EN BUSCA DE LO OCULTO. POR LA IGNORANCIA SE DESCIENDE A LA
SERVIDUMBRE POR LA EDUCACIÓN A LA LIBERTAD
POR MAITÉ CAMPILLO
Apostando
por la verdad
“Sólo los catedráticos mediocres, y en particular los que no tienen sino un título convencional o hereditario, se inquietan tanto por la disciplina, suponiéndola una relación rigurosa y automática que establece inapelablemente la jerarquía material o escrita” (José Carlos Mariátegui también dijo “peruaricemos al Perú”, conocido por lo más culto como el `hamawt’a´, el maestro)
Desde Uruguay una
eminencia brota a la luz, Leonardo Haberkorn, se va de la universidad “con mi
música a otra parte”: <<Hoy di clase en la universidad por última vez. No
dictaré clases allí el semestre que viene y no sé si volveré algún día a dictar
clases en una licenciatura en comunicación. Me cansé de pelear contra los
celulares, contra WhatsApp y Facebook. Me ganaron. Me rindo. Tiro la toalla. Me
cansé de estar hablando de asuntos que a mí me apasionan ante muchachos que no
pueden despegar la vista de un teléfono que no cesa de recibir selfies. Claro,
es cierto, no todos son así. Pero cada vez son más. Esta semana en clase salió
el tema Venezuela. Solo una estudiante en 20 pudo decir lo básico del
conflicto. Lo muy básico. El resto no tenía ni la más mínima idea. Les pregunté
si sabían qué uruguayo estaba en medio de esa tormenta. Obviamente, ninguno
sabía. ¿Qué es lo que pasa en Siria? Silencio… Conectar a gente tan
desinformada con el periodismo es complicado. Es como enseñar botánica a
alguien que viene de un planeta donde no existen los vegetales. En un ejercicio
en el que debían salir a buscar una noticia a la calle, una estudiante regresó
con esta noticia: “todavía existen kioscos que venden diarios y revistas”. En
la Naranja Mecánica, al protagonista le mantenían los ojos abiertos con unas
pinzas, para que viera una sucesión interminable de imágenes, veloces, rápidas,
violentas. Con la nueva generación no se necesitan las pinzas. Una sucesión
interminable de imágenes de amigos sonrientes les bombardea el cerebro>>.
La experiencia del profesor uruguayo con sus alumnxs debe ser la normalidad en
los tiempos que corren, en el que no se si corre el tiempo o nosotrxs corremos
más que el tiempo, acorralando y sitiando el planeta. Otra eminencia brota a la
luz en el Estado español, el leonés Enrique Díez Gutiérrez, un gran pedagogo
antifascista como no podía ser de otra manera, que recorrió algunos pueblos de
la comarca del Bierzo. En un aula de un instituto de Fabero, pueblo en otro tiempo
de luchas mineras, preguntó a lxs alumnxs, si tenían algún conocimiento de lo
que había ocurrido en el pueblo durante los años de la dictadura (cero
patatero), ninguna respuesta. No sabían nada o casi nada. “Nadie les había
informado” del campo de concentración que hubo en la localidad berciana de
Fabero, donde 250 presos republicanos, trabajaron como esclavos en las minas.
El mentado profesor de Educación en la Universidad de León, hace unos años
participó en un documental, donde observaron que los jóvenes del municipio
berciano apenas tenían conocimiento de los horrores acaecidos durante el
franquismo. Esta realidad silenciada evidenció, a ojos del profesor Enrique,
que la dictadura franquista había sido ocultada y blanqueada durante todos
aquellos años. Ante esta reflexión en piedra de toque, se alarmó, e investigó
numerosos libros de historia donde se alababa al dictador. Sigue investigando
como contribución de la ciencia al conocimiento pensando como filósofo y
enseñando a pensar como un gran pedagogo que es sobre la búsqueda de la verdad.
Se entrevista con varios profesores que, reconocieron, no ahondar en aquel
periodo histórico para evitar polémicas (¡Mamma mía cómo está el patio
Obdulio!!!). La decisión tras estos sondeos fue llevar a los alumnos
faberenses, al entorno donde otrora se ubicó el campo de concentración a fin de
que conocieran de primera mano, los horrores sufridos por sus propios abuelos.
Paralelo a estos hechos televisión española pública y privada, no deja de
hablar del holocausto judío por los nazis alemanes, te machacan rematando
sucesivamente con películas y documentales. Pero los hijos de la “santa
cruzada”, intocables, no dicen ni pio del holocausto nazifranquista a la II
República, aniquilando pueblo a pueblo casa a casa por todo el Estado español
con el apoyo del fascismo internacional. En los libros de texto parece que la
historia se detuvo con el Borbón huido, Alfonso XIII, y vuelve con el nieto
Juan Carlos I, también huido en repetición por política de corrupción – o por ladrón
– como dijera el eminente dramaturgo Ramón María del Valle-Inclán.
Explicar el
genocidio en las aulas de lo que representó el holocausto franquista es
fundamental, jamás se debe encubrir los hechos históricos tal y como
sucedieron. No impedirá que la historia que te involucra se repita, pero al
menos tener derecho a sacar la verdad a la luz y no se esfume en el aire, sin
que nada ni nadie, pague por ello. [Uno de tantos y tantos días de los largos
años que duró la persecución]: Un automóvil negro y sucio entró en la ciudad
tras las columnas de civiles armados que empezaban a ocupar las calles de
Palma. Su principal pasajero estaba en el asiento posterior del vehículo; tenía
los ojos enrojecidos por el odio y la irritación urdiendo la respuesta a la pregunta
que iba atemorizar a los palmeños. El coche se detuvo frente al Ayuntamiento de
Palma; los ocupantes del vehículo se apearon y una airada maldición resonó en
la plaza del Consistorio ¡Mis toros! ¡Han matado mis toros! ¡¡Mataré a diez
palmeños por cada animal sacrificado!!” (El que amenaza es un cacique).
Solamente en Palma del Río, en Sevilla, un 27 de agosto de 1936 el
terrateniente fascista Félix Moreno Ardanuy ordenó detener a todos los hombres
que aún quedaban en el pueblo, puerta a puerta Guardia Civil y falangistas
fueron sacando a más de 350 jóvenes y mayores y llevados a la plaza donde
fueron obligados a formar en filas. El terrateniente bastón en mano fue sacando
algunos de ellos donde fueron llevados al ayuntamiento, creyendo éstos que los iban
a encerrar o fusilar, pero no, a estos no, la maldad de este fascista (dejado
vivo y coleando por la República) fue ordenar que llevaran al resto, o sea,
casi a todos los detenidos, al corral de su cortijo donde los esperaban grupos
de guardias Civiles con dos ametralladoras. Fueron ametrallados por grupos, 350
jornaleros, muchos de ellos trabajadores del cacique, asesinados, amontonados
en una gran montaña humana que ese mal día, por orden de Félix Moreno, dejaron
de existir.
Cuando la luz
penetra en lo oscuro brota la indignación y la historia toma el cauce de los
ríos de sangre vertidos (La fuga del Fuerte de Ezkaba): Este suceso se produjo
el 22 de mayo de 1938, en Nafarroa. 2.487 personas se encontraban detenidas en
su gran mayoría dirigentes políticos, sindicalistas, militantes revolucionarios
y republicanos. El trato humano, era infrahumano, el maltrato era permanente
entre torturas y vejaciones, hambre extrema, piojos e infecciones habiendo
constancia de la muerte de 305 presos, contabilizadas del 1 de enero de 1937 al
6 de julio de 1945 fecha en que se cierra el penal. La fuga fue anhelada, la
necesidad de salir de ese infierno deplorable se impuso, unos treinta presos
pese al estado de penuria que les devora intentan organizarla. La operación se
inicia a la hora de la cena momento en que había más dispersión de los
guardianes. En distintos grupos fueron desarmando a varios de ellos y tras
coger su armamento, se dirigieron a donde estaba cenando la compañía de
soldados de guardia. En una media hora el fuerte fue tomado por los reclusos
que iban saliendo de las instalaciones cuando un soldado que volvía de Iruña
(Pamplona), percibe lo que esta ocurriendo y se lanza veloz hacia la ciudad a
dar la alarma. Los camiones de los militares con reflectores se acercan al
fuerte. Algunos de los presos sorprendidos desisten, a las 3.30 de la
madrugada, fueron contabilizados 1.692. Se habían fugado 795 presos, mal
calzados y vestidos, hambrientos y desnutridos con escasos fusiles en
desbandada, sin poder llegar a organizar, un plan ejemplar de huida. Se inicia
la caza de presos. Abatidos unos, detenidos otros, 300 de ellos fusilados.
En nota en luz de
historia publicada por Eduardo Robaina leo: Era el día del padre, de 1937,
cuando 14 hombres desaparecieron de sus hogares para no volver nunca más. Todos
acabaron a más de 40 metros de profundidad en un pozo, el de Tenoya, en Gran
Canaria, tras ser disparados a bocajarro. Los cuerpos fusilados continuaron en
lo más hondo durante 82 años. Lo mismo ocurrió hace 10 años, cuando fueron
rescatados de otro pozo de la isla, el de Llanos de las Brujas, los huesos de
otras 24 personas asesinadas. La memoria llega hasta donde puede y resulta
inevitable no chocar con el muro del tiempo. Igualmente incontrolable es el
temor que aún habita, más de 40 años después, en muchas personas. “El miedo es
real”, esboza Gregorio Arencibia, secretario de la Asociación para la
Recuperación de la Memoria Histórica de Arucas, una de las más antigua del
Estado español y pionera en Canarias. Cuando pronuncia esas palabras lo hace
pensando en mayores que se acercan a los actos que organizan para confesar que
no cuentan todo lo que saben por miedo a represalias hacia sus hijos y
familiares. “No puede ser que Franco esté más vivo ahora que hace 44 años”,
denuncia al otro lado del teléfono Arencibia. En otra de las notas de Robaina
leo: “Eran tantos comunistas en el barrio que lo llamaban la pequeña Cuba” (Así
recuerda un vecino, nos dice, la Jinámar de los 70, cuando el régimen
franquista llegaba a su fin). Entre los municipios de Las Palmas de Gran
Canaria y Telde se halla uno de los máximos exponentes de la represión que
sufrieron las islas durante el golpe de estado y los años posteriores. Se trata
de la Sima de Jinámar, un cono volcánico de casi 80 metros de profundidad que
las brigadas fascistas empleaban como fosa natural: “Sobre todas las historias,
hay una célebre y que muchos recuerdan de manera agridulce. José Santana
Florido conocido como ‘Pollo Florido’, fue un ilustre deportista de lucha canaria
y militante socialista que, igual que tantos otros, fue ejecutado por el
fascismo”. El 1 de abril de 1937, los sublevados lo sacaron de su hogar y lo
llevaron a la sima, cuando se disponían a lanzarlo, dada su corpulencia
arrastró consigo a un falangista. Los dos cayeron al vacío, y muchos recuerdan
aquel episodio como si fuera una pequeña victoria. Desde hace cierto tiempo, un
cordón de alambre impide que cualquier persona despistada caiga por el mismo
hueco, al que fueron arrojados quienes fieles a sus ideas, lucharon por la
libertad y sus derechos. Ni investigadores ni historiadores son capaces de dar
una cifra aproximada de cuántos cuerpos puede haber en su interior. Lo que sí
se sabe es cómo acababan las víctimas en el fondo del agujero. Los fascistas
los trasladaban hasta allí con vida. Unos, desde los campos de concentración.
Otros, sacados en la madrugada de sus casas. En lo alto de la montaña los
verdugos, les descerrajaban, a sangre fría un tiro en la cabeza o los arrojaban
al vacío directamente desde los camiones.
Ojos y oídos se van
sumando a la luz de la verdad: “Otro día les hablo de Marfea (nos dice en su
nota Paco Vega), de los Pozos de Arucas y Tenoya, y otros lugares de exterminio
fascista”. Seguimos en Gran Canarias en el ‘Agujero del horror’, en uno de los
genocidios tétrico y salvaje. ‘El agujero’ oculta a cientos de antifascistas
asesinadxs del crimen desatado sobre una clase trabajadora desprovista de
maldad alguna que como dice Paco Vega en su nota “No sólo fue obra de militares,
policías y fascistas”. Fue además de ellos, una horda de paramilitares, armados
hasta los dientes y arribistas de todo sello y condición (pero también una
pléyade de adinerados burgueses rabiosos y sedientos de venganza sobre todo
aquel que se hubiese significado en la lucha sindical para sacar a los
trabajadores de la miseria y esclavitud reinantes en el momento). Una alambrada
delimita el agujero volcánico, situado a 5 km del centro de Jinámar. Un
recorrido penosamente transitable nos cuenta, además de estremecedor, hasta
llegar a la propia Sima y ver la vieja pintada, que se resiste a desaparecer:
“Canarios asesinados por el fascismo. No les olvidamos”. La vegetación salvaje
se encarga de ocultar a nuestros ojos la boca del infierno genocida, convertida
en simbología que evidencia uno de los lugares, en los que se cometieron los
crímenes más atroces de la dictadura, en el que hace ochenta y cinco años se
fraguó una de las mayores tragedias oculta, impune, aún en siglo XXI. Donde una
cercana planta de reciclaje de escombros favorece ocultar el huracán de la
tragedia a pocos metros del llamado, por mentes cuanto menos retorcidas, BIC
(Bien de Interés Cultural) en una amenaza por tragarse la Sima, favoreciendo al
mayor de los crímenes franquistas “el del borrón y cuenta nueva” (Y es que todo
sigue en manos de cachorros y pichones del fascio). Escalofriante episodio,
esperpéntico por demás es el de la Sima de Jinámar, en Canarias: “Precisamente
allí donde no hubo enfrentamiento bélico alguno, nos dice Paco Vega”. La
violencia desmedida tomó la cara de la muerte que se fue fraguando desde julio
de 1936, y continuó ininterrumpidamente, durante largos años en altas dosis de
represión y sangría ocultas en las aulas y en los libros de texto, que deberían
ser parte integrante de vida e historia en aulas abiertas a la educación
científica, a la enseñanza y formación vinculante donde se deberían hallar
libros como “Tormenta en la memoria”, “Semilla de memoria” o “El viento más
rebelde” de Pako González, uno de los muchos canarios que se revela contra la
historia oculta, la verdad oculta, de represión y muerte en el archipiélago
canario. La elección de la Sima como punto de genocidio no fue fortuita ni
aleatoria según el escritor canario Francisco González: “Los franquistas
empezaron tirando gente en la Marfea y asesinando gente en la calle, pero eso
llamaba demasiado la atención. Entonces decidieron que los asesinatos fueran lo
más ocultos posible. ¿Y quiénes estaban detrás? Personalidades del falangismo y
el fascismo como Francisco Julio Guerra, que era Jefe de Acción Social de
Falange, Juan del Río Alaya, el Conde de la Vega Grande…”.
Ejemplos hay
cientos en todos los territorios y pueblos del Estado como en el conjunto de
islas dependientes de este atroz sistema de matanzas espantosas masivas como la
que se dio en la plaza de toros de Badajoz; la escalofriante desbandá en la
carretera de Málaga con miles de acribillados, cientos de familias padres e
hijos masacrados protagonistas del mayor éxodo del golpe fascista; los presos
del fuerte de Ezkaba en Nafarroa; el bombardeo de Gernika por los nazis y un
interminable etc. Holocausto que nadie puede negar pues los hechos les delatan,
al que hay que unir la escabechina que hicieron los ingleses al pueblo de
Huelva en Las Minas de Río Tinto, o al intento de Revolución de octubre en
Asturies. En Tribunales y Congreso, Ministerios y demás dependencias han
seguido postrados y siguen infestos sus sillones de instituciones fascistas.
Genocidio por lógica oculto por sus medios y su justicia, sobretodo por los
responsables de la educación y muchos de los que reescriben la historia
encubriendo el agujero del horror. No se puede hablar de libertad cuando ni
siquiera se reconoce la historia propia más reciente, ni se puede ir hacia adelante
si permites que los intereses ocultos te borren la memoria. La educación en
España fue y sigue a grosso modo siendo fascista cuanto menos tendenciosa en su
gran mayoría. El franquismo la llenó de incultos reconvertidos en maestros y
profesores desde la enseñanza primaria, medias y “enteras”, es decir pasando
por escuelas, institutos, universidades, academias privadas y un largo, largo
etc. La educación antes y después de la muerte del genocida de lo que si estuvo
llena es de iglesia opresora oscurantista con olor a sotana. No solo en la
enseñanza privada también en la estatal llena de curas y monjas (como en los
hospitales), reciclados para “curar” “salvar almas” “socorrer pobres”… e hijos
de mujeres presas políticas que luego de parir fusilarían ¿En manos de quién
están todos esos hijos, en manos de quién están todos los que la clase obrera
parió en maternos a manos de la iglesia “como enfermera del hambre”? En
educación como en el gobierno, sindicatos e iglesia de “base” estuvo llena de
falsos obreros sindicalistas (falangistas) y peores economistas, tramposos
filósofos y sospechosos científicos de tres al cuarto, de escritores que no
escribían, como políticos, ni sus propios discursos. Aberrante adoctrinamiento
ha seguido ejerciendo como ciencia marcando el presente por igual de aberrante.
Hicieron de lo más que analfabeto, incultos de una democracia de charlestón
carnavalesco basada en lo más oscuro, y traicionero, que arrasó con todo lo
verdaderamente culto que prendió como hito de historia a nivel del mundo
avanzado. A los que después de fusilados el fascismo de hoy en el poder,
“rehabilita”, porque no tiene nada digno de su coto de enseñanza que ofrecer
sobre el planeta: VERGUENZA de presidente, precursor de tal demencia (atroz
ajuste como ejemplo codeándose de tal riqueza humana tanto en México como en
Francia) y peor enseñanza totalmente en decadencia, imponiendo al mundo como
propias figuras ilustres entrañables, que nunca tuvieron ni podrían jamás
pertenecer a su sistema de corrupción y degradación humana, ocultos aún muchxs
de ellxs, bajo fosas comunes entre el frío anonimato de tapias blanqueadas.
¿Cómo detener el
vuelo de sus ideas? ¡¡Eso es imposible!! Todo ello tan lejos y tan cerca de
nuestros sentimientos, su ternura, su solidaridad desplegada de eminente
vanguardia revolucionaria ¡Nicolás Guillén aleteando denuncia internacional,
Neruda fletando barcos, Cárdenas abriendo puertos, Cesar Vallejo firme y
solidario parando marejadas… si dejamos que mutilen nuestra historia nunca
tendremos dignidad ni verdadera libertad!!! Federico García Lorca poeta y
dramaturgo sin parangón culto entre los más cultos, llenaron su cuerpo de
plomo, asesinado y enterrado junto a otro no menos culto en época de la
República, un maestro. El doble crimen quiso asentar sentencia contra la
cultura y la enseñanza que emanaba del pueblo y para el pueblo. Esa que tanto
teme y odia el fascismo, de la que hoy tan indignamente se lucran y alardean de
ella como hipócritas sin dignidad alguna. Los mismos repeinados del orden cristiano
y disciplina militar entre envalentonados pistoleros falangistas fueron
protagonizando la agonía y entrega de otro de los poetas (que hoy alardean)
Miguel Hernández en un impulso mortal de arrebatar en él la cultura popular
asentando plomo contra la “manía de ser culto para ser libre”, como con Joan
Peiró Belís, Ministro de Industria durante la República, obrero desde los ocho
años en un horno de vidrio con jornadas de doce a catorce horas diarias. Llegó
a pertenecer a la dirección de la CNT. Hecho prisionero por los alemanes en
Francia (noviembre de 1940) entregado al gobierno del general fascista
condenado a la pena de muerte ejecutada en julio de 1942 (en periodo de PAZ).
Ocurrió con Lluís Companys, Ministro de Marina y presidente de la Generalitat de
Catalunya capturado en Francia por la Gestapo en 1940 y entregado al general
verdugo, torturado como Joan Peiró, tras un consejo de guerra es fusilado en el
castillo de Montjuic. Lo mismo le ocurrió al periodista Julián Zugazagoitia
(pero no fueron los únicos), hijo de un obrero metalúrgico, elegido varias
veces diputado en las Cortes republicanas que ejerció como ministro de
Gobernación en el gobierno presidido por Juan Negrín, igualmente capturado por
la policía secreta nazi, todos ellos exiliados en Francia, también entregado a
las autoridades franquistas juzgado en consejo de guerra, fusilado en Madrid el
9 de noviembre de 1940. Jamás podrán borrar la verdad ni justificar el
genocidio cometido, ni perdonar nuestras memorias al país “vecino” el aporte tan
generosamente ofrecido al franquismo, el trato dado a los exiliados
encerrándolos en campos de exterminio ni la represión y explotación en ellos
ejercida, ni la separación de familias haciéndose con muchos de sus hijos
cuando sus padres no habían muerto y nadie como ellos podían quererles ni
cuidarlos (su labor era ayudar no incriminar), ni el cierre de frontera
podremos perdonar jamás ni la entrega de exiliados a manos del verdugo. Muchos
fueron los fusilados después del 39, tras la derrota de la República por el
fascismo internacional. Muchos los entregados desde el país de la “Liberté,
Égalité, Fraternité” incluso después de la muerte del dictador ¡¡Había que
lapidar la República que olía a revolución, abanderada potencia cultural
desarrollando la nueva escuela, muchas escuelas y con los mejores maestros!!
Y, Santiago
Carrillo, se ofreció como monaguillo mayor de la iglesia para mejor lapidar,
junto al PSOE, y otros banderilleros entorno a sus togas y sotanas, la nueva
escuela, e imponer la religión. Había que unirse en prevención de la endiablada
nueva escuela nacida para combatir la ignorancia ¡¡Crear escuelas!!
¡¡Sembrarlas a voleo!! Porque cayeran donde cayeran germinarían: “En todas
partes habrían de encontrar tierra preparada para fructificar y vivir
plenamente”. Había que cuidar de ellas, a lo largo de su existencia,
protegerlas, velar por ellas para que progresen y se perfeccionen. Maestros y
maestras se convirtieron en luchadores incansables de su defensa ¡¡Arriba la
escuela!! ¡¡Sin buenas y buenos maestros todo lo que se haga en beneficio de la
‘nueva escuela’ resultará estéril!! Había que preocuparse de todos ellos pero
principalmente de los rurales: “Con una sinceridad que hubiésemos querido ver,
en los demás sectores del país, confesaban que si no hacían más ni mejor era
porque no tenían medios sabían que se podía hacer más y querían aprender”. La
reforma de la escuela primaria no sería completa si no se lograba que el
trabajo de la Inspección alcanzase su máxima eficacia ¡¡Había que llegar hasta
la escuela del último pueblo y recoger información exacta de la realidad
escolar!! La República estaba saliendo del agujero negro de unos tiempos en los
que la Iglesia lo era todo. La escuela de niñas de El Saucejo (Sevilla) donde
nació Dolores Velasco Torres era, en 1920, un caserón desconchado en el que
aquella niña de tres años comenzó su andadura escolar junto a otras cuarenta
compañeras. Ella tenía suerte; su abuelo era el maestro, uno de los 36 que la
familia Velasco acumula en cuatro generaciones. De ellos Dolores aprendió la
motivación del alumnado con preguntas constantes para que no se distraigan, el
esfuerzo para despertar su curiosidad, el argumento imposible para centrar la
atención de la clase, la dedicación específica e individual siempre que se
pueda: “Siempre que me ha sido posible le he puesto a cada alumno un problema,
como hacía mi tío Antonio, del que aprendí muchísimo; también de las
actividades complementarias, así se lo ha hecho saber a los cientos de alumnos
a los que invitaba a aficionarse ‘con algo’ porque el tiempo no admite tregua.
Hay que hacer cosas “sea como sea” (Recordando en sus palabras a aquellas
maestras y maestros de la República que vivían para la escuela haciendo de ella
su opción de vida).
NOTA
La II República (14
de abril de 1931) topó con el analfabetismo más atroz, una unión de pueblos
fundamentalmente campesinos dentro de una España desnutrida llena de miseria y
piojos por doquier, pero también de una inquietud ansiosa por querer aprender,
a los que se unió, los no menos inquietos ansiosos por enseñar y formar
partiendo de la alfabetización, construyendo una nueva y revolucionaria
sociedad en la que participaron escritores, poetas, pedagogos, intelectuales
íntegros, gente del pueblo y para el pueblo de lo más diversa con la cultura
ambulante por delante. A la espera de que se aprobara la Constitución, en
diciembre, el gobierno tomó mediante decretos de urgencia las primeras medidas:
se reconoce el Estado plural y las diferencias lingüísticas (se respeta la lengua
materna de los alumnos), al frente del Consejo de Instrucción Pública que haría
caminar las reformas se nombró a Unamuno. Se proyectó la creación paulatina de
27.000 escuelas (mientras tanto) los ayuntamientos se vuelcan a ejecutar la
misión adecentando salas donde educar a niños y niñas por igual y también a los
mayores: “Hubo incluso alguna escuelita en las salas de autopsia de los
cementerios. Donde se podía. Entonces las maestras desempeñaron un papel
primordial, enseñaban en sus casas con la subvención del ayuntamiento”. De
todas las reformas que se emprendieron a partir de abril de 1931, la estrella
fue la de la enseñanza: “Sin ninguna duda, la mejor tarjeta de presentación de
la República fue su proyecto educativo”, asegura el catedrático Antonio Molero,
de Historia de la Educación de la Universidad de Alcalá de Henares: “Fue la
piedra angular de todas las reformas”. Había que implantar un Estado
democrático y se necesitaba un pueblo alfabetizado. Era el Estado educador,
ratifica Consuelo Domínguez doctora en Historia por la Universidad de Huelva.
Niños y niñas se mezclaron en las mismas aulas donde se educaban en igualdad,
salían al campo para estudiar ciencias naturales, se trataron de sustituir los
monótonos coros infantiles recitando lecciones de memoria por el debate
participativo y pedagógico, y se favoreció un tránsito sin sobresaltos desde el
parvulario a la universidad. Fue una escuela en la que se educó a los niñxs
atendiendo a su capacidad, su actitud y su vocación, no a su situación económica.
La educación pública recibió financiación para ello, y eso era algo que la
escuela privada miró con recelo: “Todo tenía el aroma pedagógico de la
Institución Libre de Enseñanza que fue el soporte intelectual en el que se
apoyó la República”.
Maité Campillo
(actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
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