PODEMOS Y LA QUE SE AVECINA
TOMÁS MARTÍN TAMAYO
Voy a comenzar con un viejo chiste: En un examen oral de química
le preguntaron a un alumno sobre el amoniaco y el prenda, que no sabía nada,
improvisó: “Es un líquido gelatinoso, tirando a etéreo, de agradable olor…”
“¿Ah, sí -le interrumpió el profesor-, le gusta a usted el olor del amoniaco?”
Abrió un armario, sacó un frasco, lo destapó y lo puso debajo de la nariz del
osado: ¿Qué tal, agradable, verdad? Al alumno le subieron los efluvios del
amoniaco y mientras le caían lagrimones mantuvo el tipo: “A ver, bueno, sobre
gustos… ¡Y a mí que me gusta!”. Pues con el olor de Podemos a muchos comienzan
a saltársele las lágrimas y no precisamente de alegría. La realidad electoral
de Podemos, como el olor real del amoniaco, está desequilibrando a muchos
papanatas que, asentados en unas poltronas que creían tener escrituradas,
comienzan a ver sus culitos en polvorosa.
Sabemos de Podemos porque sus detractores, que están de guardia
en todos los canales, a todas horas, no dejan de informar o de desinformar
sobre la incipiente formación, mientras ellos, que no se sabe ni quiénes son,
parece que esperan pacientemente a que escampe porque con tanta lluvia ácida
apenas pueden hacer otra cosa. Hay canales que se han hecho monográficos de
Podemos y desde el chaparrón inesperado de las elecciones europeas, no tienen otro contenido que denigrar “al
coletas”, pero con tanta insistencia y exageración que pueden conseguir un
efecto rebote que no esperan. ¡”Buscando a Podemos desesperadamente!”, es el
título de la película que no dejan de proyectar.
¿Qué es Podemos? De
momento es algo que cabrea a los que nos estaban cabreando y son muchos los que
lo justifican como respuesta electoral a la corrupción en todos los frentes.
Vaya colitis la que le ha entrado al espectro político con la irrupción de esta
gente cuya existencia desconocíamos hasta que asomaron una cabeza a la que hoy
todos ponen precio. ¡Ay, ay, cuánto voluntario para esnifar amoniaco! A la
derecha es como si el cielo se hubiera abierto, dejando caer sobre sus prístinas
cabezas todas las inmundicias de las que abominan. El PSOE, tal vez porque
tiene otras urgencias, se muestra más
comedido y tolerante pero no acaba de asimilar la presencia de estos
“antisistema, cochambres y perro flauta”, según un prócer socialista asentado
en el capitalismo y al que igual le da el gato blanco que el negro. ¡Con lo
bien que se tomaba el sol en la playa del bipartidismo!
Pero el cuponazo le ha tocado a una IU que se nutría de las
miserias de los demás y que, de sopetón, cuando estaban arrimando la silla para
la gran pitanza, llegan estos forajidos sin denominación de origen ni marchamo
de calidad y les quitan el segundo plato, pan, vino y postre. Con lo contentos
que estaban ellos, creciendo sin hacer nada, con un discurso de soflamas
vacías, descafeinado, desnatado, edulcorado... Y en Extremadura ayudando a
Monago en su “tararí-tararí” y respaldando a Nogales en sus enredos
financieros. ¡Casi ná!
¿Se han enterado ustedes de que Pablo Iglesias ha dicho que
detrás de ETA había una justificación política? ¡Qué escandalera! ¿No dijeron
lo mismo, al sentarse a negociar con ellos, Felipe González, José María Aznar
(que incluso la rebautizó como “movimiento vasco de liberación”) y Zapatero? Y
así todo el rato, intentando demonizar a una gente que ha surgido al rebufo de
sus repugnantes corrupciones. ¡Venga, casta, a oler amoniaco!
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