viernes, 29 de junio de 2012

La españolísima educación de los canarios


La españolísima educación de los canarios
Con respecto a los contenidos canarios todavía no se enseña en las escuelas ubicadas en Canarias el magnífico y conceptual idioma que hablaron los tinerfeños, canarios, gomeros, bimbaches, awaras y mahos, como ocurre en Granada, Barcelona, Madrid, París o Nueva York, aunque la universidad española en La Laguna si imparte árabe, japonés, inglés, francés, alemán y español, mucho español.

 Canarias, 27 de Junio de 2012. Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario (Movimiento UPC). La OECD (Organization for Economic Co-operation and Development) publicó  recientemente el denominado informe PISA  (Programma for International Students Assessment) o sea un Programa para la Evalución Internacional de Estudiantes, una amplísima muestra de alumnos y alumnas pertenecientes a 63 países, muestra en la que por primera vez se evaluaron a los estudiantes canarios de 15 años, en una representativa muestra de 1500 alumnos pertenecientes a 50 centros educativos.

Los resultados obtenidos por nuestros estudiantes no pueden ser más desalentadores, pues sólo han tenido peores resultados, tanto en matemáticas, como en capacidad lectora y científica, los alumnos de las también colonias españolas Ceuta y Melilla ¿Por qué será?

Los responsables de la educación en esta colonia de España, únicos culpables del fracaso escolar junto con el gobierno colonialista del reino medieval de ese país, no cuestionaron nuestro sistema educativo (el de ellos) sino que pusieron en tela de juicio la capacidad técnica del informe PISA, reconocido en todo el mundo.

José Miguel Pérez es el consejero de Educación del pseudogobierno de Canarias, cuya decisiones han profundizado el lamentable deterioro en el que éste gobierno-desgobierno de lacayos al servicio del colonialismo español han sumido a la educación en particular y a la sociedad canaria en general.

El profesorado canario desempeña su trabajo en unas condiciones precarias e infrahumanas, consecuencia de las políticas al servicio del colonialismo que se aplican en el sector, reduciendo a la mitad al profesorado de pedagogía terapéutica, responsable de la educación de los alumnos con necesidades educativas especiales, necesidades que la administración ha despreciado como es público y notorio, ya que no le parece importante que a estos alumnos se les enseñe a valérselas por si mismos, aprendiendo cosas tan elementales como a coger una guagua. Paralelamente la administración ha eliminado las prácticas de las asignaturas experimentales, como la biología, la geología, la física o la química, con lo que ha prescindido de más de 400 profesores necesarios para desdoblar las masificadas aulas e impartir unas prácticas en unas condiciones dignas. Lo mismo hicieron con los profesores de tecnología y con los profesores de los laboratorios de idiomas, aunque ahora demagógicamente amplíen su oferta idiomática. En total más de 1600 profesores se han quedado sin trabajo o han prescindido de sus servicios.

A esto hemos de añadir la eliminación sistemática de la Escuelas Unitarias, para desarraigar a los alumnos de su medio natural, concretamente de las medianías, con el perjuicio directo en el sector primario, haciendo más dependiente si cabe nuestra maltrecha economía, frenando la soberanía alimentaria (los datos son anteriores a la agudización de la crisis crónica que desde la invasión armada española padece Canarias). El ejemplo más reciente lo tenemos en Fuencaliente, La Palma, con el pretendido cierre del centro de educación secundaria obligatoria (ESO). La belicosa administración educativa del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ya originó un serio conflicto entre las dos universidades españolas en Canarias, la de La Laguna y la de Las Palmas, a cuenta del distrito único, más interesados tanto el consejero como su director general en labrarse méritos probablemente con futuribles intenciones rectorales en la española universidad ubicada en Gran Canaria que en resolver los graves problemas educativos que arrastra Canarias, seguramente porque se sienten incapaces de aportar la mínima solución, muy al contrario, representan a una paralizada administración y no salen de un conflicto para meterse en otro, a pesar de la benevolencia sindical, por lo menos hasta el momento.

Con respecto a los contenidos canarios todavía no se enseña en las escuelas ubicadas en Canarias el magnífico y conceptual idioma que hablaron los tinerfeños, canarios, gomeros, bimbaches, awaras y mahos, como ocurre en Granada, Barcelona, Madrid, París o Nueva York, aunque la Universidad española en La Laguna si imparte
árabe, japonés, inglés, francés, alemán y español, mucho español, no en vano las recientes pruebas de ingreso  celebradas en ambas universidad no incluyen ni una sólo asignatura con contenidos canarios, pero si una manipulada Historia de España, por ejemplo, marginando tanto el estudio del medio natural canario, como el medio social y cultural. Igual ocurre en la enseñanza obligatoria, en la que los contenidos canarios son testimoniales y optativos e insuficientes.

Cifras demoledoras, cuyo resultado es el fracaso de casi el 40 por ciento de los estudiantes, fracaso del que únicamente es  responsable la administración, que invierte en educación un ridículo 4.3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), la mitad de lo que debería invertir, porcentaje calculado con los datos del PIB del 2011 en su primera estimación y el presupuesto educativo para el ejercicio del 2012, últimos publicados, por lo que el porcentaje probablemente no pase del 3.4 por ciento, debido a la subida del PIB del año 2011 con respecto a 2010 en casi dos mil millones de euros, el mayor incremento del estado, que cuanto más recauda más recorta.

La conflictividad de la administración con la comunidad educativa es continua y ha llevado a los profesores a convocar manifestaciones en demanda de sus derechos, demanda que debe ir indisolublemente unida tanto a la dotación de infraestructura y recursos humanos en las aulas (profesorado de prácticas, pedagogía terapéutica, idiomas y tecnología; también el necesario personal sanitario y psicopedagógico) como a la justa homologación del profesorado. Sin embargo la dirección tomada es justo la contraria y los docentes, junto con el resto de funcionarios, han visto menguados sus emolumentos en un 5 por ciento de momento, para tapar los desmanes de un debocado sistema financiero.

Son demandas justas que asumimos y apoyamos, debiendo explicarse detalladamente las mismas a toda la comunidad educativa (alumnos, padres y profesores) así como a toda la sociedad y que forman parte del desarrollo y aplicación de  una única reivindicación general, el incremento del presupuesto para la educación hasta el siete (7) por ciento del PIB.

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