miércoles, 4 de septiembre de 2019

ESTUPIDEZ FARISEA


ESTUPIDEZ FARISEA
JM AIZPURUA
Y dijo Petrus, el primo del sabio Salomón que, en su modelo territorial, “no tiene cabida un referéndum de autodeterminación que el TC ha considerado contrario a la Constitución y que, desde la perspectiva política, provoca la quiebra de la sociedad”.

¿La consideración del TC substituye al criterio popular? ¿Ya no hay Democracia?
¿La “sociedad” se quiebra con el voto o es ese voto la solución a la sociedad quebrada?
El “españolismo” cabalga de nuevo y sus monturas son las tradicionales de estupidez y fariseísmo que le llevaron a perder su Imperio y a perder toda influencia en el devenir del siglo XXI.

No tienen un Estado, ni conseguirán tenerlo sin basarse en su plurinacionalidad, y las posturas necias de la casta poseedora castellano supremacista, solo auguran enfrentamientos cainitas y caminos de marginación y empobrecimiento. Su ordeno y mando acabó en la democracia europeísta, y si Cataluña quiere la independencia no habrá forma civilizada de impedírselo, por muchas ocurrencias doctas que tenga Marchena, y eso no es derecho; es sentido común.
O se plantea un argumento atractivo para los catalanes centrífugos, o el Estado ha muerto. Sin un proyecto de futuro acordado; no hay futuro.
Y son ellos, los centrífugos, los principales actores para el acuerdo. Los “otros” deben callar, oír, opinar y votar, todo por ese orden. Ya es claro que su Estado, su España, no convence a los discrepantes, y su formula del trágala, ya no es de recibo en el siglo XXI.
Como el tema es de complejidad superior, debe estar en manos de “sabios” y no de cuñados y su ámbito europeo necesita de criterios europeos y fórmulas que sean asumidas por Cataluña, España, la UE y, por supuesto, refrendadas por el voto ciudadano.
Y mientras eso llega, los demás a actualizar al IPC las pensiones, a pensionar con generosidad, a mejorar condiciones de vida y salarios y a callarse ante temas tan complejos como la “nacionalidad” en los que la voz del necio puede llevar al conflicto.
El Estado es un organismo en el que perfectamente conviven distintas nacionalidades y en la habilidad y fortuna del político está la fórmula que logre la correcta convivencia, el respeto social, y los proyectos de consenso que impulsen el desarrollo común y armónico.
¡Guarden porras que eso ya no oculta su estupidez e incapacidad!
Nos están llevando al absurdo, basados en que la incultura popular lleva a una fácil manipulación de las masas desde los medios de comunicación en poder de la casta y sus cipayos.  Mantener Ceuta y Melilla, gritar Gibraltar español, ponerse pulseritas y banderas en los balcones, no oculta la voluntad de los llanitos británicos, ni de los catalanes independentistas, y es la peor manera de pretender que pertenezcan a un proyecto llamado…como se llame. ¿Qué más da?
No importa el color del gato: lo que importa es que cace ratones. Y en República, Monarquía, Confederación o Federación, lo que importa es que las pensionistas viudas vivan con dignidad, la sanidad sea realmente universal, los niños tengan posibilidades de desarrollo, y los viejos sobrevivan con tranquilidad. ¡Y cultura! Cultura para una sociedad atrasada, presa de mitos y cruces.
Los tiempos cambiaron, pero las mentes de algunos: no.


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