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viernes, 27 de marzo de 2020

VÍCTOR RAMÍREZ: TINTA, TALENTO Y TALANTE CANARIO EN LA SOMBRA


VÍCTOR RAMÍREZ: TINTA, TALENTO Y TALANTE CANARIO EN LA SOMBRA
EVA GONZÁLEZ
de CANARIAS AHORA, año 2015.

"Mi vida ha sido, como todas las vidas, responder al azar", asegura el escritor canario Víctor Ramírez conocido por ser "muy radical". Algunas pocas veces participa en emisoras de radio como tertuliano. Víctor tiene hoy 71 años y sigue luchando contra la alienación y a favor de la independencia del pensamiento.
     Su pasión por la libertad del congénere le ha llevado a la escritura. Nos deja su ejemplo y sus libros, cuya lectura resulta ser un paseo intenso por nuestra sociedad. El próximo mes de septiembre, el psiquiatra Rafael Inglott presentará la tercera edición de la novela 'Largo oscuro origen', reeditada por la editorial Mercurio.

     Yo no lo conocía. Sabía su nombre, Víctor Ramírez, y que era canario y escritor. Cuando escuché hablar de él me llegaban mensajes como estos: "Es un independentista radical", "Cree que somos una colonia de España, que estamos dominados". "Siempre habla de lo mismo, su discurso me aburre".

Quise contrastar un poco esta información y ampliarla. En la Biblioteca del Estado de Las Palmas de Gran Canaria saqué el libro que escribió en el año 1970 y se reeditó en 1988, Cada cual arrastra su sombra. Según lo iba leyendo, me di cuenta de que, si Víctor fuera como un puzzle, no sería el típico al uso de piezas planas; sería en 5 dimensiones.
     Adiviné que las piezas que yo tenía no podían pertenecer a la esencia de este escritor, colaborador en periódico y profesor. Imaginé que esas piezas irían quedando relegadas hacia la orilla, más cerca de lo que no es Víctor que de lo que es; lo que yo había escuchado sobre él tan sólo eran unas opiniones particulares extraídas de la superficie de Víctor Ramírez.
     Su libro, aun siendo el primero, es maravilloso, narrado de manera original, abierta y sin concesiones. "Un libro como este, no puede ser fruto de un pensamiento simplemente radical, sino puramente radical" -pensé. Seguí su trayectoria; leí novelas, artículos y cuentos. Recomiendo Bala de Goma y El escritor y un miedo más. Soslayé su vertiente política, que, en su caso, más bien creo que le hace de parapeto, lo aísla, lo aleja de muchos lectores a quienes priva de conocer a un gran escritor.

Quedé con él. Y sí. Es radical. Víctor es radical y muchas cosas más. Antes de encontrarnos en el Castillo de La Luz, donde habíamos concertado una cita para la siguiente semana, continué recopilando piezas del puzzle, sin mucho orden. Saqué otro libro de la Biblioteca Insular titulado Nos dejaron el muerto. En la misma tanda cogí también la película La Caja, dirigida por Juan Carlos Falcón y estrenada en 2007, inspirada en este último título que les he nombrado.
     Mi extrañeza iba en aumento. Usa un lenguaje rico, describe la gente y la cultura canaria; eso sí: desde un prisma distinto al que sale en las promociones turísticas. "¿Cómo no lo había yo conocido antes?", no entendía. Seguí leyendo, continué con Sietesitios queda lejos.  
     Las novelas están protagonizadas por ciudadanos de a pie, de barrios, de burdeles, de trabajadores y gente que sufre, ama, lucha y vive lo que les ha tocado. Son personas reales que han habitado nuestra tierra y además se expresan en su propio dialecto, practican deportes autóctonos o pelean en los barrios, sin disfraces, sin ocultar lo que son. Es un escritor que conmueve, hace tambalear las bases asentadas, nos obliga a cuestionarnos y se rebela contra lo establecido.

Víctor no es un escritor del montón. Empecé a entender por qué no había llegado a mis oídos como un gran escritor y sólo había escuchado las frases que les dije al principio. Este tipo de personas tan necesarias, valientes y con voz propia, suelen ser molestas en un sistema muerto de miedo y lleno de complejos como el nuestro. No lo tienen fácil.
     Tampoco lo piden, simplemente siguen trabajando. Su presencia en los medios de comunicación más conocidos ha sido escasa, no tanto como articulista y dinamizador de la cultura. No han sido pocos los trastos que le han caído encima, las etiquetas que le han colgado y las puertas que se le han cerrado, pero como él dice, "¿Quién les habrá dicho que yo quiero entrar por esas puertas?".
     Se define como una persona que ha tenido muchos momentos de suerte que ha aprovechado. "Yo no he tenido que vivir de la literatura, así que he podido vivir la literatura. Lo mismo me ha ocurrido con la música, eso ha sido una suerte o una consecuencia de no haber buscado el prestigio social".

Siente pasión por los corridos y las rancheras, compone, canta y ha sacado un par de discos. "Son cuentos a los que les pongo música, muchas veces los personajes de los que habla coinciden con los de mis novelas".
     "Todo lo público es político, como las manifestaciones de un futbolista, de un cantante, porque inciden en la conciencia, en la mentalidad de los que lo escuchan o lo leen; pero, seguramente, lo que más incidencia tenga en lo social" -asegura Víctor- "sea el aula". Víctor ejerció de Maestro de Escuela y de Profesor de Secundarias en Lomo Blanco y en Las Coloradas. "Puedo afirmar con mucha pena que el daño más grande que se ha hecho en las islas se ha hecho en las aulas, un daño irreversible".
     Reconoce que dando clases llegó a perder la esperanza. "Los profesores no estaban capacitados para seducir a los alumnos. No los culpo, nadie da lo que no tiene". " Aquí vas a la escuela, al instituto o a la universidad, y te ponen gafas deformantes con unas dioptrías que te impiden ver la realidad".
     “Ya puedes llegar a médico, ingeniero o lo que sea, que lo serás, pero deformado. Muchos piensan que este pensamiento es muy negativo. Y es que la realidad puede ser negativa. Si falta comida o estás dando mala comida, eso se puede decir y esa es la labor que yo me he impuesto a nivel intelectual, tener conciencia pública. Hay evidencias que no se ven, por las gafas deformes que comenté antes. Si yo de chico me alimento de comida que me hace daño, pero yo no lo sé y mis padres tampoco, yo sigo comiendo y me acostumbro a esa comida y desconozco que hay comidas que no son dañinas. A eso me refiero cuando hablo de ‘ignorantación’ y ‘amedrentamiento’.
Cuando descubrí esto, después de pasarlo mal y de varios choques con el profesorado, decidí agarrarme a la dignidad y dedicarme a mejorar el entorno al que pertenecía, mi familia, alumnos y vecinos. En donde he podido he practicado la forma más eficaz de hacer política a través de la literatura, la música y la enseñanza.
*
Reincide en la idea del azar y recuerda cómo dio con Juancho Armas Marcelo, a quien había conocido de niño estudiando en el colegio de los Jesuitas. “Lo encontré de camino a la Aldea, en Agaete. Iba a dar unas clases particulares en el verano. Él me contó que había montado una editorial Inventarias provisionales y yo tenía cosas que había escrito hacía algún tiempo que, por fortuna, no las había tirado a la basura. Me dio por decirle, Juancho, yo tengo algo escrito. Quedé con él y se lo enseñé. La verdad es que yo le tenía mucho cariño a Juancho y por eso se lo dije. Le di las páginas, las leyó y le gustaron mucho”.
     “Las páginas se conformaron en los textos titulados Cada cual arrastra su sombra El arranque que salieron en su editorial. Luego me animé a escribir un par de cuentos para el libro que sacó Rafael Franquelo, con unos cuantos narradores canarios, titulado  Aislada órbita. Este fue el inicio de su carrera literaria. "El azar así lo quiso, yo tenía 26 años".

Víctor daba clases por la mañana, tarde y noche; tenía dos trabajos. No tenía tiempo para escribir. "Por la Ley de Incompatibilidad me vi obligado a dejar uno. Dejé el de la mañana, pero estaba muy preocupado, tenía una familia que mantener. Lo pasé mal, la verdad sea dicha, pero del mal ha salido el bien de la literatura. Entonces aproveché las mañanas para escribir y así retomé la literatura.
     De ahí surgió NOS DEJARON EL MUERTO, escrita para distraerme, para superar la angustia de dejar de ganar un dinero que tanto necesitaba para mantener familia con cuatro hijos, pues mi esposa se dedicaba sólo al hogar. Lo azaroso –sí- estuvo en que tenía que dar, en la Universidad Popular –luego Instituto Felo Monzón- las clases de tarde y noche; y por la mañana no podía dar clases particulares, que sí podía haberlas dado de tarde y noche.
     Quiero decir que, si las clases en el Instituto me hubieran tocado por la mañana, mi novela NOS DEJARON EL MUERTO no se hubiese escrito; y probablemente nada de mi obra posterior. De ahí la importancia del azar: por buscar superar una angustia nació esa novela que tantas satisfacciones me ha proporcionado”.
*
Después de publicar ARENA RUBIA Y OTROS RELATOS en el año 1991, dejó de escribir, se lo impuso por aburrimiento. Pero surge de nuevo el azar. "Salía yo de la radio de hablar con Alfonso O´Shanahan –ni recuerdo de qué- y me encontré con mi conocido Amado José ElMir –conocido al haber coincidido cuando estudiantes en Los Jesuitas. Iba Amado José con Santiago Betancor Brito, por entonces director del Diario de Las Palmas, y al pronto –como suelo- le propuse si podía llevar yo el suplemento cultural cuya dirección había quedado vacante, me refiero a Cartel de las Letras. Me contestó sobre la marcha que sí –lo que sorprendió muchísimo; pero lo que me pareció increíble fue cuando me encargó que, en lugar de un página –como había sido hasta ese momento-, fueran cuatro páginas; entonces, gracias a ello, a lo de tener que rellenar yo una página con algo mío, me vi forzado a retomar la escritura; el resto de mis novelas se debe a eso, a la obligación de tener que semanalmente escribir cosas nuevas. Sacamos 148 números, donde también colaboró Rafael Franquelo, entre otros. Sí, de ese azar surgieron Sietesitios queda lejosEl arroró del cabreroLargo oscuro origen; La Machanguita… Y luego, para más milagro, va y me propone Santiago que escriba artículos. Mirando hacia atrás, y revisando mis agendas, me sigo preguntando de dónde sacaba yo el tiempo y las energías para, teniendo un trabajo al que me dedicaba con intensidad, haber escrito tantísimo y apenas sin parar”.

No lo ha tenido fácil, pero reconoce Víctor que siempre ha habido quienes le han ayudado muchísimo. “Hay personas que me vetan; eso es normal, tiene su lógica” -dice rotundamente. Y añade: "yo me enfrento al sistema, mi talento no lo voy a poner al servicio del poder; y lo que tiene que ocurrir, ocurre. Yo, que tengo fama de anti-academicista, asumí entrar en la Academia Canaria de la Lengua y me alegro muchísimo; y, para los que no se expliquen esto, les digo que allí donde yo pueda luchar con mis armas y con mis pensamientos e ideas lo voy a hacer. Aprovecho los terreros de lucha intelectual que surjan". El discurso de ingreso se llama ‘Palabras libertarias para una conciencia canaria universalista’ y se puede encontrar en Internet.

"Federico González Ramírez –en La Tribuna- y Guillermo García Alcalde, responsable del Diario y aceptando la propuesta del querido Santiago Betancor, ‘me permitieron ladrar’ –como bromeó uno de los sorprendidísimos por cuanto leían en mis artículos. Ya te dije que yo, como independentista, no puedo elegir mis terreros de lucha. Tengo que aprovechar los que me surjan. Y eso es lo que he hecho”.
     Asegura que todo han sido oportunidades aprovechadas. "Me encontré en la situación de que mi palabra se publicara; podía haberme traicionado pero no lo hice -cierto. Sí, menos mal que me encontré con la manigua de la Literatura y la Música; sé que en la manigua sigo siendo un esclavo, pero estoy apartado de las cadenas de la esclavitud del llamado prestigio social de premios y otros llamados reconocimientos. Me han dicho, con cierto reproche, que me cierro muchas puertas; y yo respondo con la pregunta de quién les ha dicho que yo quiero entrar por esas puertas. ¿Me cierran puertas?; no busco entrar. ¿Me las abren?; claro que entro, pero para seguir defendiendo y atacando lo que defiendo y ataco. ¿Qué me llegan a dar un premio?; lo cojo, siempre que no se me fuerce a defender o alabar lo que aborrezco, a lo que considero perjudicial para mi pobre Patria. Por supuesto: ese premio será un instrumento más de mi lucha.
Habrá algunos que dirían que eso es deshonesto, porque te lo dan los esbirros coloniales (como a algunos llamo yo). Y yo respondería: mentira; ahora es mío y lo uso –como usaba mi trabajo de funcionario pagado por el dinero llamado público estatal- para ir contra el sistema. Y no es pelear por pelear –lo que cansa muchísimo, y más cuando luchas desde la casi absoluta soledad-; es porque hay mucho que cambiar".
     "Pensamientos, reflexiones, sentimientos míos pueden molestar, eso lo sé; pueden ser incomprensibles; pero es normal. ¿Por qué parece ser única salida del intelectual el sometimiento al servicio del poder? Recuerdo al pronto que le dije, acto público, a Juancho Armas Marcelo que era un Sicario Cultural, siendo él una persona a la que tengo mucho que agradecer –soy escritor, ya te dije- gracias a él- y a la que sigo teniendo mucho afecto surgido desde niños en el Colegio de los Jesuitas. Él incluso me reprocha tener yo resentimiento por la frustración de no haber terminado carrera universitaria; y yo pienso que hoy mis novelas, toda mi literatura y mi ideología, son lo que son gracias a haber abandonado –sí, abandonado- yo la Universidad".
     "Yo tengo muchos amigos políticos a los que quiero, pero ellos tienen que ejercer de esbirros coloniales, y hay que llamar a las cosas por su nombre. La violencia no es sólo física, puede ser psicológica, didáctica y existe”.
"La literatura es un producto con incidencia social, ¿al servicio de quién está esa cultura? ¿Y en contra de quiénes? Y hablo de la literatura pasando por todas las artes. Yo puedo afirmar, porque mi conciencia me lo dicta, que el noventa por ciento de los libros que se venden son dañinos. Aumentan la ignorancia, el amedrentamiento y la alienación".
     Su pasión por la libertad del congénere le ha llevado a la escritura. Nos deja su ejemplo y sus libros, cuya lectura resulta ser un paseo intenso por nuestra sociedad, su gente, su realidad social, y lingüística, además de un retrato personal, fuera de todo orden establecido y de la uniformidad imperante.

Largo oscuro origen. Víctor Ramírez
Yo entiendo que no me premien, yo no me premiaría tampoco, es como darme una metralleta. "Buscar el prestigio social es como casarte con una mujer dañina. A mí eso no me ha ocurrido". "Reconozco una especie de rebeldía en mí. Aunque soy mimoso también. El rebelde y el mimoso están incómodos en su situación y quieren cambiarla para mejorar. Pero hay una diferencia, el mimoso busca la mejora personal a costa de los demás y el rebelde busca su bienestar y el de los demás".
     Como rebelde tiene bien clara la manera en la que se intenta hacer callar. "Primero usan el soborno, te ofrezco dar charlas aquí y allá y así te entretienes. Los premios también funcionan muy bien. Como le pago, ha de responder a ciertas pretensiones marcadas".
"Luego viene la extorsión, mira que tienes familia, puedes perder el trabajo. El tercer paso sería el desprestigio, el barullo, la crítica, el ruido, mucha gente a tu alrededor para que no se te oiga. Y por último la aniquilación".
     Las máximas de Víctor son, no vivir engañado, no aplaudir a los tiranos y no idolatrar a los parásitos, así lo defiende uno de los primeros correctores de Radio ECCA en la década de los 70. "Acudí a la emisora de radio para ganarme unas perras pero no pude ser locutor por el acento. En esa época había que tener acento peninsular".
     Victor tiene detractores y seguidores. Juan José Laforet, señaló en un artículo titulado La literatura como honestidad, que Víctor Ramírez prefiere que sus libros sean piedra de escándalo a que sean losa que pisa a las personas para seguir pisando.
     "Hay gente que me ataca sin haberme leído, pero también los hay que me comparan con los grandes por la calidad literaria".
     El próximo mes de septiembre, el psiquiatra Rafael Inglott presentará la tercera edición de la novela Largo oscuro origen, reeditada por Mercurio, durante un acto que tendrá lugar en el Club de Prensa Canaria. He intentado hacer un esbozo con las piezas del puzle que recopilé, para acercarlo a ustedes. Fue un placer, un alivio constatar que hay personas comprometidas en algo más que en llenarse el bolsillo, obtener prestigio y poder. Que se posicionan, se arriesgan, trabajan, piensan, crean, se exponen y se oponen también por amor.

De la boca de Víctor salen letras y letras. Junté algunas y leí libertad, conciencia, lucha, oposición, debate, grietas, crisis, oportunidad, identidad, autonomía, personalidad. Pero cada uno elige lo que quiere leer y cómo juntar las letras. Lo cierto es que con el tiempo y gracias a personas como él, las amenazas quedan en nada, la dominación termina recelosa temblando de miedo porque nada nos pertenece y menos aún, la verdad.
     La razón se debate entre tú y yo, ustedes y ellos, sin llegar al nosotros. Y mientras, la imagen del puzle se me escapa de las manos. Quería hacer algo tangible y ponerlo en las manos de ustedes, pero no puedo. Basten las letras libres que salen de la pluma de Víctor traspasando las fronteras, haciendo más grandes y libres nuestras islas y a nosotros, los isleños. Siéntanse libres para ordenar las piezas del puzzle que les dejo y quizás encuentren a Víctor Ramírez escritor.


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