar de los ahorros.

 

Engordada por la vanidad, la adulación te deja indefenso. El desagraviado tendría que estar muy preocupado por la utilización que la derecha, en todas sus versiones, hace de su figura, porque corre el peligro de convertirse en el pendón de un único bando y caer en la tentación de representar solo a los que le rinden pleitesía rodilla en tierra. Protagonizar el vídeo de Colón encasilla bastante. Que no se queje si a partir de ahora dejan de ofrecerle papeles fuera del mundo de la pornografía.


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