sábado, 10 de marzo de 2012

DE MAGO A BELITRE . por Roberto Cabrera




DE MAGO A BELITRE Y EL CHERNE TOWN DE BENANCEO

por Roberto Cabrera


BELITRE


            Fue por eso que me hice belitre. Belitre es el único bicho al que el mago tiene miedo. Una vez  discutí este tema con un primo político, que quería aprovechar mi nombramiento a cátedra, clavándome la lección del mago frente a la “gente de estudios”. No aciertan quizá a comprender que el fracaso del sistema se fundamenta en la escasa evolución de su filosofía.
            Quedamos en que el belitre es -a quien teme el mago por ser “individuo”, precisamente, gente anónima de la ciudad, que practica el individualismo y carece de una identidad agrocultural, de familia o nombrete conocido. Gentes para ellos, de raros motes como Manolo “el momia”, Pepe “el cebolla”, Pepín “el mestizo”, Manolo “el viruta”, Carlitos “el cabeza”, Chicho “el chamama”, personas que quemaban en fallas al poeta Benanceo o la microcefalia de Pedrín. Roberto “el cafetera”, que jugó en el Liverpool, “el gago”, Juan “el cachimba”, Domingo “el perravino”, Juanito “el calaya” así un largo etcétera, que tuvo que librar batallas famosas cada vez que salía del barrio hacia “el campo”, como llaman en algunas capitales de isla a quienes viven a escasos dos kilómetros, pero a quienes quieren seguir llamando “belillos”, que es otro término del arte gótico para descifrar el enigma lingüístico del mago, maho, mauro, moro y un largo linaje de epítetos o gentilicios.

             Pichirilo”, “el vieja”, “el triángulo”y en la música, “el naranja”, “el cipote”, “el hooligan”, “el berebere”, Toño “el negro”, Agustín “el loco”, pero sobre todo “el kaka”, que tenía el colon irritable antes de cada concierto. Todos ellos compartían la inocencia del devenir, y fueron mis amigos incluso siendo ya belitre, en un alarde de tolerancia y permisividad, que agradeceré toda mi vida.
            Los magos no tienen este tipo de nombretes, usan otros más rústicos y simpáticos de apellido. Manolo Murmullo, Diego Parranda, Antonio Mentira, o apodos como Carruco, Petate, Cho Cho, Carnero, y así se engrosa la lista hasta el infinito. El belitre sin embargo los crea de otro modo más caliente, casi como el argot. El bamba, el mascachapas, el grillo, Caña Dulce, Guarapo, el boliche, el tonina, el peloncho. Y así hasta la extenuación como ya dije. Muchos eran buenos para “la piña” y otros para la “morrada”.




CHERNE TOWN

Este es el Chernetón de Benaceo
Y la historia del Sargo Veneno
Que conoció a María la Jullona
En el parque de Maceo
Donde el pájaro dispara
A la escopeta
Y te pueden partir la jeta
Si no es otro es el Tarzán de Güimar
O los Latin king de Las Galletas
Así que la Jullona y Juan el Sargo
Tenían su mote por algo
Y el boquín todo lleno de salitre
De enemigos sólo a los belitres
Si yacían tendidos en la playa
Era con los ritmos que engangan

Por eso el Chernetón de Benaceo
Se baila tumbao primero
Y cuando te intente echar atrás
Un camarero
Habla bien alto y chabacanamente
Abjurando con lengua candente
Y así te sientan y comes caliente
Para que tragues y el pico dejes ausente

Cuando te cueles de rondón
En un banquete
Haz ruido con el brazalete
Y saluda bien fuerte a los de enfrente
Que los otros creerán seguro
Que tú eres de los que dan los puros
Y no el marmitón  que ajusta los trinquetes


—Perfúmate y coloréate pollito
Que te está envejeciendo
Y la gente diciendo
Que tú estás padeciendo de tanto amar
Por qué no vives la vida
Como hago yo vacilando
Si el mundo se está acabando
Y así la gente se olvida
Perfúmate y coloréate
Vamó a gozá – cantó Juan el Sargo
Ve ven pollito, ven ven pollito
Perfúmate, coloréate y mueve
Túuuuuu cuerpecito

—Así así Pata Pata,
Sé wuga, si gu benga, so si, pata pata
A hihi mama hi a ma so si  Pata pata
Gimió la Jullona

—Cuando llego a la Rumbaaaaa
Y me pongo a cantaaaaaar
Todo el coro me secundaaaaaa
Y se pone a bailar
Ya llegó el tíguere del Cherneton
¡Guaguancó guancó guancó
De la guagua y el guawón !
Ni burro ni bacalao
Es el Cherneton tumbao
Del isleño, el indio, el negro

Camarones donde están los mamoncillos
Mamoncillos donde están los camarones


—Este es el baile del santo
Santos los que había antes
Ahora cada vez hay más granujas
Y me han dicho que bergantes
Que estos deben ser tunantes
Y aquellas unas marujas

—Menos mal que como brujas
Con sus puntas y ribetes
Cabalgando sobre un buey
Cuando no sobre una escoba
Larga, mugrienta y de ley
Era así la sanadora que llamaban
Ña Belén


—Soy Crazy Robert
No me conoces
Pero mi nombre
Escucharás a voces
Pon el oído
Oye este concert
Y luego te sale un buen
Reporter
Después de todo
No haya rencor
Sólo es que el niño
Es de un barrio mayor
Es el Harlem metafísico
Donde el gusano crece tísico
El que cambió la perola
Por el burguer
El hombre sufre
En todos los idiomas
Abre el ojo sórdido
De la mente
escasa
Y que sepas
Que no me caes mal
Pero a las K-aranias
No le llegas al calcañar.

“En mi patria no me quedo
Porque me han metido
Miedo
Adiós cumbres y montañas
También siento la cabaña
De Cubita pura y bella
Que desde que salí de ella
Algún llanto habrán formado
Al ver que les ha faltado
Esta refulgente estrella”

—Este no es el Regeaton latino
Sino que se llama Chernetón nativo
Es el que canta la madre guanche
Y el pueblo que no quiere
Ser cautivo
Ay mira Nena
No te pongas brava
Si de michelines vas sobrada
Pero ya sabes no me impolta
Porque tu de salada
Eres la macoya  melá

—Ay ven a hacer el vacunao, así
Que ya traje la pimienta de ají
Y a aquel puerco
Le vamos dando vueltas
Hasta que pierda la grasona
En nuestra fiesta
Y estaba tan embelecado
Y tus ojitos tan enralados
¡Cuando llegóooooooo ese goldo pintao!

© Roberto Cabrera
 
Nota:
 Benanceo fue un inefable personaje que vivió en el barrio Duggi desde los años de posguerra hasta los setenta, se pasaba el día de vecino en vecino y todos lo querían; aun recuerdo como le pedían a diario que recitara sus improvisadas poesías, muchas de ellas subidas de tono que hacían las delicias de toda la vecindad
CARMEN COELLO



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