martes, 5 de marzo de 2013

EL DESPOTISMO DEL PODER


EL DESPOTISMO DEL PODER

Eduardo Sanguinetti
filósofo rioplatense


Ante la sentencia criminal de la Corte de Justicia (la palabra justicia puede ser silenciada) y en desmedro de nuestra condición de ser y los derechos humanos del pueblo todo una afrenta a toda una generación de muertos, con ideales e ideas, que pensaban “otra sociedad”, manifiesto desde Argentina, lo siguiente:

Soportamos un sistema asesino, simulador, esquizofrénico, sin límites en su accionar en detrimento de seres humanos en estado de anestesiamiento, degradación y despojados, en acto, de todos sus derechos, sin conciencia alguna de su pertenencia a la que se denominaba en un tiempo “naturaleza humana”.

Los psicópatas que dictan y deciden sobre la vida de la comunidad, humillada y degradada en su ser y estar en el Uruguay, ante la sentencia de la “corte de las miserias”, que decidió cerrar las causas de delitos de lesa humanidad, cometidos contra nuestra condición humana, los terratenientes y la oposición, están en pie de guerra contra el “deber ser”, de manera clara. Sujetos sombríos, implicados en los mecanismos de administración de la explotación, o en las operaciones de destrucción y opresión, bajo la puesta en acto, en este caso, del accionar degradado de una Justicia manipulada a su antojo por estos traidores, donde la ley es un cepo de la libertad de elección de una existencia que brinde satisfacción del pueblo.




Nadie, cumpliendo funciones en cualquier poder, tiene la audacia o coraje de reconocer, visualizar, ni aún menos denunciar el peligro que deviene de esta “fractura social” que se produjo y que devendrá en una historia que se creía superada. El enfrentamiento de los dignos contra los mercaderes de los poderes esta planteada; esta instancia señala un punto de inflexión y no puede ser pasada por alto: la confrontación a que nos expuso esta corte y la oposición siniestra merecen una réplica contundente y sin miramientos.

Nadie parece oponerse públicamente dando la cara, nadie intenta revertir la masacre y menos aún señalar denunciando el credo que ordena esas virtualidades siniestras en plena vigencia y uso, cuando la necesidad de crear un nuevo modelo de sociedad se impone sobre todas las leves prisas de este mundo del consumo y la ignorancia.

Y esta “imagen del presente” que doy está basada en otra que, en mi opinión, es objetiva, histórica y revolucionaria. Y es la de que “todo poder es instrumento de opresión, de coacción, de dominio ciego y arbitrario (y) es, por definición, obtuso (enemigo de la inteligencia), inhumano (enemigo de la liberación del hombre), y despótico (enemigo de la libertad)”; lo cual quiere significar, palabras más palabras menos, que entre los intelectuales y el poder hay una pelea desde siempre que solo dirimen el dinero, el exilio, la censura o la muerte.

Si procedemos de acuerdo con lo que he manifestado, seremos consecuentes con la razón de ser de nuestro oficio de intentar existir en un mundo para todos, con fidelidad a nuestra posición de compromiso con la justicia en libertad, verdad y el enfrentamiento natural con la opresión y el despotismo del poder en todas sus formas

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