SÁHARA: LAS COSAS CLARAS
POR LUIS PORTILLO PASQUAL
DEL
RIQUELME
Sr. Director del diario EL PAÍS:
Hoy, 18 de junio de
2007, se inician cerca de Nueva York las negociaciones entre Marruecos y el
Frente Polisario establecidas en la resolución del Consejo de Seguridad de la
ONU de 30 de abril pasado. Ayer domingo, 17 de junio, EL PAÍS publicó, en la
página 17, una crónica al respecto, de Ignacio Cembrero, titulada «Marruecos y
el Polisario abren las negociaciones sobre el Sáhara»[1].
Al igual que en mi artículo anterior[2] -que
ustedes no quisieron publicar- considero obligado ahora hacer algunas precisiones
y comentarios sobre la información contenida en la crónica arriba mencionada:
1) España no
descolonizó el Sáhara Occidental entregándolo a Marruecos y Mauritania, como
señala el Sr. Cembrero. España, lisa y llanamente, abandonó (que no
descolonizó) el Sáhara, dejando al pueblo saharaui en manos de los dos países
mencionados. Marruecos bombardeó con napalm y fósforo, despiadadamente, a la
población saharaui en plena huída, como acaba de publicar, una vez más, el
número de junio de 2007 de la prestigiosa revista National Geographic España[3]
(página 74), y como ha quedado descrito y denunciado en otras publicaciones.
Este genocidio sigue hoy impune, como ha señalado Carlos Jiménez Villarejo, ex
fiscal Anticorrupción, en El Periódico de Catalunya[4]. Si España hubiera
descolonizado, como pidió la ONU ya en la década de 1960, la Cuestión Saharaui
no seguiría todavía hoy pendiente en el Consejo de Seguridad de la ONU, ni se
estarían celebrando las actuales negociaciones en Nueva York. España no asumió
entonces sus responsabilidades legales y políticas, y el actual Gobierno –al
igual que los anteriores- sigue sin asumirlas hoy.
Salvo que se trate
de un desafortunado… ¿desliz?, decir que España descolonizó el Sáhara
Occidental en 1975 es una falsedad o una mentira y un intento de confundir y
manipular a la opinión pública, algo que se viene practicando cada vez más y
con menos vergüenza, como han señalado personalidades de la talla de José
Saramago, José Luis Sampedro, Rosa Regás, José Vidal-Beneyto o Josep Ramoneda,
o como simplemente sabe cualquier ciudadano medianamente informado.
No, España no sólo no descolonizó el Sáhara
Occidental, sino que los españoles –Ejército incluido- nos fuimos con el rabo
entre las piernas; en un momento delicado y complejo, sí; pero no por ello hay
que ocultar la verdad y tergiversar la Historia.
Me temo que apenas
se conoce el contenido de la “Moción
consecuencia de interpelación del Grupo Parlamentario Popular en el Senado, por
la que se insta al Gobierno [de España] a la adopción de determinadas medidas
para alcanzar una solución en el conflicto del Sáhara Occidental” (Diario de
Sesiones del Senado.- Sesión del Pleno celebrado el martes, 17 de abril de
2007)[5]. En el debate de dicha moción –y hay otras muchas iniciativas parlamentarias,
en Congreso y Senado, en las que se ha tratado ampliamente este tema- se habla
bien claro de qué ha hecho España en el Sáhara, en Marruecos y por el pueblo
saharaui, y de cómo se ha tratado este grave y vergonzante asunto. Que haya
tenido que ser el Partido Popular (PP) quien al final “se haya llevado el gato
al agua y se haya apuntado el tanto”, aunque sólo sea de boquilla –como en su
día me dijo un miembro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE)-, es, desde
luego, una vergüenza para la izquierda. Pero le está bien empleado al PSOE, por
irresponsable y miope, y por no querer asumir sus responsabilidades, ya que se
reclama de izquierdas. (En cualquier caso, no debiera tratarse de “figurar” y
de “apuntarse el tanto”, sino de apoyar real y políticamente al pueblo
saharaui. Pero este es otro cantar).
Sí, se miente y manipula de muchas maneras, y
ustedes lo saben perfectamente: según que se publique o no; según dónde, cómo y
cuándo se publica; y según qué se diga en la publicación, como en la crónica
aquí comentada.
EL PAÍS se ha negado a abrir un debate serio
–y me estoy refiriendo a un debate de opiniones entre los propios expertos
españoles, que no es mi caso- sobre la Cuestión Saharaui y, salvo
circunstancias excepcionales –como “Abre tus ojos al Sáhara”[6], artículo éste
que ha precisado el aval y la firma de más de medio centenar de profesionales
de prestigio del mundo del cine para “merecer” ser publicado, y que constituye
la excepción que confirma la regla-, ustedes han desviado conscientemente la
atención hacia la posición del Gobierno marroquí –que usurpa y transgrede la
legalidad internacional-, publicando fundamentalmente artículos de voceros de
la torticera Monarquía alauita (Estado-delincuente para unos o simplemente
país-invasor para otros). Pero claro, esto resultaba más fácil, más cómodo y
más rentable. A costa, claro está, del pueblo saharaui, que parece importarle a
ustedes bien poco.
2) El hecho de que Rabat haya incluido en su
equipo negociador a “un saharaui promarroquí, con la clara intención de
demostrar que el Polisario no es el único representante de los saharauis”, no
deja de ser una majadería suprema. Yo soy español –también ciudadano de la UE,
no lo olvidemos- y en algunas cosas, como en la cuestión del Sáhara Occidental,
no me siento representado por mi presidente de Gobierno, ni tampoco por el
partido que lo sustenta (tampoco por el PP, claro está); ni creo que todos los
españoles tengamos que pensar como el Sr. Zapatero o como el Sr. Rajoy.
Afortunadamente.
Pero además, según
tengo entendido, el mencionado individuo (saharaui promarroquí) no sólo es un
traidor a su patria y a su pueblo, sino también uno de los más afamados
torturadores de la zona. De ser cierto esto, desde luego que añadiría problemas
a la negociación.
Todos sabemos qué
métodos se utilizan para corromper y dividir; entre otros, una buena posición y
unos buenos fajos de billetes a unas cuantos “significados”, y el paro y la
miseria para los que les siguen, creyendo que también ellos van a alcanzar esas
prebendas (algo que se podrá ofrecer a unos pocos, pero no a todo un pueblo
invadido, ocupado, expulsado y masacrado). Traidores y miserables los ha
habido, los hay y los habrá en todas partes. Y para el significado de la
palabra traidor, me remito a las acepciones del Diccionario de la Real Academia
Española (DRAE).
3) “El Polisario acude, además, con intención
de denunciar la represión […] casi ignorada por la prensa europea”. Habría que
añadir que EL PAÍS forma parte de la “prensa europea”. No se quejarán ustedes
de que los teletipos de las agencias de noticias no les han venido informando
puntualmente de esa brutal y persistente represión, así como de las reiteradas
cartas de denuncia del presidente de la República Árabe Saharaui Democrática
(RASD) al secretario general de la ONU. Ustedes han dispuesto de esa información,
¿verdad? ¿Y la han publicado oportuna y adecuadamente?
En España también
sabemos mucho de esto, de cómo se portó la “prensa europea” y los Gobiernos de
las “democracias occidentales” con la legítima y constitucional República
española, y de cómo se la abandonó en las garras del fascismo (Ángel Viñas,
entre otros muchos). Y ahora, nosotros hacemos lo mismo con la RASD y con el
pueblo saharaui. ¡Hasta la hipocresía se ha convertido hoy en un valor rentable
y cotizable en Bolsa! Habría que decir aquello de “pálpense la cartera, que
suele estar a la derecha, en la chaqueta, al otro lado del corazón, que está a
la izquierda”.
Miren ustedes, yo
soy un ciudadano de a pie, con escasísimo y costosísimo tiempo para dedicar
unas horas a escribir estas míseras líneas. Quiero decir que no dispongo de los
medios, estructuras e infraestructuras –ni mucho menos de los conocimientos,
relaciones y documentos- de que ustedes sí disponen. Pero de un solo documento
de la Agencia Sahara Press Service (SPS), fechado el 23/12/2006, extraigo –y es
sólo una muestra- la siguiente información[7]:
Desde la invasión
marroquí del Sáhara Occidental en 1975, «hemos censado 4.500 saharauis
capturados y luego mantenidos secretamente en mazmorras sórdidas, 322 de los
cuales han estado así durante 16 años». «Igualmente hemos contado durante este
periodo 20.000 casos de detenciones arbitrarias y 250 asesinatos políticos
contra militantes saharauis». Las autoridades marroquíes «pretenden que están
desarrollando los territorios ocupados mientras que sólo las infraestructuras
de seguridad y represivas se encuentran en buen estado en El Aaiun». «Los
colonos marroquíes tienen todos los cafés y los comercios de la capital
saharaui ocupada, mientras que los saharauis autóctonos están en su mayoría sin
empleo, o se ven obligados a emigrar» para ganarse la vida. «Paralelamente a
esta represión, las autoridades coloniales marroquíes organizan, financian y
reclutan las redes de emigración clandestina a las islas Canarias», que sólo
están a 100 km de las costas saharauis. «En un territorio totalmente rodeado
por 160.000 soldados y miles de guardias y de policías, ¿cómo pueden funcionar
las redes sin que haya complicidad, incluso apoyo directo, para empujar a los
jóvenes saharauis a dejar su país?». Y hay centenares de denuncias de este
tipo. Los teletipos de las agencias que transmiten esas denuncias no paran de
funcionar. ¿Por qué no se publica esa información?
De modo que no veo
porqué los saharauis van a ir a negociar con Marruecos hablando de arcángeles
celestiales, si además, por descontado, la “prensa europea” hace mutis por el
foro. Porque aquí, en nuestra España autonómica, de lo que se habla es de
fútbol y de shows electorales, pero no de justicia ni de flagrantes
injusticias, como la perpetrada contra el pueblo saharaui. Y ya está bien de
esconder el rabo entre las piernas.
¿Tampoco recuerdan ustedes, por ejemplo, que
Marruecos prohibió las visitas al Sáhara -para que no se viera ni se supiera-
no ya de las ONGs judeo-masónicas-comunistoides-subversivas, sino incluso la
visita de una delegación oficial del Parlamento Europeo? (I. Cembrero,
7/10/2006)[8].
Y no entiendo porqué ese empeño de ustedes en
calificar de “independentistas” a los saharauis, como si fuera un término
peyorativo, cercano ya al de “terrorista”, que todo llegará en su momento. Pues
bien, no hace tanto tiempo (22/01/2007), el propio diario EL PAÍS daba el
siguiente titular (aproximadamente): “El VII Foro Social Mundial reivindica la
independencia del Sáhara Occidental”. (El VII FSM se celebró este año en
Nairobi, capital de Kenya, África). En otros términos, ¿no es bastante
anacrónico que la última colonia de África tenga que reivindicar -¡en pleno
siglo XXI!- su independencia? ¿Qué sucedió con las otras ex colonias, hoy naciones
independientes? ¿No reclamaron su independencia? ¿Es que vamos a volver ahora
–en el caso del Sáhara Occidental- a la “política de no-injerencia” (¡que ya
quisiéramos!) como hicieron las “democracias occidentales” con la República
española?
4) “…El Polisario
ha echado el resto para movilizar a sus partidarios en vísperas de la
negociación y crear así un ambiente hostil a Marruecos intentando mostrar a la
comunidad internacional que la calle está en su contra”.
Miren ustedes, yo no soy Polisario (soy
cartagenero), ni tampoco soy saharaui (aunque sí he pedido la nacionalidad
saharaui, hace unas pocas semanas, en un acto simbólico celebrado en la
Facultad de Ciencias de la Información –la de ustedes, los periodistas- de la
Universidad Complutense de Madrid, acto que, s.e.u.o., ustedes silenciaron por
completo; como también silenciaron –“prensa europea”- las primeras Jornadas de
Apoyo al Pueblo Saharaui organizadas por todas -¡todas!- las universidades
públicas de Madrid, celebradas en el muy céntrico y conocido Círculo de Bellas
Artes de Madrid: Tres días completos, con un montón de excepcionales ponentes y
cinco universidades conjuntamente. Eso –ni siquiera lo que allí se debatió- no
era para ustedes noticia, ni siquiera noticia “cultural” (aquí podríamos añadir
aquello de “¡Qué país!”). Como tampoco dedicaron una sola línea a las Jornadas
celebradas algo más lejos, en la Universidad de Leeds, Reino Unido; ni a muchos
otros actos de solidaridad realizados por toda nuestra propia geografía. Las
noticias, ya se sabe, son los magnates, el reloj de Bush –con sus diversas
secuencias-, el boicot del PP al Sr. Polanco, el triunfo del Real Madrid…, pero
no el pueblo saharaui).
Y a pesar de no ser
saharaui, como digo, estos días, sin que nadie me lo haya pedido y sin “oro de
Moscú”, yo –y otras muchas personas- también hemos echado el resto. Hemos
escrito a los medios de comunicación, nos hemos manifestado en la calle, hemos
ido a saludar al secretario general de la ONU a las puertas del Ministerio de
Asuntos Exteriores, para recordarle a S. E. y al ministro Sr. Moratinos que el
Sáhara no se vende, que Marruecos es culpable e invasor, y España responsable;
y otras tonterías de esas que, ya sabe usted, solemos gritar los pancarteros y
la gente de mal, el vulgo y el populacho en la calle para reclamar derechos,
justicia, para recordar (¿dónde fue a parar la memoria histórica?) que nosotros
fuimos la Metrópoli y los abandonamos, que estuvimos viviendo durante todo un
siglo en su tierra y bastante bien, por cierto. Y ahora, si te he visto no me
acuerdo. A mí, personalmente, me da asco y vergüenza. Debe de ser cosa de mi
“talante”, que es lo que ahora se lleva.
Pero además, debo
aclarar que el pueblo saharaui no crea ningún “ambiente hostil a Marruecos”. Es
todo lo contrario: Marruecos es quien ha creado no ya el ambiente hostil, sino
quien ha invadido y ocupado el territorio saharaui; quien ha expulsado,
torturado y “desaparecido” a sus gentes; quien les bombardeó con napalm y
fósforo y quien prosigue su brutal represión. Vamos, que no es un Estado de
Derecho ni de lejos. Así que pongamos las cosas en su sitio y hablemos “con
propiedad”. Son ustedes periodistas, cronistas de la realidad; pero como se ve,
también pueden ser –y no señalo a nadie en concreto- difusores de mentiras y
silenciadores o censores de verdades como puños. Todos tendremos que mejorar
mucho en nuestro trabajo.
De otra parte, ¿no
se moviliza aquí al personal, por ejemplo, para las elecciones (con tanto
tranvía y tantas promesas que luego van a parar al cubo de la basura) y,
también por ejemplo, para el fútbol (con grandes festejos en la plaza de
Cibeles, baños en las fuentes públicas, caravanas de automóviles polucionando
el ambiente con sus cláxones y su CO2?). Pues, de nuevo, pongamos las cosas en
su sitio. ¿Es anormal y/o perverso que el Frente Polisario –representante
legítimo del Pueblo Saharaui, reconocido por Naciones Unidas- movilice a su
gente en vísperas de una negociación/chantaje que lleva ¡32 años! esperando?
¿Es que no movilizan el PP o el PSOE a los suyos cuando les interesa? Pues
entonces, ¿de qué estamos hablando? ¿Qué mensaje se pretende transmitir? ¿Quien
conforma ese lenguaje?
Y también hay que repetir que mientras
nosotros, los españoles, celebramos nuestros 30 años de democracia, ellos, los
saharauis, han sido los grandes perdedores de esta “modélica” Transición, los
grandes olvidados y abandonados, los condenados de la tierra, como escribiera
Franz Fanon. Y la Transición estará incompleta –last but not least– mientras el
pueblo saharaui no recupere su libertad y sus derechos –que otros les han
robado-, mientras no haya un referéndum justo y transparente de
autodeterminación, y mientras no se les reconozca y compense los estragos
causados (“prensa europea”, ¿dónde estás?).
¿No movilizó acaso
el Monarca alauita a sus huestes, incluyendo ignorantes, analfabetos y
delincuentes –desviando así la presión interior y los intentos de golpe de
Estado- con su Marcha Verde (del tándem Hassan / Kissinger). ¿A qué viene ahora
escandalizarse, rasgarse las vestiduras –“prensa europea”- porque el Frente
Polisario intente movilizar a un puñado de los suyos? ¿Les duele, les molesta a
ustedes? ¿Les parece políticamente incorrecto? Pueden decirlo alto y claro, que
aquí nadie les va a detener por eso, nadie les va a torturar, ni les va a
“desaparecer”, ni les va a expulsar de su país, ni les va a bombardear con
fósforo y napalm con “Mirage” franceses de última generación (que para algo
está la venta de armas al vecino, ¿no?).
Por otra parte, no
se preocupen de que “los independentistas” saharauis nos engañen y manipulen a
los españoles para echarnos a la calle. Nosotros eso ya lo aprendimos solitos,
con el Dos de Mayo de 1808 o con la guerra de Irak. La calle, nosotros los españoles
y ellos los saharauis, siempre estaremos con la legalidad internacional, a
pesar de ser una legalidad bastarda o como quieran ustedes calificarla,
impuesta por los poderosos (“Nosotros los Pueblos del Mundo…”, como reza la
Carta de Naciones Unidas). Respetaremos -¡faltaría más!- lo que libremente
decida el pueblo saharaui, pero no lo que impongan los poderosos por la fuerza
o la mentira. Nos quema el Sáhara, como nos repugna la carnicería de Irak –con
tantas armas de destrucción masiva y tanta invocación al Todopoderoso-, el
desastre de Vietnam, los sabotajes a Nicaragua, Chile, la batalla de Argel,
Timor Oriental, Queimada… ¿O es que ahora sólo va de OPAs?
5) “El plan de autonomía para el Sáhara
ofrecido [sic] por Marruecos descarta la independencia”.
Pero, ¿quién es Marruecos para “ofrecer” nada?
Si no es más que un invasor, un ocupante, una potencia colonial (la segunda; la
primera fue España, que, bajo el famoso general, la convirtió en Provincia,
concediendo a los saharauis el Documento Nacional de Identidad como españoles.
¡Vueltas da el mundo!).
Si Marruecos “descarta la independencia” –y EE
UU también, cuando, sin embargo, la quiere reconocer unilateralmente para
Kosovo, porque le sobra el Consejo de Seguridad de la ONU-, el Derecho Internacional,
por el contrario, la incluye total y absolutamente. Marruecos vuelve a pisotear
así la legalidad internacional, una vez más. Al igual que hizo el régimen
franquista (tan actual, al parecer) con los Acuerdos de Madrid de 1975,
declarados nulos o ilegales por la ONU. Si Marruecos vuelve a obstruir el
proceso de descolonización, que tenga por seguro que nos echaremos a la calle y
reclamaremos de Naciones Unidas que aplique el Capítulo VII de la Carta.
6) “EE UU, que se ha implicado a fondo […],
también cree que el punto de partida de la negociación debe ser el plan de
autonomía” [“ofrecido” por Marruecos].
EE UU, no; el Gobierno de neocons y matones que hay allí, sí. EE UU se implicó ya
hace mucho. Basta con leer la crónica de I. Cembrero (EL PAÍS, sábado 2 de
junio de 2007, página 3)[9]: “Rabat se ofrece a acoger el mando militar de EE
UU para África” (Gracias, Cembrero; también esto es “prensa europea”, aunque
escasea). “EE UU dispone en Marruecos de una estación [base militar] en Kenitra
de apoyo a la navegación de su marina de guerra y cuenta también con
facilidades [sic] en tres bases aéreas, en Nouasseur, Sidi Slimane y Ben
Guerir”. [No está de más recordar aquí, de pasada, el conjunto de bases que
está construyendo EE UU en Irak para “quedarse”, explotar los recursos y
“controlar” la región].
Pero esas bases y
esas “facilidades” están ahí desde hace bastantes años. ¿Y qué pintan ahí? ¿Nos
lo cuenta la “prensa europea”? ¿Se lo cuentan a las poblaciones árabes? ¿Y a
los saharauis?
En este contexto,
resulta obligado recordar un poquito más: Fue Henry Kissinger, el conocido
estratega estadounidense, quien estuvo preparando con los marroquíes, durante
varios meses (¿años?), en el Reino Unido, la Marcha Verde para invadir y ocupar
el Sáhara. Esto tampoco se ha contado prácticamente nada en la “prensa europea”
(Tomás Bárbulo, La guerra secreta del Sáhara Español). Y de esos polvos
(generalmente desconocidos), ahora vienen estos lodos; y, como de repente,
aparece ahora en la “prensa europea”, como si tal cosa, que “EE UU también cree
que el punto de partida debe ser el plan de autonomía de Marruecos”. ¡Pero si
llevan años pergeñándolo ellos, financiando a Marruecos, regalándole armas…!
Creo (puedo estar algo equivocado y olvidadizo a las cuatro de la madrugada)
que fue nuestro gran poeta –también exiliado, ¡cómo no!- León Felipe quien
escribió aquellos versos: “Que no quiero que me cuenten más cuentos…”.
Y ahora, con el pretexto –siempre hay alguno a
mano- del terrorismo, surge como de la nada el AFRICOM, el nuevo mando militar
del Imperio USA, anunciado por el Pentágono en febrero pasado: 500 militares
estadounidenses –principalmente oficiales- con sus familias, que se instalarán
provisionalmente en Stuttgart (Alemania) y se trasladarán a África en 2009
(previsiblemente a Marruecos, cuyos gobernantes se matan por conseguirlo). ¿Una
maniobra más de EE UU y Marruecos para impedir la independencia del pueblo
saharaui, además de, obviamente, la consabida amenaza terrorista…? Algo no
cuadra en ese proyecto del Africom cuando se dice, desde EE UU, que existe la
preocupación de que “los militares sobrevalúen sus capacidades, así como su
labor diplomática en África y desarrollen actividades que no forman parte de su
mandato”. A buen entendedor, con pocas palabras bastan. El documento, según
informa I. Cembrero, recién publicado por el Centro de Investigación del
Congreso de EE UU (CRS) se titula: “El mundo africano: los intereses
estratégicos de EE UU y el papel de los militares de EE UU en África”.
Convendría echarle una ojeada.
Añadamos que el Muro del Desierto (2.000 Km,
el mayor muro militar de la era moderna, dotado de alta tecnología y surcado
por millones de minas) ha sido financiado por Arabia Saudita y EE UU. Con la
expresión acuñada también en EE UU, podríamos decir aquí: “¡Es su seguridad,
estúpido!”. El pueblo saharaui es de poco valor. Sin embargo sus recursos
naturales están siendo negociados y saqueados a sus espaldas: fosfatos, pesca,
arenas, calizas, materiales arqueológicos…y, probablemente, cuando lo decidan
los estrategas imperiales, también gas y petróleo. Y si no, al tiempo. Así
pues, no es pura casualidad que los gobernantes estadounidenses se alineen con
la posición de Marruecos, o a la inversa. Y mientras se dedica tanta atención y
esfuerzo a la I+D y a las patentes de las grandes empresas transnacionales,
apenas se presta atención a investigar estas cuestiones sociales, políticas,
geoestratégicas y de derechos humanos. Que investiguen otros.
7) Menos mal que la crónica de Ignacio Cembrero
aquí comentada deja un resquicio de esperanza: “El primer análisis
independiente del plan marroquí, divulgado esta semana en Bruselas por el Grupo
Internacional de Crisis, asevera que la oferta de Rabat es “claramente
insuficiente””. No obstante, quedaría por interpretar las expresiones “análisis
independiente”, “oferta” de Rabat y “claramente insuficiente” (¿seudónimo de
“migajas”?).
Bien, Sr. Director de EL PAÍS, por hoy no doy
para más. Como le he dicho soy un simple ciudadano de a pie y mañana tengo que
trabajar. He dedicado todo el domingo (nuestro día de “descanso”), con su noche
incluida, a escribir esta Carta Abierta. Y, necesariamente, la redacción de
estas líneas dejará mucho que desear, por lo que pido las disculpas
pertinentes, a usted y a los lectores. Aunque, tal vez, también ustedes
tuvieran que disculparse por su política escasamente informativa en relación
con el pueblo saharaui y el Sáhara Occidental.[10]
Seguramente, la “prensa europea” y los voceros
de Marruecos lo hacen más despacio, con mayor reflexión y mejor redacción. Pero
el tiempo apremia, sobre todo para los saharauis, y yo creo haber cumplido con
mi propia obligación: Nadie me ha pedido estas líneas, salvo el silencio y la
desinformación de los medios de comunicación, incluido el que Vd. dirige. Luego
nos quejamos de que “¿Dónde están los “intelectuales”?” Pues en este caso, los
intelectuales españoles más o menos versados en la cuestión saharaui -y no
meros portavoces del Gobierno de Marruecos- a lo peor están teniendo que publicar
sus trabajos en cientos de sitios de Internet porque la prensa escrita no
dispone de espacio… Ya se sabe, a tanto el metro cuadrado… de publicidad
rentable. Ha cambiado mucho el diario EL PAÍS desde que naciera con tan altos
ideales, hoy bastante “desencantados”.
Hace algunas horas,
“la calle” era un estruendo de cláxones de automóviles festejando la victoria
futbolística. A eso se dedicaba “la calle”, que es lo que conviene a los
poderes fácticos. Los viandantes y automovilistas no se movilizaban por los
derechos ultrajados de los saharauis, entre otras razones, porque a los poderes
no le interesa. Esa es la sociedad “desarrollada” que estamos consiguiendo, la
del ladrillazo y otros bromuros, la del piercing donde sea, como si no hubiera
otros problemas más importantes que resolver. Pero así, España va bien. Los
problemas se los dejamos a otros; y allá ellos.
Debo terminar, y
termino. Pero antes de despedirme y de que estas cuartillas vayan a la basura o
a las múltiples CIAs de que disfrutamos, quiero desearle un único y buen deseo:
Que un día, tarde o temprano, cuando el Pueblo Saharaui recobre sus libertades,
quiera perdonar a los medios de comunicación sus “errores y omisiones” (“prensa
europea”) y sepa ser con tales medios mucho, mucho más generoso de lo que los
medios han sido con ellos, si es que lo han sido en modo alguno.
Finalmente,
autorizo aquí mismo a toda persona u organización que reciba esta Carta Abierta
–no importa la forma o conducto por el que la reciba- a que la difunda al
máximo, por cualquier medio, si así lo desea y si está básicamente de acuerdo
con lo esencial de su contenido. Así podremos sortear un poco más los muros de
silencio y desinformación impuestos por la generosa, valiente e independiente “prensa
europea”.
Envío copia de esta
Carta Abierta al Director de Opinión y al Defensor del Lector de su periódico,
a los Presidentes (saliente y entrante) de la Asamblea General de Naciones
Unidas y a su Secretario General, así como también a las Asociaciones de
Amistad y Solidaridad con el Pueblo Saharaui y a cuantas personas y
organizaciones pueda interesar.
Agradeciendo la
atención prestada, reciba, Sr. Director del diario EL PAÍS, mis atentos
saludos.
Firmado: Luis
Portillo Pasqual del Riquelme.- (Madrid)
(El resto de mis
datos de identificación ya obran en poder de EL PAÍS).
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