FIFA AL IGUAL QUE LOS FONDOS BUITRE
CARLOS SCOROVICH
Cuando esperábamos tener un mes de disfrute del evento mundial
que se viene desarrollando en Brasil, nos aparecen en el horizonte cercano
sucesos que nos llenan de impotencia, ira, odio, sentimientos que no son
agradables ni saludables de experimentar, y que aparecen ante una situación
grave. Y así ha sido en el Río de la Plata en estos días.
La Argentina, padeciendo el “apriete” de los Fondos Buitre, que
ante un fallo negativo de la Justicia estadounidense, pretende llevar al
hermano país a la situación de default. Estos fondos (7% de fiadores), intentan
arrastrar al derrumbe económico. Tema no tan pueril, ya que se apunta por parte
de estos sectores que manejan la economía mundial, a través de Argentina,
amilanar a gobiernos progresistas que hoy son mayoría en la región, y es
imperioso ser solidarios.
La presidenta Cristina Fernández-Kirchner debió cambiar la
estrategia y su discurso, no asomando tan opuesta ante el fallo del Juez
Griesa, para intentar lograr llegar a un acuerdo más saludable para las arcas
de su país. Sabella, DT de la Selección Argentina, debió actuar igual, tras una
fallida actuación en el primer partido, “apretado” públicamente por el crack
Messi.
Tales escenarios se asemejan y perjudican al pueblo argentino,
arrastrando una deuda externa que lleva más de 50 años sin resolver, que fue
generada a partir de los popes económicos de la Dictadura, y luego por los
siguientes gobiernos, ahondándose en la década nefasta del menemismo en los 90,
mientras la Selección arrastra 28 años sin saber de las mieles del triunfo
global. Un país con un potencial fabuloso para estar arriba en ambos rubros.
Y en este lado del río nos vemos envueltos en sentimientos
encontrados, amargura y rebeldía. Amargura recordando, pero con la cabeza bien
alta, un nuevo aniversario de la instalación de la Dictadura en 1973, pero
sabiendo que el pueblo todo supo qué hacer en aquellos años, amén de la
situación compleja y en desventaja con los que avasallaron la Democracia. Y
deportivamente recordamos una hazaña imborrable, el Maracanazo de 1950.
Las dos convergen en este acto deshonroso que nos hacen vivir, y
a todos los que caen ante el poder de los “buitres” de la FIFA. Mancillando y
ensuciando, como dijo Maradona, a la pelota. Más allá del hecho en sí de
Suárez, llevaron al patíbulo al jugador y a los anhelos de un país pequeño,
pero enorme en lo que respecta a este deporte, con glorias propias y
permanentes, demostrando una evidente intención de venganza por haber dejado en
el camino a “grandes” como Inglaterra e Italia, lo que redunda en contra de los
intereses económicos de los que rigen el fútbol mundial.
Ha sido tratado Suárez como un delincuente común, humillado al
extremo de tener que salir deportado de Brasil, de no poder retornar a la
concentración con los miembros de nuestra delegación, sin desarrollar su
trabajo durante un período muy exagerado, y haciendo peligrar su futuro
inmediato, por más que haya podido realizarse la transferencia al Barcelona, lo
que le permite dejar la Liga Inglesa que tantos sinsabores le había ocasionado.
Coincide esta fecha con aquello de 1994, en el Mundial de EEUU,
donde al mejor del mundo de ese momento, Maradona, lo dejaron afuera del
evento, alegando una aparente sustancia prohibida, hallada en el antidoping.
Estos hechos me parecen coincidentes, intentando los poderosos
del planeta coartar la libertad y el desarrollo económico que nos merecemos los
que habitamos en este continente.
Unidos más que nunca ante la adversidad y ante la prepotencia de
los poderosos.
¡El sur también existe!
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