EL HURON AZUL
QUICOPURRIÑOS
El Hurón Azul, casa del pintor Carlos Enríquez.
Esa era
la casa, la finca, la estancia de Carlos Enriquez, un pintor cubano
vanguardista nacido a principios del siglo veinte y fallecido el 2 de mayo de
1957.
La primera vez que
oí de él fue a través de Mayra, mi prima Cubana, la de La Habana, con la que
mantengo unas conversaciones increíbles.
Últimamente hablo con la que vive en la Perla del Caribe casi a diario y nuestra conversación nos enriquece. Me habla de su Cuba querida y me envía fotos. Yo hago lo propio desde otra isla, desde la mía, la del otro lado del Atlántico. Islas somos. Y eso une. De una orilla a otra orilla. Los isleños tenemos algo en común, quizá porque de agua estamos rodeados y eso imprima carácter, un carácter común.
Compartimos
inquietudes, la literatura, los relatos que le mando. Ella escribe muy bien y
la he retado a que escriba algo para que Anghel Morales se lo publique, quien
ya me dijo que sí.
Y me mandó fotos
de los cuadros de Carlos Enríquez, ese bohemio que a principios de siglo
pintaba cuadros que en la Cuba burguesa de entonces escandalizaban. Mujeres
desnudas, con mucho realismo, pero cuadros, digamos, con influencias de El
Greco, de Goya o El Bosco. El resultado
es espléndido, una mezcla de clasicismo e impresionismo.
Me hablaba de
quién y cómo era Carlos Enríquez, y me mandó fotos de su obra. Y me habló del
Hurón Azul. Que era su casa, rodeada de un terreno enorme. Y de su
extravagancias, como que recorría la finca montado a caballo totalmente desnudo
, para sorpresa de sus vecinos. Y de que, alcoholico perdido, pintó en su casa,
en la puerta del baño, a su mujer….fulanita saliendo del baño. Cuando su pareja
lo dejó, harta de sus pasadas, tapó el cuadro, le mandó un brochazo encima,
para ocultarlo, para hacerlo desaparecer.
Me cuenta mi prima
que, siendo joven, se apuntó a una asociación cultural y que decidieron
restaurar el Hurón Azul, la casa del pintor fallecido hacía años. Y allí se
fueron y rescataron el cuadro escondido de la puerta del baño. Y convirtieron
la casa en un museo en honor de ese pintor cubano de principio de siglo, que
fuera galardonado en muchas ocasiones, pero luego olvidado.
Les invito a
buscar en las redes a Calos Enríquez, pintor cubano vanguardista. Creo que
quedaron gratamente sorprendidos de su obra.
Yo lo descubrí, y
me enamoré de su obra, gracias a la cubanita. Gracias prima Mayra, y sigue
mostrándome personajes y rincones de tu querida isla.
quicopurriños, octubre 2020
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