VÍCTOR RAMÍREZ: TINTA,
TALENTO Y TALANTE CANARIO EN LA SOMBRA
EVA GONZÁLEZ
de CANARIAS AHORA, año 2015.
"Mi vida ha sido, como todas
las vidas, responder al azar", asegura el escritor canario
Víctor Ramírez conocido por ser "muy
radical". Algunas pocas veces participa en emisoras de radio como
tertuliano. Víctor tiene hoy 71 años y sigue luchando contra la alienación y a
favor de la independencia del pensamiento.
Su pasión por la libertad
del congénere le ha llevado a la escritura. Nos deja su ejemplo y sus libros,
cuya lectura resulta ser un paseo intenso por nuestra sociedad. El próximo mes
de septiembre, el psiquiatra Rafael Inglott presentará la tercera edición de la
novela 'Largo oscuro origen', reeditada por la editorial Mercurio.
Yo no lo conocía. Sabía su nombre, Víctor
Ramírez, y que era canario y escritor. Cuando escuché hablar de él me llegaban
mensajes como estos: "Es un
independentista radical", "Cree
que somos una colonia de España, que estamos dominados". "Siempre
habla de lo mismo, su discurso me aburre".
Quise
contrastar un poco esta información y ampliarla. En la Biblioteca del Estado de
Las Palmas de Gran Canaria saqué el libro que escribió en el año 1970 y se
reeditó en 1988, Cada cual
arrastra su sombra. Según lo iba leyendo, me di cuenta de que, si Víctor
fuera como un puzzle, no sería el típico al uso de piezas planas; sería en 5
dimensiones.
Adiviné que las piezas que yo tenía no
podían pertenecer a la esencia de este escritor, colaborador en periódico y
profesor. Imaginé que esas piezas irían quedando relegadas hacia la orilla, más
cerca de lo que no es Víctor que de lo que es; lo que yo había escuchado sobre
él tan sólo eran unas opiniones particulares extraídas de la superficie de
Víctor Ramírez.
Su libro, aun siendo el primero, es
maravilloso, narrado de manera original, abierta y sin concesiones. "Un libro como este, no puede ser fruto
de un pensamiento simplemente radical, sino puramente radical" -pensé.
Seguí su trayectoria; leí novelas, artículos y cuentos. Recomiendo Bala de Goma y El escritor y un miedo más. Soslayé
su vertiente política, que, en su caso, más bien creo que le hace de parapeto,
lo aísla, lo aleja de muchos lectores a quienes priva de conocer a un gran
escritor.
Quedé
con él. Y sí. Es radical. Víctor es radical y muchas cosas más. Antes de
encontrarnos en el Castillo de La Luz, donde habíamos concertado una cita para
la siguiente semana, continué recopilando piezas del puzzle, sin mucho orden.
Saqué otro libro de la Biblioteca Insular titulado Nos dejaron el muerto. En la misma tanda cogí también la
película La Caja, dirigida
por Juan Carlos Falcón y estrenada en 2007, inspirada en este último título que
les he nombrado.
Mi extrañeza iba en aumento. Usa un
lenguaje rico, describe la gente y la cultura canaria; eso sí: desde un prisma
distinto al que sale en las promociones turísticas. "¿Cómo no lo había yo
conocido antes?", no entendía. Seguí leyendo, continué con Sietesitios queda lejos.
Las novelas están protagonizadas por
ciudadanos de a pie, de barrios, de burdeles, de trabajadores y gente que
sufre, ama, lucha y vive lo que les ha tocado. Son personas reales que han
habitado nuestra tierra y además se expresan en su propio dialecto, practican
deportes autóctonos o pelean en los barrios, sin disfraces, sin ocultar lo que
son. Es un escritor que conmueve, hace tambalear las bases asentadas, nos
obliga a cuestionarnos y se rebela contra lo establecido.
Víctor
no es un escritor del montón. Empecé a entender por qué no había llegado a mis
oídos como un gran escritor y sólo había escuchado las frases que les dije al
principio. Este tipo de personas tan
necesarias, valientes y con voz propia, suelen ser molestas en un sistema
muerto de miedo y lleno de complejos como el nuestro. No lo tienen fácil.
Tampoco lo piden, simplemente siguen
trabajando. Su presencia en los medios de comunicación más conocidos ha sido
escasa, no tanto como articulista y dinamizador de la cultura. No han sido
pocos los trastos que le han caído encima, las etiquetas que le han colgado y
las puertas que se le han cerrado, pero como él dice, "¿Quién les habrá
dicho que yo quiero entrar por esas puertas?".
Se define como una persona que ha tenido
muchos momentos de suerte que ha aprovechado. "Yo no he tenido que vivir
de la literatura, así que he podido vivir la literatura. Lo mismo me ha
ocurrido con la música, eso ha sido una suerte o una consecuencia de no haber
buscado el prestigio social".
Siente
pasión por los corridos y las rancheras, compone, canta y ha sacado un par de
discos. "Son cuentos a los que les pongo música, muchas veces los
personajes de los que habla coinciden con los de mis novelas".
"Todo lo público es político, como las
manifestaciones de un futbolista, de un cantante, porque inciden en la
conciencia, en la mentalidad de los que lo escuchan o lo leen; pero,
seguramente, lo que más incidencia tenga en lo social" -asegura Víctor-
"sea el aula". Víctor ejerció de Maestro de Escuela y de Profesor de
Secundarias en Lomo Blanco y en Las Coloradas. "Puedo afirmar con mucha
pena que el daño más grande que se ha hecho en las islas se ha hecho en las
aulas, un daño irreversible".
Reconoce que dando clases llegó a perder la
esperanza. "Los profesores no estaban capacitados para seducir a los
alumnos. No los culpo, nadie da lo que no tiene". " Aquí vas a la escuela, al instituto o a
la universidad, y te ponen gafas deformantes con unas dioptrías que te impiden
ver la realidad".
“Ya puedes llegar a médico, ingeniero o lo
que sea, que lo serás, pero deformado. Muchos piensan que este pensamiento es
muy negativo. Y es que la realidad puede ser negativa. Si falta comida o estás
dando mala comida, eso se puede decir y esa es la labor que yo me he impuesto a
nivel intelectual, tener conciencia pública. Hay evidencias que no se ven, por
las gafas deformes que comenté antes. Si yo de chico me alimento de comida que
me hace daño, pero yo no lo sé y mis padres tampoco, yo sigo comiendo y me
acostumbro a esa comida y desconozco que hay comidas que no son dañinas. A eso
me refiero cuando hablo de ‘ignorantación’ y ‘amedrentamiento’.
Cuando
descubrí esto, después de pasarlo mal y de varios choques con el profesorado,
decidí agarrarme a la dignidad y dedicarme a mejorar el entorno al que
pertenecía, mi familia, alumnos y vecinos. En donde he podido he practicado la
forma más eficaz de hacer política a través de la literatura, la música y la
enseñanza.
*
Reincide
en la idea del azar y recuerda cómo dio con Juancho Armas Marcelo, a quien
había conocido de niño estudiando en el colegio de los Jesuitas. “Lo encontré
de camino a la Aldea, en Agaete. Iba a dar unas clases particulares en el
verano. Él me contó que había montado una editorial Inventarias
provisionales y yo tenía cosas que había escrito hacía algún tiempo
que, por fortuna, no las había tirado a la basura. Me dio por decirle, Juancho,
yo tengo algo escrito. Quedé con él y se lo enseñé. La verdad es que yo le
tenía mucho cariño a Juancho y por eso se lo dije. Le di las páginas, las leyó
y le gustaron mucho”.
“Las páginas se conformaron en los textos
titulados Cada cual arrastra su sombra y El
arranque que salieron en su editorial. Luego me animé a escribir un
par de cuentos para el libro que sacó Rafael Franquelo, con unos cuantos
narradores canarios, titulado Aislada órbita. Este fue el
inicio de su carrera literaria. "El azar así lo quiso, yo tenía 26
años".
Víctor
daba clases por la mañana, tarde y noche; tenía dos trabajos. No tenía tiempo
para escribir. "Por la Ley de Incompatibilidad me vi obligado a dejar uno.
Dejé el de la mañana, pero estaba muy preocupado, tenía una familia que
mantener. Lo pasé mal, la verdad sea dicha, pero del mal ha salido el bien de
la literatura. Entonces aproveché las mañanas para escribir y así retomé la
literatura.
De ahí surgió NOS DEJARON EL MUERTO,
escrita para distraerme, para superar la angustia de dejar de ganar un dinero
que tanto necesitaba para mantener familia con cuatro hijos, pues mi esposa se
dedicaba sólo al hogar. Lo azaroso –sí- estuvo en que tenía que dar, en la
Universidad Popular –luego Instituto Felo Monzón- las clases de tarde y noche;
y por la mañana no podía dar clases particulares, que sí podía haberlas dado de
tarde y noche.
Quiero decir que, si las clases en el
Instituto me hubieran tocado por la mañana, mi novela NOS DEJARON EL MUERTO no
se hubiese escrito; y probablemente nada de mi obra posterior. De ahí la
importancia del azar: por buscar superar una angustia nació esa novela que
tantas satisfacciones me ha proporcionado”.
*
Después
de publicar ARENA RUBIA Y OTROS RELATOS en el año 1991, dejó de
escribir, se lo impuso por aburrimiento. Pero surge de nuevo el azar.
"Salía yo de la radio de hablar con Alfonso O´Shanahan –ni recuerdo de
qué- y me encontré con mi conocido Amado José ElMir –conocido al haber
coincidido cuando estudiantes en Los Jesuitas. Iba Amado José con Santiago
Betancor Brito, por entonces director del Diario de Las Palmas, y
al pronto –como suelo- le propuse si podía llevar yo el suplemento cultural
cuya dirección había quedado vacante, me refiero a Cartel de las Letras. Me
contestó sobre la marcha que sí –lo que sorprendió muchísimo; pero lo que me
pareció increíble fue cuando me encargó que, en lugar de un página –como había
sido hasta ese momento-, fueran cuatro páginas; entonces, gracias a ello, a lo
de tener que rellenar yo una página con algo mío, me vi forzado a retomar la
escritura; el resto de mis novelas se debe a eso, a la obligación de tener que
semanalmente escribir cosas nuevas. Sacamos 148 números, donde también colaboró
Rafael Franquelo, entre otros. Sí, de ese azar surgieron Sietesitios queda lejos, El arroró del cabrero, Largo
oscuro origen; La Machanguita… Y luego, para más milagro, va y me propone
Santiago que escriba artículos. Mirando hacia atrás, y revisando mis agendas,
me sigo preguntando de dónde sacaba yo el tiempo y las energías para, teniendo
un trabajo al que me dedicaba con intensidad, haber escrito tantísimo y apenas
sin parar”.
No lo
ha tenido fácil, pero reconoce Víctor que siempre ha habido quienes le han
ayudado muchísimo. “Hay personas que me vetan; eso es normal, tiene su lógica”
-dice rotundamente. Y añade: "yo me enfrento al sistema, mi talento no lo
voy a poner al servicio del poder; y lo que tiene que ocurrir, ocurre. Yo, que
tengo fama de anti-academicista, asumí entrar en la Academia Canaria de la
Lengua y me alegro muchísimo; y, para los que no se expliquen esto, les digo
que allí donde yo pueda luchar con mis armas y con mis pensamientos e ideas lo
voy a hacer. Aprovecho los terreros de lucha intelectual que surjan". El
discurso de ingreso se llama ‘Palabras libertarias para una conciencia
canaria universalista’ y se puede encontrar en Internet.
"Federico
González Ramírez –en La Tribuna- y Guillermo García Alcalde, responsable del
Diario y aceptando la propuesta del querido Santiago Betancor, ‘me permitieron
ladrar’ –como bromeó uno de los sorprendidísimos por cuanto leían en mis
artículos. Ya te dije que yo, como independentista, no puedo elegir mis
terreros de lucha. Tengo que aprovechar los que me surjan. Y eso es lo que he
hecho”.
Asegura que todo han sido oportunidades
aprovechadas. "Me encontré en la situación de que mi palabra se publicara;
podía haberme traicionado pero no lo hice -cierto. Sí, menos mal que me
encontré con la manigua de la Literatura y la Música; sé que en la manigua sigo
siendo un esclavo, pero estoy apartado de las cadenas de la esclavitud del
llamado prestigio social de premios y otros llamados reconocimientos. Me han dicho, con cierto reproche, que me
cierro muchas puertas; y yo respondo con la pregunta de quién les ha dicho que
yo quiero entrar por esas puertas. ¿Me cierran puertas?; no busco
entrar. ¿Me las abren?; claro que entro, pero para seguir defendiendo y
atacando lo que defiendo y ataco. ¿Qué me llegan a dar un premio?; lo cojo, siempre
que no se me fuerce a defender o alabar lo que aborrezco, a lo que considero
perjudicial para mi pobre Patria. Por supuesto: ese premio será un instrumento
más de mi lucha.
Habrá
algunos que dirían que eso es deshonesto, porque te lo dan los esbirros
coloniales (como a algunos llamo yo). Y yo respondería: mentira; ahora es mío y
lo uso –como usaba mi trabajo de funcionario pagado por el dinero llamado
público estatal- para ir contra el sistema. Y no es pelear por pelear –lo que
cansa muchísimo, y más cuando luchas desde la casi absoluta soledad-; es porque
hay mucho que cambiar".
"Pensamientos, reflexiones,
sentimientos míos pueden molestar, eso lo sé; pueden ser incomprensibles; pero
es normal. ¿Por qué parece ser única salida del intelectual el sometimiento al
servicio del poder? Recuerdo al pronto que le dije, acto público, a Juancho
Armas Marcelo que era un Sicario Cultural, siendo él una persona a la que tengo
mucho que agradecer –soy escritor, ya te dije- gracias a él- y a la que sigo
teniendo mucho afecto surgido desde niños en el Colegio de los Jesuitas. Él
incluso me reprocha tener yo resentimiento por la frustración de no haber
terminado carrera universitaria; y yo pienso que hoy mis novelas, toda mi
literatura y mi ideología, son lo que son gracias a haber abandonado –sí,
abandonado- yo la Universidad".
"Yo tengo muchos amigos políticos a
los que quiero, pero ellos tienen que ejercer de esbirros coloniales, y hay que
llamar a las cosas por su nombre. La violencia no es sólo física, puede ser psicológica,
didáctica y existe”.
"La
literatura es un producto con incidencia social, ¿al servicio de quién está esa
cultura? ¿Y en contra de quiénes? Y hablo de la literatura pasando por todas
las artes. Yo puedo afirmar, porque mi conciencia me lo dicta, que el noventa
por ciento de los libros que se venden son dañinos. Aumentan la ignorancia, el
amedrentamiento y la alienación".
Su pasión por la libertad del congénere le
ha llevado a la escritura. Nos deja su ejemplo y sus libros, cuya lectura
resulta ser un paseo intenso por nuestra sociedad, su gente, su realidad
social, y lingüística, además de un retrato personal, fuera de todo orden
establecido y de la uniformidad imperante.
Largo
oscuro origen. Víctor Ramírez
Yo entiendo que no me premien, yo no me premiaría
tampoco, es como darme una metralleta. "Buscar el prestigio social es
como casarte con una mujer dañina. A mí eso no me ha ocurrido".
"Reconozco una especie de rebeldía en mí. Aunque soy mimoso también. El
rebelde y el mimoso están incómodos en su situación y quieren cambiarla para
mejorar. Pero hay una diferencia, el mimoso busca la mejora personal a costa de
los demás y el rebelde busca su bienestar y el de los demás".
Como rebelde tiene bien clara la manera en
la que se intenta hacer callar. "Primero usan el soborno, te ofrezco dar
charlas aquí y allá y así te entretienes. Los premios también funcionan muy
bien. Como le pago, ha de responder a ciertas pretensiones marcadas".
"Luego
viene la extorsión, mira que tienes familia, puedes perder el trabajo. El
tercer paso sería el desprestigio, el barullo, la crítica, el ruido, mucha
gente a tu alrededor para que no se te oiga. Y por último la
aniquilación".
Las máximas de Víctor son, no vivir
engañado, no aplaudir a los tiranos y no idolatrar a los parásitos, así lo
defiende uno de los primeros correctores de Radio ECCA en la década de los 70.
"Acudí a la emisora de radio para ganarme unas perras pero no pude ser
locutor por el acento. En esa época había que tener acento peninsular".
Victor tiene detractores y seguidores. Juan
José Laforet, señaló en un artículo titulado La literatura como
honestidad, que Víctor Ramírez prefiere que sus libros sean piedra de
escándalo a que sean losa que pisa a las personas para seguir pisando.
"Hay gente que me ataca sin haberme
leído, pero también los hay que me comparan con los grandes por la calidad
literaria".
El próximo mes de septiembre, el psiquiatra
Rafael Inglott presentará la tercera edición de la novela Largo oscuro
origen, reeditada por Mercurio, durante un acto que tendrá lugar en el Club
de Prensa Canaria. He intentado hacer un esbozo con las piezas del puzle que
recopilé, para acercarlo a ustedes. Fue un placer, un alivio constatar que hay
personas comprometidas en algo más que en llenarse el bolsillo, obtener
prestigio y poder. Que se posicionan, se arriesgan, trabajan, piensan, crean,
se exponen y se oponen también por amor.
De la
boca de Víctor salen letras y letras. Junté algunas y leí libertad, conciencia,
lucha, oposición, debate, grietas, crisis, oportunidad, identidad, autonomía,
personalidad. Pero cada uno elige lo que quiere leer y cómo juntar las letras.
Lo cierto es que con el tiempo y gracias a personas como él, las amenazas
quedan en nada, la dominación termina recelosa temblando de miedo porque nada
nos pertenece y menos aún, la verdad.
La razón se debate entre tú y yo, ustedes y
ellos, sin llegar al nosotros. Y mientras, la imagen del puzle se me escapa de
las manos. Quería hacer algo tangible y ponerlo en las manos de ustedes, pero
no puedo. Basten las letras libres que salen de la pluma de Víctor traspasando
las fronteras, haciendo más grandes y libres nuestras islas y a nosotros, los
isleños. Siéntanse libres para ordenar las piezas del puzzle que les dejo y
quizás encuentren a Víctor Ramírez escritor.
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