viernes, 14 de junio de 2013

Honores a Cubillo, por Juan Henríquez

Honores a Cubillo
Juan Henríquez 


No es que la noticia me cogiera de sorpresa, y menos viniendo de Hilario Rodríguez, sino el alboroto que se ha liado por la propuesta o moción que pide honores, homenaje o reconocimiento, a la figura de Antonio Cubillo (q.e.p.d.). Intenté seguir los pasos de la crónica, y en ningún momento me pasó por la cabeza, que una iniciativa de esta naturaleza, pusiera al borde de la ruptura el actual pacto municipal entre CC-PSOE/Santa Cruz, y más aún, que la moción recibiera, en primera instancia, el apoyo de su grupo (CC)  y el del PSOE/Santa Cruz, y posteriormente, sin que nadie se expliqué con claridad, ambos den marcha atrás; mientras nacionalistas hablan de pensárselo, sobre todo por algunas conciencias perturbadas por la moción, los socialistas dónde dije digo, digo diego.

Lo del PP no me extraña, entiendo que no apoyen a un hombre que se entregó en cuerpo y alma a defender la independencia de las Islas  Canarias, amén de ser un gran laboralista y defensor de injusticias sociales. Sin embargo, sí defendieron, aplaudieron y justificaron, el atentado de asesinato que Martín Villa preparó contra Antonio Cubillo. Lo del PSOE es otra cosa, hablan de: “polémica carrera política”. Pregunto: ¿es que hay alguien del PSOE en condiciones de darnos lecciones de ética y moral política? ¡Por favor…!
Podría nombrar a millares de libertadores, Simón Bolivar, por ejemplo, a los que admiramos cómo héroes. Pues Cubillo, padre de la bandera de siete estrellas verdes, insignia de CC, quería ser uno de ellos; jamás imputado, nunca condenado por acto violento, mucho menos por terrorismo. Hay mucha hipocresía en toda esta manipulada historia; hablamos de libertad y el derecho de los pueblos a la autodeterminación, pero a renglón seguido ponemos calificativos para no reconocerlos. Hilario me conoce bien, sabe que no soy independentista, ni nacionalista, pero lo apoyo sin reservas en esta moción, pienso que Antonio Cubillo merece un reconocimiento institucional. ¡Es de justicia!



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