QUIÉNES NOS GOBIERNAN
REALMENTE
DAVID
BOLLERO
¿Es compatible una
democracia real con el capitalismo? La cuestión no es sencilla, porque a pesar
de que la primera reacción es asentir, si uno analiza con detalle la realidad
no tarda en constatar, no sin poca desazón, que la democracia está herida de muerte.
El poder de los mercados ha superado al de las instituciones, al de la
soberania popular. ¿Se vive mejor que en una dictadura convencional? Sí, pero
que nadie obvie que el hecho de que a nadie le den ya el paseo no quiere decir
que no se esté excluyendo, explotando y precarizando la vida de millones de
personas.
Hay datos que son
innegables y que cuestionan la viabilidad de este modelo. Mientras los salarios
de la clase trabajadora se desploman, los sueldos de los altos directivos del
Ibex 35 subieron el año pasado un 11,5%. Esos son los directivos que no tienen
problemas para pagar la luz o el agua, que no padecen el encarecimiento de la
vivienda, que comen más de tres veces al día y, además, comida de calidad que
no está al alcance de cualquier bolsillo.
Estos son los
directivos también al frente de un grupo de empresas que conformaron un cartel
para amañar concursos públicos ferroviarios y a los que la Justicia ha tenido a
bien dictar una sentencia ridícula de 118 millones de euros cuando el botín de
la tropelía superó los 1.000 millones de euros. ¿Qué sentido tiene todo esto?
Curiosamente, en los informativos de TVE, ni siquiera se citaron los nombres de
las empresas involucradas, en las que se encontraban filiales de grandes
constructoras como ACS, Sacyr y OHL, y multinacionales como Siemens y Alstom.
También resultaron implicados Elecnor, Inabensa (Abengoa) Cymi, Isolux,
lectren, Comsa, Indra, Telice, y Citracc. Nada es casual.
La pregunta en este
punto es: ¿es posible parar, no ya de golpe, sino al menos poner límites a esta
perversión democrática? El miedo que se ha percibido en la élite económica nos
dice que sí, aunque se trate de una carrera de fondo. El nacimiento de un
partido como Ciudadanos o el resurgir de la extremaderecha con Vox -a fin de
cuentas, buena parte de la cúpula directiva de esas empresas son herederos
directos del Franquismo- son síntomas de esta democracia enferma, cuya fiebre
sigue subiendo. Las mismas cloacas del Estado señalan en dos direcciones: a las
marionetas de esos mercados y a quienes más los amenazan con principios que
resquebrajan ese capitalismo.
Históricamente
hemos visto cómo los gobiernos del PSOE también se han plegado a los mercados
porque éstos son los que quitan y ponen presidentes en La Moncloa. La condonaciones
de deuda, los guiños a la patronal con reformas laborales que ponen contra las
cuerdas a la clase trabajadora, el congelador de exigencias de devolución del
rescate bancario o de los privilegios de la Iglesia católica… todo ello son más
síntomas de una enfermedad cuyo antídoto tiene forma de papeleta. Quizás es el
momento de dar una oportunidad a l@s únic@s que realmente han hecho sudar frío
a los mercados porque, cada vez que éstos tiritan, nosotr@s estamos más
calientes.
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