GOL DE BILDU POR LA
IZQUIERDA
ANA PARDO DE
VERA
"¿Pero
qué interés puede tener un partido independentista en que haya gobernanza en
España?", clamaba este jueves muy ufano Felipe González en el
Foro La Toja -que se llama La Toja por la isla que lo acoge, la cual se llama Illa
da Toxa (Pontevedra), en realidad-. El expresidente socialista charlaba con
el ídem del PP, Mariano Rajoy, en un diálogo que ya se ha convertido en
un clásico del encuentro anual en Galicia y nos dejó fascinados con este
planteamiento, lanzado, además, por un político que pactó investidura con Jordi
Pujol (CiU) o Xabier Arzalluz (PNV).
Con toda la humildad, esta plumilla le dice que el "interés" puede ser, incluso, considerable, porque mientras no sean independendientes Catalunya o Euskadi, a sus ciudadanos/as también les afectan las decisiones del Estado. Y si encima -tampoco vamos a descartarlo-, son independentistas preocupados por la justicia social, los servicios públicos, la redistribución de la riqueza, el medioambiente, ..., el "interés" por la gobernanza estatal suma puntos. Y es que puedo prometer a González que hay independentistas catalanes y vascos que hacen política, ya no solo por España, sino incluso por Palestina y el pueblo saharaui, así que menudo fiasco de independentistas.
Esta
aclaración viene al caso, primero, por la casualidad del Foro La Toja con el
anuncio del acuerdo entre Bildu y el Gobierno PSOE-Sumar para casi-derogar
la ley de seguridad ciudadana (2015), conocida como ley mordaza
y que aprobó el Gobierno del PP con el único apoyo de la mayoría absoluta del
PP. Esta norma represiva -no lo digo yo, que soy nadie aunque también lo creo, sino
que ha sido denunciada por numerosos organismos pro derechos humanos,
nacionales e internacionales-, que el PSOE se comprometió a
derogar cuando Pedro Sánchez llegó a La Moncloa, ha seguido
operando con total anormalidad democrática, vulnerando derechos fundamentales
como el de asilo de los y las migrantes, y otorgando opacidad y ausencia plena
de rendición de cuentas a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado,
precisamente, las únicas que tienen legitimado el uso de la violencia y
deberían ser exquisitamente fiscalizadas.
La
legislatura pasada ya hubo un intento de reformar la puntita de la ley, con
perdón, por parte del Gobierno PSOE-Unidas Podemos, pero Bildu y ERC le dieron
portazo porque aquello era un amago que ni apariencia de tal tenía; cierto es que entonces Podemos apoyó esa mala farsa, aunque ahora está
muy cabreado porque dice que la norma pactada con Bildu no incluye lo que sí
incluye, o sea, la prohibición de las pelotas de goma como
metralla contra manifestantes y el fin de las llamadas devoluciones en
caliente de migrantes, esto es, en frontera y sin la asistencia legal
obligatoria que permita conocer la situación específica de cada persona.
Bildu
se haconvertido en el socio menos ruidoso, más fiable y más elegante del
Gobierno. Inmersos en una profunda transformación política en Euskadi, de
momento, se van haciendo con el apoyo social -no solo en País Vasco- y cumplen
lo que dicen, además, después de hacer caso a aquel José María Aznar de 1998
que nadie conoce hoy en el PP, ni siquiera José María Aznar: "Tomar
posesión de un escaño siempre es preferible a empuñar las armas (...) Esta es
la cuestión, escueta, clara y democrática que se dilucida en este nuevo
escenario. Y lo es sobre todo para los que han declarado su voluntad de actuar
a través de cauces políticos e incluso dicen estar dispuestos a asumir
compromisos institucionales". Ignorando estas sensatas palabras de su
líder áulico, los de Alberto Núñez Feijóo se rasgan ya las vestiduras
porque acuerdos con ETA y tal.
La
casi-derogación de la ley mordaza depende de más apoyos que el de Bildu
y el Gobierno de coalición, aunque parece que cuenta ya con el de ERC y PNV,
puntualización arriba, puntualización abajo. Solo falta esperar a que
Podemos se lea bien el acuerdo y Junts recuerde cómo daba la matraca contra
esta ley cuando su gente se manifestaba por la independencia en las plazas de
Catalunya, también quienes fueron heridos/as por las pelotas de goma o multados
dentro de los cerca de dos millones de sanciones contabilizadas gracias
a esa norma antidemocrática. Me temo que esa gente ya no entendería un
"no".
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