ETA, OTRA VEZ
RAQUEL EJERIQUE
Es absurdo que el partido donde se acuñó
y se dejó pasar el "que te vote Txapote" para ganar elecciones haya
acabado sin frenar la excarcelación del etarra por un "injustificable
error" de sus senadores y diputados, que dan la impresión de formar parte
de un partido desgobernado y aturdido
La negociación del Gobierno con Bildu para los cambios en la Ley Mordaza han sido la antesala que ha puesto a caldear de nuevo esa utilización política. ¿Puede ser un escándalo que se pacte con fuerzas legales en un Congreso? Puede ser, en el salón de casa. Como puede serlo que se pacte el borrado de la memoria histórica en las comunidades autónomas gracias a Vox. Puede escandalizar, pero la democracia y la tolerancia requieren práctica, más allá del papel y las palabras, y se suelen ponen a prueba en situaciones que nos incomodan. Llegado el momento, se hace crítica, se busca instrumento legal para evitarlo o se trabaja para sacar más votos las próximas elecciones. Pero que no guste o parezca inmoral no es que sea ilegítimo.
Con esas guías ya puestas la semana
pasada, la vuelta del terrorismo a primera línea ha cristalizado en una bronca
política por la reforma legal que va a entrar en vigor y va a permitir a
algunos presos de ETA descontarse en España las penas ya cumplidas, sobre todo,
en Francia, por una transposición de una directiva europea. Estuvieron de acuerdo
el PP y Vox por primera vez con el PSOE y no objetaron nada en el recorrido
parlamentario de la reforma legal. Acaban de darse cuenta de que votaron igual
y han favorecido que salga adelante junto al “filoterrorista” Sánchez. Acaban
de darse cuenta de que benefíciaba a todos los presos, también a los de ETA. Un
fallo político que ha dado al traste con la supuesta alternativa que le monta
todos los días Feijóo al Gobierno y ha triturado la idea de que el PP es un
partido serio y de orden.
Como en esta ocasión no podían echarle
la culpa a su diputado Alberto Casero, el Partido Popular ha tirado de dramatización
diciendo que el PSOE les ha engañado o les ha hecho caer en una trampa que no
existió más allá de una falta de celo, una negligencia o poca atención de sus
propios diputados y sus senadores. Es absurdo que el partido donde se acuñó y
se dejó pasar el “que te vote Txapote” haya acabado sin frenar su
excarcelación. Es un error para parte de su electorado, para las asociaciones
de víctimas y para su estrategia política. Ahora parece un partido desgobernado
y aturdido. Si no quiere parecer además ridículo, debería agachar la cabeza,
pedir perdón e intentar, a la próxima, enterarse de qué está votando.
RAQUEL EJERIQUE
Es absurdo que el partido donde se acuñó
y se dejó pasar el "que te vote Txapote" para ganar elecciones haya
acabado sin frenar la excarcelación del etarra por un "injustificable
error" de sus senadores y diputados, que dan la impresión de formar parte
de un partido desgobernado y aturdido
La
negociación del Gobierno con Bildu para los cambios en la Ley Mordaza han sido la antesala que ha puesto a caldear de nuevo esa utilización
política. ¿Puede ser un escándalo que se pacte con fuerzas legales en un
Congreso? Puede ser, en el salón de casa. Como puede serlo que se pacte el
borrado de la memoria histórica en las comunidades autónomas gracias a Vox.
Puede escandalizar, pero la democracia y la tolerancia requieren práctica, más
allá del papel y las palabras, y se suelen ponen a prueba en situaciones que
nos incomodan. Llegado el momento, se hace crítica, se busca instrumento legal
para evitarlo o se trabaja para sacar más votos las próximas elecciones. Pero
que no guste o parezca inmoral no es que sea ilegítimo.
Con esas guías ya puestas la semana
pasada, la vuelta del terrorismo a primera línea ha cristalizado en una bronca
política por la reforma legal que va a entrar en vigor y va a permitir a
algunos presos de ETA descontarse en España las penas ya cumplidas, sobre todo,
en Francia, por una transposición de una directiva europea. Estuvieron de acuerdo
el PP y Vox por primera vez con el PSOE y no objetaron nada en el recorrido
parlamentario de la reforma legal. Acaban de darse cuenta de que votaron igual
y han favorecido que salga adelante junto al “filoterrorista” Sánchez. Acaban
de darse cuenta de que benefíciaba a todos los presos, también a los de ETA. Un
fallo político que ha dado al traste con la supuesta alternativa que le monta
todos los días Feijóo al Gobierno y ha triturado la idea de que el PP es un
partido serio y de orden.
Como en esta ocasión no podían echarle
la culpa a su diputado Alberto Casero, el Partido Popular ha tirado de dramatización
diciendo que el PSOE les ha engañado o les ha hecho caer en una trampa que no
existió más allá de una falta de celo, una negligencia o poca atención de sus
propios diputados y sus senadores. Es absurdo que el partido donde se acuñó y
se dejó pasar el “que te vote Txapote” haya acabado sin frenar su
excarcelación. Es un error para parte de su electorado, para las asociaciones
de víctimas y para su estrategia política. Ahora parece un partido desgobernado
y aturdido. Si no quiere parecer además ridículo, debería agachar la cabeza,
pedir perdón e intentar, a la próxima, enterarse de qué está votando.
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