LA DESFACHATEZ POR BANDERA
JORGE
BEZARES
El PP, con Casado ahora, con Rajoy y Aznar antes, siempre ha empleado la misma táctica: cuanto peor, mejor.
A Felipe González lo echaron a golpe conspiración mediática, aprovechando, eso sí, los brotes de corrupción que generó el PSOE de la época: Filesa, Malesa, los GAL, Roldán, Juanito Guerra y algunas guarrerías más. Ahí quedan unos pocos ejemplares del llamado sindicato del crimen que podrían dar testimonio de lo afinada que estaba la conspiración y de los paganinis de tamaña sinfonía de navajas albaceteñas.
A ZP lo torpedearon
inmisericordemente por mantener una férrea voluntad política de acabar con ETA.
Un auténtico sacrilegio para el PP, que hizo de la banda terrorista su bandera
electoral. La caverna mediática de la época, con sus peones negros todavía
dispuestos a reengancharse, puede dar fe de lo coordinado que estaba el
discurso político tremendista de los populares con las portadas de etarras por
yihadistas de aquellos días de mentiras y cintas de casete de la orquesta
Mondragón.
Mintieron como
bellacos y ahora, con Casado, están en lo mismo. Isabel Díaz Ayuso, que tiene
la escuela de Esperanza Aguirre, lo hace como una cuestión de principios: lo
lleva en el ADN. Para tapar la desvergüenza de una gestión del coronavirus que
está detrás de la muerte de miles de ancianos madrileños sin seguro privado, un
día sí y otro también culpa al Gobierno de España de confinar a los madrileños
a punta de pistola. ¡Carcelero, carcelero!, cantaba Caracol. Hay que ser muy
golfa (políticamente hablando, claro) para practicar tanta desfachatez, para
atesorar tan poca vergüenza sin despeinarse.
Ahora, el líder de
la derecha española se cierra en banda ante una negociación para renovar el
Consejo General del Poder Judicial con la excusa de que Unidas Podemos no puede
estar sentada en la mesa porque son muy malotes y se meten con la monarquía.
Flaco favor le hacen a Felipe VI con tanto alarde monárquico derechista y
ultraderechista.
La próxima vez
quizás no cumplan con sus obligaciones constitucionales alegando que Pedro
Sánchez tiene los pies muy grandes, ¿no? A Silverio, el primer gran cantaor
payo, se lo afeó una gitana.
El caso es dividir
a los españoles, meter cizaña, impedir que sus conmilitones se comporten como
buenos patriotas y apoyen a su presidente del Gobierno, aunque solo sea en un
caso de emergencia nacional como el que vivimos todos los españoles, incluido los
madrileños, que, según las luces de Ayuso, son españoles al cuadrado.
El patriotismo solo
tiene vigencia cuando ellos están en el poder, gestionando, por supuesto
eficientemente, pero me llevo 33. Entonces sí que existe la responsabilidad de
Estado; eso sí, siempre para los partidos de la oposición.
Lo peor de todo
esto es que Casado se mantiene emboscado en este y otros asuntos después de que
el Tribunal Supremo haya retratado al PP como un partido corrupto, muy
corrupto, que se financió de la ‘red Gürtel’ a dos manos. En la foto de
familia, cuan Cosa Nostra, no se escapa ni Casado, que en esos días era ya un
cachorro exprés y aprobaba por castigo. Un milagro de estudiante.
Por cierto, ¿un
partido como el PP cogido con el carrito de los helados no merecería una
clausura gubernamental por falta de higiene democrática en su cocina? ¿No
debería colgar ya en su sede de Génova ‘cerrado por poca vergüenza’?
Pues parece que no,
que Casado y los suyos mantendrán abierto el chiringuito para mayor gloria de
sus militantes y simpatizantes, que, según la última encuesta del CIS, están
primando unas décimas tal exhibición de latrocinio.
Por lo visto, la
bandera de la desfachatez es un arma cargada de futuro en este peculiar
universo conservador de (T)rinconete y Cortadillo.
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