LAS CABALGATAS (RACISTAS) DE
LOS REYES DE
ORIENTE
5
ENERO, 2022Un Rey saluda en la
Cabalgata de Reyes 2022 del distrito de Chamartín, a 3 de enero de 2022, en
Madrid (España).- Alberto Ortega / Europa Press
A mí me gustaría poder titular este artículo de otra forma, pero 2022 tampoco va a ser el año en el que dejemos de ver el racismo perpetuado en una de las actividades familiares más emblemáticas: la cabalgata de Reyes del 5 de enero. Así que, en este artículo, quiero hablar de por qué la cabalgata del 5 de enero de muchos municipios del Estado español es una festividad racista.
Un poco de historia
Pintarse
la cara para hacerse pasar por una persona negra es racista. Como ha explicado
el historiador Antumi Toasijé, presidente
del Consejo para la Eliminación de la
Discriminación Racial o Étnica, se trata de una práctica
que surge en España, durante el Siglo de Oro, como forma de mofarse de las
personas negras que vivían en el país (sí, en los siglos XVI y XVII ya había
personas negras en España: esclavizadas).
A
pesar de que surgió en España, las representaciones más reconocidas del blackface son las que se hicieron en Estados
Unidos a través de los espectáculos de minstrel en el
siglo XIX. En estos espectáculos, actores blancos se embetunaban la cara para imitar y hacer burla de las formas de
comportarse y de hablar de las personas negras. Recordemos que
estas representaciones convivieron, durante un tiempo, con la esclavitud. Por
lo tanto, los minstrel ridiculizaban a
personas que estaban en situación de esclavitud. Después, aunque abolida esta,
las leyes de segregación racial seguían sometiendo a las personas
afroamericanas a un racismo brutal.
Con
el movimiento por los derechos civiles de las personas afroamericanas, se
empezó a denunciar la práctica del blackface como
lo que es: una práctica racista. Y en la actualidad en Estados Unidos el blackface es una práctica muy censurada, igual que
pasa en el Reino Unido o en Canadá, donde Justin Trudeau, primer ministro, se disculpó unos años atrás por
haber hecho blackface al disfrazarse.
La situación en España
Bochornosa.
La situación en España es vergonzosa. En 2022 el blackface sigue
siendo una práctica habitual, legitimada y aceptada
socialmente. La hemos visto en programas televisivos como Tu cara me suena, y también la vemos año
tras año en cabalgatas de reyes. El máximo exponente de estas representaciones
racistas es la Cabalgata de Alcoy, con sus
más de cuatrocientos pajes pintados de negro.
Alcoy
no es la única muestra de este racismo institucionalizado a
través de las representaciones culturales: hay muchas otras
localidades a lo largo de la geografía española en las que esta práctica es
habitual. Incluso en algunas en las que el Rey Baltasar es un hombre negro se
sigue pintando la cara de parte de su séquito, algo totalmente innecesario. Y
racista.
Thank you for watching
La
mayoría de la población pone el grito en el cielo cuando se habla de racismo en
España. Mantienen que no, que en España ya no hay racismo. Y lo curioso es que
lo dicen al tiempo que apoyan que se sigan dando estas
prácticas (racistas) en programas de entretenimiento y actividades familiares. Todas
esas personas se convierten, de repente, en abanderadas de la tradición.
Porque, claro, las tradiciones hay que respetarlas. O no. Porque hay
tradiciones que implican maltrato animal cuya eliminación se ha reivindicado.
No entiendo por qué no se reivindica lo mismo cuando se trata de racismo -no es
verdad: sí que lo entiendo-.
Ser una persona negra no es un disfraz
Dejemos
el racismo de lado por un momento para no seguir poniendo de manifiesto
la fragilidad blanca. Hablemos de representación y representatividad.
Seguir
representando a las personas negras a través de personas blancas (mal) pintadas
es problemático. Por un lado, para perpetuar esta práctica hay gente que sigue
justificándola con la falacia de que no hay
personas negras, algo que no es cierto en absoluto. Por otro
lado, habiendo personas negras, africanas y afrodescendientes, las instituciones
que siguen prefiriendo pintar a personas blancas antes que contar con personas
negras, excluyen a las personas negras de la participación en estas
actividades. Y esa exclusión se convierte en una negación de la posibilidad de que las personas negras se
representen a sí mismas, algo muy necesario para las infancias
africanas y afrodescendientes.
Seguir
pintando a personas blancas perpetúa el menoscabo hacia las
personas africanas y afrodescendientes. Implica que ser una
persona negra es un disfraz que las personas blancas pueden usar a su antojo
para pasar un rato divertido, y luego volver a ser las mismas de siempre.
Además al pintar a personas blancas para hacerlas pasar por negras se acaba cayendo en la caricaturización y en la ridiculización. Y
eso es humillante,. Además de que eso perpetúa la creencia en los estereotipos
de que las personas negras manchan, destiñen o son sucias. Y contra eso hay que
luchar.
Cuestión de elección
Estamos
en 2022. Las personas africanas y afrodescendientes llevan años reivindicando
el fin del blackface en las cabalgatas
del 5 de enero y en otras representaciones culturales. Y, a pesar de ello, poco
o nada cambia porque no hay voluntad, lo que
demuestra que simplemente se trata de una cuestión de elección.
Desoír
las reivindicaciones de una comunidad es una elección. Una elección
consciente. No hay forma creíble de seguir amparándose en
el desconocimiento, en que "es que yo no sabía que eso era
racista", porque cada año cuando se acercan las fechas se dice que esta práctica
no procede, se pone en evidencia a los ayuntamientos que siguen perpetuando
el blackface, se señala la inconveniencia de la cabalgata
de Alcoy por sus antecedentes relacionados con la esclavitud y la trata de
personas africanas. Y nada.
No dejaremos de denunciar
Este
año, como todos los años, la revista digital Afroféminas está denunciando esta práctica lanzando la
campaña #StopBlackfaceInSpain "para que se nos respete
y los niñxs negrxs no tengan que verse caricaturizados". A esta campaña se
están empezando a unir personas africanas y afrodescendientes, que están
publicando vídeos en sus cuentas de Instagram para pedir que esta práctica
racista termine, porque ya es tiempo de que se elimine
el racismo de las manifestaciones culturales.
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