viernes, 5 de febrero de 2016

LA LLAVE, Y LA RESPONSABILIDAD, LA TIENE PABLO IGLESIAS

LA LLAVE, Y LA RESPONSABILIDAD, 
LA TIENE PABLO IGLESIAS

ARTURO GONZÁLEZ

¿Puede Pablo Iglesias renunciar, suponiendo que quiera, al compromiso de celebración de un referéndum sobre el mal llamado derecho a decidir de los catalanes? Porque esa es, en mi opinión, la cuestión clave para la formación de Gobierno. No lo tendrá fácil no solamente porque cedería en un punto que ha defendido de continuo, sino porque sus socios electorales, especialmente Ada Colau, se negarían a tal renuncia. Y sin esa renuncia absoluta, Pedro Sánchez y el Comité Federal del PSOE no podrían cerrar negociación alguna. Sería una lástima porque el Gobierno a formar es deseable y el mejor posible en estos momentos. Contando con IU, algún canario y el PNV se quedarían a cuatro o cinco puntos de una mayoría suficiente y podrían gobernar con pactos puntuales, incluido Ciudadanos en ocasiones. Y si se piensa en que la oposición capitaneada por el PP le pondría una moción de censura, estaría por ver si se atreverían con la posibilidad de hacer el ridículo y quedar derrotados.
Ese Gobierno a formar tendría -¿tendrá?- el firmísimo soporte de la coincidencia y complementariedad programática del PSOE y Podemos, que con seguridad se impondrá a la exigencia de cargos. En esto, tanto Iglesias como Sánchez cederán lo necesario y no impondrán su reino por un sillón. Solo la cuestión catalana será el gran obstáculo.

También con seguridad, Pedro Sánchez, en el debate de investidura y de forma meridiana, expondrá un programa tan cercano al de Podemos que si éstos lo rechazan quedarán disminuidos de cara a las previsibles elecciones. Sánchez juega bien sus bazas y en esas indeseadas elecciones el PSOE quedaría en una posición aceptable, en la que se le reconocería su contribución democrática al desbloqueo de la crisis y evitaría la catástrofe electoral.

Resulta repugnante la cobardía de Mariano Rajoy y consecuentemente del PP. Su patriotismo ha saltado en pedazos. Y si llegado el caso, volviesen a tener opción para la formación de Gobierno o de someterse al resultado de unas nuevas elecciones, una vez más veríamos el grado de justificación de sus votantes, que, con la excusa de salvar España, solo tratarían de defender sus indecentes posturas.

Deseo que Iglesias encuentre salida digna. Las necesidades sociales de los españoles deberían estar por encima de cualquiera otra exigencia. Iglesias se juega su prestigio político y su confirmación democrática. Su argumento de que no desea que Catalunya salga de España y de que está seguro de que así se constatará en el referéndum no es sostenible. Con la misma fuerza, o más, se puede mantener lo contrario, y la inmensa mayoría de españoles no comparten la posición de Iglesias, que quedaría definitivamente abrasado.

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