LOS PLÁTANOS Y LA
NADA
MOVIMIENTO UPC
La otrora floreciente Benawaré (ex La
Palma) ha sido vilmente depauperada por el colonialismo español hasta la
extenuación: un incipiente sector turístico completamente arruinado, con su
capacidad alojativa infrautilizada e incluso cerrada, al igual que ocurre con
la restauración, específicamente la espléndida gastronomía local.
Otro tanto sucedió con el sector primario,
pues la cabaña ganadera brilla por su ausencia, hasta tal punto que las escasas
ferias de ganado que se siguen celebrando se realizan con los mismos animales,
como si de nómadas o trashumantes se tratara, desplazándose de feria en feria,
en un melancólico e interminable circo.
La agricultura, que llegó a suministrar
importantes mercados internacionales, baste recordar los malvasías que consumía
la Inglaterra victoriana o las 4.000 pipas de vino, según narra el ingeniero
Torriani en su libro “Descripción de las Islas Canarias”, “para transportar
entrambas Indias”, actualmente no es capaz de abastecer el consumo interno, por
lo que se necesita importar carne, tomates, lechugas y un sinfín de productos
de primera necesidad.
El desempleo galopa desbocadamente,
acercándose al cuarenta (40) por ciento de la población activa y sobrepasando
el setenta por ciento en los jóvenes, con niveles de miseria jamás vistos,
aumentando la conflictividad social a medida que lo ha hecho la hambruna, llegando
algunos cosecheros a instalar alarmas y cámaras de vigilancia en las
plantaciones, por ejemplo de aguacates, para evitar el saqueo de la desesperada
población.
Pese a algunos nostálgicos del régimen
colonial, como el patético ezbirro al servicio del colonialismo y presidente
del Cabildo Insular de La Palma, Anselmo Pestana, que aboga por dedicar el
recién desalojado acuartelamiento del ejército metropolitano en Breña Baja a la
instrucción de soldados de países integrantes de la OTAN, ninguneando, antidemocráticamente,
la decisión tomada por el pueblo canario en el referéndum celebrado el 12 de
marzo de 1986 de no pertenecer a esa organización militar y militarista, recordándonos
al desaforado grito del marqués de la Oliva en Fuerteventura “que traigan a la
legión”, pese a eso, decimos, la buena noticia es la retirada del ejército
español de ocupación colonial de la isla, sometida en el año 1493, después de
una feroz resistencia iniciada en el año 1447 cuando los awaras, liderados por
el héroe nacional y Jefe de Cantón Echedey, le infligieron la más severa
derrota jamás sufrida por los invasores en la ejemplar batalla de Tahuya, que
retrasó casi medio siglo la claudicación de Benawaré.
La religión fue suplantada por el
Cristianismo, imponiendo la nueva idolatría en los lugares sagrados de culto de
los awaras, aunque basta una simple mirada para comprobar como la capital de la
isla, Tedote, está orientada al Este, el lugar por donde primero se hace
visible Magec, el Sol, al que adoraban, orientación reproducida por las
pirámides construidas en dirección al aeropuerto.
La misma suerte corrió el ancestral idioma
awara hablado y escrito, suplantado por el castellano, pero que en el corto periodo
de diez años será recuperado en su integridad,
no sólo por el interés que tiene interpretar los descubrimientos que
subyacen a las inscripciones sino por tratarse de un patrimonio imperecedero de
la humanidad.
El sometimiento del pueblo awara supuso la
destrucción de su cultura y costumbres, de su sistema educativo y
científico-tecnológico, buena parte del cual quedó grabado en los numerosos
yacimientos dispersos por toda la isla, cuando no saqueados por coleccionistas
particulares e instituciones públicas, cuyo descubrimiento más significativo
fue probablemente la determinación de la estructura espiral de la Vía Láctea,
galaxia que alberga al Sistema Solar en uno de sus brazos, visible
fundamentalmente en las noches veraniegas, como ha quedado constancia en las
numerosas inscripciones en espiral que realizaron en casi todos los
observatorios que dedicaban a la Astronomía, desde Belmaco hasta la Zarza y la
Zarcita, sin olvidar el Roque de los Muchachos.
La incipiente descolonización, ese concepto
que no resulta fácil de entender en teoría y probablemente si en la práctica,
implica el inicio de la liberación del territorio awara, en el que todo está
por hacer. La labor es inmensa pero apasionante, pues hay que reconstruir la
sociedad y la isla entera, tanto en los aspectos económicos, como políticos y
socio-culturales.
La tarea es ingente, en ella venimos
trabajando desde hace tiempo y no sobra nadie e invitamos a participar en la
misma a nuestros paisanos, integrándose, apoyando y colaborando, cada uno en la
midida de sus posibilidades, para levantar una sociedad libre del yugo
colonial, constituyéndonos en una República Democrática Federal, en la que
ninguna isla prevalezca sobre las demás y el derecho a la libertad, a la
felicidad, a la dignidad, a la igualdad y a la identidad sean derechos que
amparen por igual a todos los seres.
Movimiento por la Unidad
del Pueblo Canario (Movimiento UPC)
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